El Tríptico de la Natividad

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Por José Manuel Ledesma *

 

 

La representación artística de la Natividad, que contiene tres temas alusivos al nacimiento e infancia de Jesús, fue traído a la Isla por Tomás Grimón y García de Albarracín (La Orotava, 1529 – Aldea de San Nicolás, 1608), Regidor perpetuo de Tenerife y Alcalde del castillo de San Cristóbal, ya que por su prestigio militar acompaño al príncipe de Asturias -futuro rey Felipe II- en su viaje a Flandes, en 1548,  para reunirse con su padre, el Emperador Carlos V, ya que con él había sido Maestre de Campo en las guerras de Italia.

 

Durante su estancia visitaría la ciudad de Namur (actual Bélgica), de la que era natural su abuelo Jorge Grimón que, en 1482, había venido a España contratado por los Reyes Católicos para luchar en la conquista de Granada, siendo llamado por Alonso Fernández de Lugo, en 1496, para participar en la conquista de la isla de Tenerife, recibiendo a cambio datas de tierras y agua que darían lugar a su gran poder económico y político. Jorge Grimón fallecería en La Laguna en 1545.

 

Tomás Grimón traería de Flandes un Tríptico, que colocaría en la capilla de su casa familiar en La Laguna -hoy Palacio de Nava-, al que se le conoce como de Nava y Grimón, ya que, en el año 1600, su hija Antonia, heredera del Mayorazgo de Grimón, se casó con Alonso Vázquez de Nava, poseedor del Mayorazgo de Nava.

 

En los repartos del legado familiar, llevados a cabo a lo largo de los años, la tabla central siempre permaneció en el Palacio de Nava, en La Laguna, mientras que las tablas laterales fueron colocadas en la ermita de San Clemente, en Santa Úrsula, construida en la hacienda del capitán Claudio Grimón y Hemerando.

 

En 1991, el Tríptico volvería a reagruparse en el domicilio de la familia Ascanio Estanga, en La Laguna, vendiéndolo dos años más tarde a la Fundación CEPSA, aunque no en su totalidad, pues uno de los herederos, Tomás Tabares de Nava y Tabares, había legado su parte (3,6%) al Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, evitando de esta manera que estas piezas señeras del patrimonio artístico insular pasaran a manos particulares; por ello, la Fundación CEPSA y el Ayuntamiento capitalino tuvieron que firmar un convenio de colaboración.

 

El Tríptico se envió a restaurar al Instituto del Patrimonio Histórico Español, dependiente de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, quién al ver su gran valor patrimonial consideró que fuera la pieza central y portada del catálogo de la exposición “Obras Maestras Recuperadas”, celebrada en Madrid en 1998.

 

De vuelta en la Isla, pasaría a formar parte de la exposición permanente del Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, como una de sus mejores obras. En el verano de 2014 fue llevado a Las Palmas de Gran Canaria, como pieza fundamental de la exposición “Encuentros”, celebrada con motivo del 80 aniversario del artista Pepe Dámaso.

 

 

Iconografía

 

Esta pintura al óleo sobre tabla, realizada en 1546 por el célebre pintor Pieter Coecke van Aelst (Bélgica 1502-1550), que mide 190 x 192 cm en la tabla central, y 194 x 95 cm, cada una de las tablas laterales, se desarrolla en una estancia claramente influida por la arquitectura renacentista italiana, donde la sucesión de sus tres planos es interrumpida en el plano medio por masas arquitectónicas de ruinas clásicas. El equilibrio de su composición es completo, tanto en la agrupación de personajes como en los adecuados timbres de color. Los adornos están tratados con mucha delicadeza.

 

Representa escenas del nacimiento de Jesús, en las que el delicado rostro de Maria, vestida con ricos ornamentos, contrasta con la de San José, anciano, calvo y con barba. A su alrededor, mientras varios ángeles adoran al Niño, el pastor que aparece descalzo a la derecha no permite ver las lujosas prendas que viste uno de los Reyes Magos. Al fondo, a la izquierda, la vaca y el buey asoman por la ventana del pesebre.

 

La tabla situada a la derecha escenifica la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén, cuando fue llevado por sus padres para que el sacerdote Simeón lo bendijera, hecho ocurrido a los 40 días de su nacimiento (2 de febrero). En la estancia se observan a varias mujeres portando velas hechas de parafina pura, motivo por el que el citado día se celebra la Fiesta de las Candelas, para nosotros el Día de La Candelaria.

 

La tabla situada en el lado izquierdo representa el ritual de la Circuncisión del Niño Jesús, que tuvo lugar a los ocho días del nacimiento -según prescribía la religión judía- en la que el ministro o “mohel” lleva a cabo la ablación del prepucio con un instrumento cortante especial. En este acto le pusieron por nombre Jesús.

 

En el reveso de cada una de las tablas laterales se encuentra sendas pinturas de la Virgen María, en el momento de la Anunciación, y del Arcángel San Gabriel, ambas en grisalla, técnica pictórica que usando el claroscuro logra una perspectiva que produce la sensación de un relieve escultórico. Las citadas tablas laterales protegían a la tabla central cuando el Tríptico se tenía que trasladar de lugar.

 

* José Manuel LEDESMA ALONSO

Técnico en la Organización de Servicios Escolares, Inspección de Educación.

Director de la Radio-Enseñanza en Canarias. Radio Popular de Tenerife.

Fundador y Profesor del Colegio Miguel Pintor de Santa Cruz de Tenerife.

Director del Centro del Profesorado de La Laguna.

Asesor de Educación Ambiental. Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.

Miembro de la Tertulia Amigos del 25 de Julio.

Miembro de los Hidalgos de Nivaria.

Cronista Oficial de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

 

 

Santa Cruz de Tenerife, 8 de diciembre de 2025

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