EL MONÓLOGO / 114
EL falso patriotismo se impone

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Por Pepe Moreno *

 

 

Hoy tenemos un partido de fútbol importante, contra el Girona CF, pero como no quiero adelantarme con lo que pasará este sábado y el próximo domingo día 19 de junio, pues mejor no hablamos de ello. El CD Tenerife juega la final de los play-off de ascenso a la Primera División frente al equipo catalán y eso es muy grande y significativo para que este monólogo de hoy especule y se deje arrastrar por lo que todos deseamos para el equipo de esta tierra.

 

Y luego teníamos anoche la Gala de Elección de la Reina del Carnaval de Santa Cruz. Un acto singular que nunca se ha celebrado tan tarde- era el cuarenta de mayo cuando oíamos a los presentadores decir aquello de “Santa Cruz ya tiene reina”- y hemos tenido que esperar dos años para conocer a los diseños, a los nervios de las candidatas, a volver a ver que la fantasía de los que idean este tipo de fantasías ligados a la fiesta sigue estando a pleno rendimiento. Al final fue elegida Ruth González Martín, representando al Centro Comercial Añaza Carrefour, con diseño de Santi Castro denominado ¡Mírame! Y que ganó con los votos del jurado y los del público.

 

Como es habitual en este tipo de ceremonias, la nueva soberana estará acompañada por una corte de honor, cuatro candidatas que se quedan a las puertas del trono. Los que más apostaron por unos trajes llenos de diseño y casi iguales fueron los que coparon los primeros puestos de este certamen que ha abierto las diferentes competiciones de este Carnaval atípico en cuanto a fechas y calendario.

 

Por tanto, una vez más, voy a elegir otro tema para escribir estas reflexiones de esta semana. Y claro, si un tema como el fútbol está sin resolver y el otro, el referido a la Reina de Carnaval, ha sido solventado hacia la medianoche de ayer, me quedan temas como el de la incertidumbre de la situación económica o de otros asuntos que nos han llevado a que esta semana hayamos hablado de si merece la pena que nuestras señorías se cambien de asientos o no.

 

Lo de los 85 escaños por algo más de 107.000 euros es un asunto con la enjundia necesaria casi para llevarse un Monólogo integro y hacer la reflexión si es necesario ahora o no. Porque a los ciudadanos nos ocupa más saber si con lo que ganamos actualmente nos dará para comer, vivir y ahorrar o si por el contrario entramos en una espiral en la que nos tendremos que buscar la vida para pasar de la primera quincena de cada mes y cómo aguantaremos hasta el día 30, que es cuando algunos cobran. Y digo algunos porque no todos los negocios tienen las nóminas preparadas ese fin de mes y cobramos del 1 al 5 del mes siguiente.

 

Porque para que se hagan una idea de los se nos viene encima, el Banco Central Europeo (BCE) anunciaba ayer mismo que el próximo mes va a activar el fin de la estrategia monetaria superexpansiva para salvar a los europeos y al euro de una Gran Recesión. Así veremos que acaba el decenio con los tipos de interés cero o negativos y para eso será necesario que los países de la Unión Europea hagan grandes compras de bonos públicos primero, y también privados, operaciones financieras que se intensificaron a raíz de la recesión que causaba la inoperatividad impuesta por la pandemia del coronavirus y que se impuso en marzo en 2020.

 

Y hay gentes que se alegran de todo este negro panorama de la economía mundial y contra la que no se puede hacer mucho desde una política de país. Hay quien se ríe, por ejemplo, de lo que no está haciendo Marruecos o Argelia. Falsos patriotas que ven en cada una de las afrentas un modo de ridiculizar a los nuestros y de engrandecer a los que nos humillan o sacan partido de sus posiciones contrarias a nuestro país.

 

Por ejemplo, tienen más réditos para ellos que Marruecos imponga sus criterios a que España haga movimientos en su política exterior buscando que vengan menos pateras, que se recomponga el comercio o que se vuelva a la normalidad diplomática. Ahora es con Argelia. Sectores políticos que ven casi bien el cabreo de nuestro principal suministrador de gas y que dicen entender las razones de su encarecimiento de abastecimiento o de casi cortárnoslo.

 

Lo de Argelia es preocupante. Ahí tenemos a la oposición aplaudiendo hasta con las orejas mientras ni el Gobierno sabe en qué desembocará la actual situación. Las empresas no saben cómo actuar, ni la banca sabe qué pensar. Todo está paralizado por prudencia de los que tienen intereses en ese país. En este momento, han paralizado cualquier operación. No es moco de pavo porque está en juego alrededor de 2.000 millones de euros en exportaciones.

 

Nadie explica nada, ni aquí ni allí. Las entidades financieras españolas, encargadas de acometer los pagos y los cobros, no tienen claro el alcance de que Argel haya bloqueado todo el comercio con nuestro país, así como de que haya prohibido las transacciones de dinero desde y hacia España. Y ante esta situación, la banca prefiere recomendar a sus clientes que se abstengan de hacer ahora cualquier negocio con personas o empresas en ese país.

 

Pero nosotros tenemos a los que se ríen del mal ajeno y que hacen política de hoy para ver cómo lo arreglan en el futuro sin que les importe las consecuencias que tienen para miles de personas que dependen de ese tipo de relaciones. La oposición hace de su capa un sayo y prefiere estar en contra de todo. Que el Gobierno va a Bruselas y pide amparo, es criticado porque buscan “al primo de Zumosol” para arreglar su desaguisado, si viaja hacia Argelia para hacerle ver otro punto de vista, también lo critican porque entienden que se está humillando.

 

Y es que hoy eso del patriotismo está mal visto. Cada uno hace su política y prefieren alinearse con las tesis extranjeras antes que con las que defienden su propio país. No son capaces de estar con los intereses comunes porque van defendiendo los suyos propios, los electorales y son felices cuanto peor va esto, porque entienden que va bien para lo de ellos, para sus ansias electorales.

 

Un día dejaron entrar a un alto cargo saharaui porque estaba mal, enfermo, aquejado de males relacionados con la salud. Argelia no dijo nada porque el necesitado era de su interés, las autoridades marroquíes se indignaron y comenzaron a hacer la vista gorda con el asunto de las pateras y con los que llegaban a sus costas por los medios que fueran. Retiraron la embajadora y también congelaron las inversiones. España salió el paso para normalizar la situación y se mosqueó Argelia y hace las mismas cosas que hizo su vecino, con el que se lleva fatal. Y mientras algunos grupos políticos en nuestro país se ponen de uno u otro lado, apoyando a los foráneos, según vayan de acuerdo con sus intereses políticos.

 

Antes hablábamos de unidad y hoy esa palabra parece que también entra en el Catálogo de Memoria Histórica, ¿ustedes me comprenden? Pues eso, que nos falta unidad y menos planteamientos políticos porque la actual situación económica de millones de habitantes está en juego y porque el panorama para una Comunidad Autónoma como la de Canarias aún está más en el aire. Somos la plataforma que está en medio de esa confrontación y parece que aquí estamos en otras tesis políticas.

 

Tenemos que comer todos los días y hay conciudadanos nuestros a los que cada día les cuesta más poderlo hacer.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 11 de junio de 2022.

 

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