Máster en Abogacía de la ULL:
la opinión de un estudiante.
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Luis Hernández Giudicelli *
Terminé de cursar el Máster Universitario en Abogacía de la Universidad de La Laguna (en adelante, ULL) en diciembre de 2019. A lo largo del año y medio que tuvo de duración, desde el inicio del primer trimestre en septiembre de 2018, tuve la oportunidad de conocer todo aquello que el Máster puede ofrecer a los estudiantes que egresan del Grado en Derecho y desean acceder a la profesión de abogado.
Dejando a un lado opiniones relativas a la implantación del Máster de Acceso a la Abogacía en nuestro sistema académico, como vía obligatoria para acceder a la profesión de abogado, lo cierto es que desde el curso 2014/15 la Universidad de La Laguna decidió incluirlo en su catálogo como un máster presencial, que cuenta con un programa de 15 asignaturas (de las cuales, tres equivalen a las prácticas externas y otra al Trabajo de Fin de Máster o TFM), distribuidas a lo largo de tres cuatrimestres y que cuentan con un valor de 90 créditos (ECTS).
Lo mejor y lo peor
Llegados a este punto, y basándome en mi experiencia como alumno, es el momento de señalar cuales son los aspectos positivos y negativos del Máster Universitario en Abogacía de la ULL.
Pretendiendo ser breve y esquemático, considero que, por un lado, los aspectos más positivos de este Máster vienen a ser los siguientes: 700 horas de prácticas externas en un despacho de abogados a elección del estudiante, algunas clases con un elevado contenido práctico (como simular un juicio o un interrogatorio), asignaturas con contenido nuevo o ampliado con respecto al Grado en Derecho, así como poca carga de trabajo fuera del aula, los exámenes presentan un grado de exigencia (salvo algunas excepciones) acorde a los conocimientos impartidos y el precio resulta muy accesible (unos 1.400 euros aproximadamente). También disfrutamos de una visita guiada muy enriquecedora a la prisión de Tenerife II. Además, las clases se imparten en la Universidad de La Laguna, que es un lugar al que todos los que egresan del Grado en Derecho de la ULL están acostumbrados y les resulta cercano y familiar, sumado a que tuvimos a nuestra disposición todos los servicios que ofrece la Facultad de Derecho, como la cafetería o la biblioteca.
Por otro lado, lo cierto es que el Máster también cuenta con una serie de aspectos negativos dignos de mencionar: en varias ocasiones, las asignaturas tenían un contenido repetitivo, sumado a que ciertas lecciones eran puramente teóricas. El horario era, poco menos, que demoledor, ya que las prácticas externas se extienden durante todo el primer año, lo que se materializa en una rutina donde el tiempo se convierte en el bien más preciado, ya que es prácticamente inexistente, al tener ocupadas todas las mañanas y todas las tardes hasta las 20:30, menos la del viernes, contando apenas con una o media hora para almorzar. También es necesario señalar que, en ocasiones, el Máster ha carecido de coordinación y organización en algunos puntos, ya que algunas clases presentaban un contenido repetitivo con respecto a otras ya impartidas, o bien, el calendario de exámenes del último trimestre no llegó a publicarse en la web institucional, teniendo los alumnos y el profesorado que acordar las fechas de palabra.
Sin duda, uno de los aspectos más negativos que destaco del Máster Universitario en Abogacía es la imposibilidad de poder compaginar las prácticas externas con una relación laboral, de modo que, y esto le llegó a ocurrir a compañeros de mi propia promoción, si antes de comenzar a cursar el Máster, ya venías desempeñando una relación laboral en un despacho de abogados, no te era posible continuar trabajando en el mismo si querías realizar las prácticas externas, ya sea en ese u otro despacho distinto. Por lo tanto, te veías obligado a rescindir la relación laboral que venías desempeñando en el despacho, para continuar en el mismo sitio y realizando las mismas funciones, pero realizando prácticas externas y sin cobrar un duro. Ridículo.
A pesar de todo, a la hora de valorar en su conjunto el Máster Universitario en Abogacía, ya sea el de la ULL o cualquier otro, no es suficiente con identificar los aspectos positivos y negativos y ver hacia donde se inclina más la balanza. Al fin y al cabo, hay ciertos factores que son prescindibles y está claro que tampoco existe el Máster perfecto.
Tal es así, que, si yo contase con toda esa información antes de realizar el Máster, valoraría aspectos fundamentales como la presencialidad, la carga de trabajo, el precio y las prácticas, y lo cierto es que estos tres últimos puntos son de lo mejor que tiene el Máster de la ULL. En cuanto a la presencialidad, me atrevo a decir que a ninguno le gusta tener un horario académico tan asfixiante como llega a ser el del Máster, por lo que todo se reduce en valorar bien ese aspecto, ya que pasa a convertirse en un modo de vida que puede no encajar con todos.
De ese modo, mi propuesta para mejorar el Máster es simple: que se convierta en semipresencial, de manera que determinadas asignaturas, sobre todo las más teóricas, se puedan impartir telemáticamente, ofreciendo así un horario menos agotador y un diseño académico más atractivo para los juristas que desean acceder a la profesión de abogado, al mismo tiempo que el Máster adopta una dinámica más práctica en el desarrollo de las asignaturas, marcando una línea divisionaria con respecto al Grado en Derecho, cosa que, en ocasiones, no queda del todo claro.
* Luis HERNANDEZ GIUDICELLI
Graduado en Derecho por la Universidad de La Laguna (ULL)
Máster de Acceso a la Abogacía por la ULL.
7 de mayo de 2020.
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