EL MONÓLOGO / 147
Tiempo de prometer

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Por Pepe Moreno *

 

 

Ya hemos entrado en el tiempo de las promesas y, lo mismo que tenemos que comprobar algunas de los informes que nos llegan por las redes sociales, tendríamos que ver hasta dónde puede ser verdad algunas de las cosas que hoy nos proponen los políticos. Esta misma semana hemos visto cómo se presentaban una serie de obras en carreteras y autopistas, un interminable catálogo de proposiciones relacionados con viviendas, hospitales de los que nunca se terminan o colegios en lugares donde hoy hay barracones. Es como si de repente los que mandan se hubieran dado cuenta de que las proposiciones servirán para que los electores confíen en ellos, o ellas, y les vuelvan a otorgar la confianza.

 

Yo, ¿qué quieren que les diga?, soy un desconfiado por naturaleza. No me creo casi nada de lo que dicen y quizás sea porque llevo demasiado tiempo viendo que dicen lo que van a hacer y no lo hacen. Estuve durante mucho tiempo explicándole a mi madre, que en paz descanse, lo que era el carril bus-vao y hoy nadie sabe lo que es eso. Ahora nos dicen que hay que hacer otras obras antes de cambiarle el sentido a uno de los construidos, en función de la intensidad del tráfico.

 

Pero vemos a los políticos presentando los proyectos como si las palas estuvieran ya trabajando y para eso aún falta mucho. Por ejemplo, esta misma semana hemos visto como el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Pedro Martín, hacía los honores en una rueda de prensa con el tramo del Anillo Insular que discurrirá entre Icod de los Vinos y San Juan de la Rambla, y que cuando se haga, dicen ellos, cambiará y agilizará la manera de desplazarse de los ciudadanos de estos municipios y de otras localidades vecinas como La Guancha desde el Norte de la isla hacia el Sur.

 

Presentaba Pedro Martín la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para la actualización del proyecto de trazado y construcción de esta fase -la penúltima del proyecto-, que atraviesa una zona de Protección como es la Rambla de Castro y que fue aprobada por la Comisión de Evaluación Ambiental. Este era un paso primordial para poder licitar unas obras muy esperadas y estratégicas para toda la comarca.

 

El presidente de la institución insular se aventuró a decir que esperaba que los trabajos puedan comenzar “antes de fin de año”. Y llevamos 28 días de este recién comenzado 2023, incluso hay casas en los que aún no han retirado los adornos navideños, pero ya están vendiendo la moto de que los trabajos podrían ser licitados antes de que acabe el año, como si fuera pasado mañana. No faltan los que aplauden y los que valoran esta “gran noticia” como un avance. Luego matizan, con la boca pequeña, eso de que esperan respuestas concretas a sus demandas.

 

Por ejemplo, el alcalde icodense, Francis González, que cuestionó los plazos que se daban porque “cuando dicen que van a empezar las obras y se ponen fechas, o no se conoce el expediente o se está faltando a la verdad. Ha habido un proceso de exposición pública en el que se han realizado un montón de alegaciones por parte de los vecinos y del Ayuntamiento que no han sido contestadas y deben resolverse”.

 

Es decir, que la cosa no es tan sencilla, pero eso no lo dicen, es mejor hablar como si todo fuera a ser posible al día siguiente. El mismo alcalde González ya decía que eso de la declaración “es una parte del expediente, pero quedan por contestar las alegaciones y confirmar que técnicamente son viables o si tiene sentido lo que se plantea desde la Consejería. Esa comunicación, ese encuentro, no se ha producido y lo hemos pedido, porque es importante”. Pero, es más, advierte el alcalde de los problemas de seguridad que se plantearán en su día “ante el embudo de vehículos que se puede generar en el trayecto entre Los Realejos y San Juan de la Rambla, y en concreto, en la zona de La Rambla”.

 

No es el único que opina así, porque el primer edil ramblero, Ezequiel Domínguez, también fue muy crítico con este proyecto desde los inicios, dado que entiende que debe haber otras alternativas a la actual propuesta del Anillo a su paso por la localidad y todavía su Ayuntamiento no las ha recibido. Un Consistorio que acordó, en un Pleno, por unanimidad en dos ocasiones, prestar su conformidad al cierre del Anillo, pero rechazando el trazado actual, pues, entre otras cuestiones, condiciona de forma grave el desarrollo de la costa del municipio, sobre todo en la zona de Los Alenes.

 

Luego la cosa no está tan fácil. El proceso de alegaciones ha servido para solicitar que se pare el tiempo que sea necesario para que se estudie y plantee alternativas a la propuesta actual y que el tramo que une el municipio con el vecino municipio de Los Realejos sea soterrado para que no afecte a la costa.

 

Pero aquí podemos ver que depende del tema político. Si cogemos las declaraciones del alcalde de La Guancha, Antonio Hernández, del PP, para él este tramo presentado es “muy positivo” y espera que se agilicen todos los trámites para la licitación de las obras y que estas empiecen lo antes posible. “Para el pueblo y para la comarca es una gran noticia y puede ser el comienzo de un desarrollo económico social, industrial y de mejora para nuestros vecinos”, subraya.

 

Y no se quedan así las cosas porque en los últimos días hemos asistido a otras presentaciones. Decía Pedro Martín, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el presidente del Gobierno y el consejero de Obras Públicas que eran infraestructuras que iban buscando “la modernización y la mejora al máximo de la movilidad por carretera”, para así evitar los problemas de retenciones en la TF-5.

 

En este punto permítanme preguntar, a nadie y a todos eso ¿y por qué no lo ha hecho antes? ¿Qué es lo que han estado esperando? Los cuatro años de esta Legislatura, ¿los tiramos directamente a la basura?

 

Decía el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres que en estos tres años se han adjudicado 13 de los 16 proyectos previstos para Tenerife en el Convenio de Carreteras 2018-2027, lo que supone el 81% de las iniciativas contempladas. En la misma Isla ya se han destinado 7,3 millones de euros a la redacción de proyectos técnicos y se han adjudicado obras por valor de 353,3 millones, lo que implica un esfuerzo sin precedentes y “demuestra el compromiso total” del Ejecutivo autonómico en resolver uno de los principales problemas de Tenerife, “tal y como nos comprometimos al comienzo de esta legislatura”.

 

¿En qué? Usted, querido lector ¿ha visto que hemos mejorado en algo en cuanto a la circulación de la isla? Martín detalló, por ejemplo, que tienen los proyectos de la variante de La Laguna, el tercer carril Guamasa-La Orotava y el tramo del anillo insular San Juan de la Rambla-Icod, más el cierre por el oeste (tramo El Tanque-Santiago del Teide), con el túnel de Erjos ya al 70% y una previsión de finalización de obra para marzo de 2025.

 

Pero ya sabemos que los plazos que se manejan son más largos y que lo más seguro es que lleguen hasta el 2029 o incluso al 2030. Es decir, que no lo veremos muchos de los que hoy estamos en este artículo.

 

Hace dos días también hablaban de sanidad y comparecían los mismos para anunciar que el Hospital del Sur será el tercero de referencia en Tenerife con una inversión de 40 millones de euros para ampliarlo en 20.000 metros cuadrados, hasta los 47.000; duplicar las actuales 130 camas hospitalarias y dotarlo de más servicios sanitarios y especialidades. Con ello se equiparará a los hospitales universitarios de Canarias y Nuestra Señora de Candelaria.

 

Otro mensaje electoral, o al menos así lo vislumbro yo. Fíjense el tiempo que llevamos hablando del Hospital del Sur. Uno vestía pantalón corto cuando los políticos decían que tenían los fondos necesarios para que se creara y han pasado los años y los enfermos se siguen desplazando hasta el área metropolitana para recibir tratamientos oncológicos o para hacerse pruebas con los especialistas.

 

En el año 2019 se firmó un primer acuerdo de colaboración entre administraciones, que provenía de otro que se había firmado un año antes, con otro Gobierno y por el mismo, se alcanzaba un acuerdo para la liquidación económica de las obligaciones contraídas durante la construcción del Hospital del Sur de Tenerife y la realización, por parte de la Corporación insular, de las operaciones patrimoniales necesarias para transferir al SCS los inmuebles destinados a usos sanitarios.

 

Ahora se ha firmado un segundo documento en el que se recoge la cesión al SCS de la parcela que en el convenio se había asignado al Cabildo por ser esa localización la más adecuada para ampliar el Hospital del Sur. Para ello, el Cabildo de Tenerife tramitará la agrupación registral de las fincas e iniciará el expediente de mutación demanial, condición necesaria para la transmisión de la propiedad a la Comunidad Autónoma.

 

¿Se dan cuenta de lo difícil que es todo y que eso no tiene margen para ser acometido? Siguen paralizadas las obras del IES de Guaza, que tenían que haber terminado en 2020 y que, a día de hoy, siguen en el mismo punto porque la contrata pedía más dinero y más tiempo para hacer su trabajo. Nada se ha avanzado. El esqueleto del edificio sigue ahí y los que mandan en este aspecto no han hecho, que se sepa, nada para desbloquear esa obra.

 

Podría seguir con todo lo que en los últimos días se ha presentado, pero no merece la pena. Los convencidos por las distintas opciones políticas no se van a mover de sus posiciones. Si hacemos balance del avance nos saldrá una cuenta negativa. Va a tener razón el presidente de Fepeco, Oscar Izquierdo, de que “Tenerife es una isla en proyecto”. Y eso que ya parece que el pleito insular está desterrado, aunque claro, en Gran Canaria, que rechaza esa idea, es un sitio en el que se presenta un partido que tiene como lema lo de “Gran Canaria por encima de todo” y el que su color corporativo es el amarillo.

 

Dentro del Plan de Vivienda 2020-2025 se han proyectado una serie de viviendas, creo que unas 100, que son totalmente insuficientes. Esto no da ni para empezar, cuando la mitad del crecimiento de la población del Archipiélago se produce en Tenerife. Nuestros jóvenes tienen derecho a independizarse y acceder a una vivienda asequible; pero también tenemos que atender a quienes vienen a trabajar y a crear riqueza desde cualquier parte del mundo. Ellos también tienen este derecho; del mismo modo que quienes trabajamos y vivimos aquí.

 

Aquí no se hace nada, todo es paralizado, una vez por los ecologistas, otras por los vecinos, otras por los descontentos o por los diferentes gremios y profesionales y otras veces por una clase política que sabe más de guardar la ropa que de hacer valer sus decisiones. Pero ahora es tiempo de prometer, otra cosa es lo que creamos de esas promesas, ¿o a usted no le mosquea que sea ahora, precisamente ahora, cuando presentan todos esos proyectos?

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 30 de enero de 2023

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