EL MONÓLOGO / 183
Un voto que puede salir casi gratis

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Por Pepe Moreno *

 

 

La verdad es que vivimos unos días en los que la clase política está a una serie de cosas que les afecta a ellos y las que nos competen a los ciudadanos, que esperen. Bueno, a los ciudadanos en general y a los canarios en particular. No hay nadie que resuelva el problema de la inmigración, ni el de la cesta de la compra, o el relacionado con las competencias de costas, ni con las carreteras de las islas, ni con el colapso que se sufre en Tenerife, en las autopistas, ni tampoco con la escasez de viviendas que de siempre se han vivido en estas islas y que de un tiempo a esta parte se ha agudizado o agravado como consecuencia de una ley que ha empeorado la situación.

 

Podría seguir enumerando los problemas que nos acucian día a día. Los que conforman un rosario de titulares que dibujan la realidad de unas islas a las que casi nadie les hace caso y que tienen unas autoridades que, aunque se reúnen y tratan de que se les oiga, los que tienen en su mano su resolución están más empeñados en solventar su puesto político. Al final, lo que buscan es un pacto que les permita seguir cuatro años más, aunque la consecución de sus objetivos se lleve por delante el concepto de país que ahora mismo tenemos.

 

Hoy en día los votos que valen y los que suman son los catalanes, los vascos o los gallegos. ¿Qué les importa a los socialistas o a los de Sumar el único voto de la única diputada de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados? Nada. No les concierne en absoluto. En todo caso, su voto podría servir para “abaratar” la posible abstención de uno de los partidos separatistas catalán, pero nada más. Ya hemos oído, el jueves sin ir más lejos, a los catalanistas de Junts decir que no se van a abstener. Que podrían votar “sí” o “no”, pero que el voto de, por ejemplo, la diputada de CC no valdría para nada. Le han quitado un peso de encima a la fuerza política nacionalista canaria. Ni es llave, ni llavín, ni nada de nada.

 

Por tanto, ya no hablarán de los asuntos que nos preocupan a los que vivimos en estas islas y que podrían servir de moneda de cambio, como puede ser la fragilidad del sistema eléctrico actual, la acogida de inmigrantes o de los menores o, incluso, las competencias en Costas, que ahora el Gobierno Central ponen en la picota.

 

En los últimos días, hemos visto cómo han llegado más de tres mil inmigrantes solo a la isla de El Hierro y que eso ha servido para ponerla al borde de la emergencia.

 

El jueves se llegaba a un acuerdo, en la cumbre de Granada, y el propio presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, lo celebraba diciendo que el pacto tiene como eje la solidaridad, fundamental para España porque, como ha indicado, “lo que no puede ser es en que determinadas zonas de nuestro país, en el sur de España, las islas Canarias o Baleares, se haga frente y asuman todo ese fenómeno de migración irregular sin la solidaridad del resto de los países europeos”.

 

Ya reconoce que la inmigración también incluye la ruta canaria, cosa que hasta ahora negaba, y lo ha celebrado porque, según sus palabras, se ha encontrado un punto de equilibrio entre la solidaridad y la responsabilidad que es de interés para España.

 

Decía Sánchez que es un acuerdo en el que “todos al final hemos tenido que ceder, pero que sienta las bases, para que ya definitivamente, junto con el Parlamento Europeo, se logre ese pacto de migración y asilo”.

 

Y luego está lo de los “menas”, es decir, los menores no acompañados, que le cuestan a la Comunidad Autónoma Canaria una cifra que ronda los 14 millones de euros anuales. Es decir, el Estado, a través del convenio que el Ministerio de Migraciones, que dirige José Luis Escrivá, abona a las islas 50 millones de euros y que otros seis llegan vía el Ministerio de Derechos Sociales.

 

Si el coste de ese servicio, con los que ya han llegado, supera los 70 millones, lo que se tiene que poner, aquí en Canarias, son esos 14 millones de diferencia de los que hablaba antes. ¿Estaba pensando el Estado en meter ese coste diferencial en las cantidades a percibir si votábamos a favor de la investidura de Sánchez Castejón y firmamos un pacto de Legislatura? Bueno, menos mal, que de momento y con anuncio de Puigdemont de no abstenerse ya tenemos despejada esa duda.

 

Luego tenemos otros asuntos pendientes como la trasferencia de Costas. Un lío que está poniendo en solfa lo que se negoció en el pasado con el traspaso de las competencias a fuero canario. Las denuncias de pasividad parece que no son gratuitas y que ahora se comprueba que había algo de cierto. Las discrepancias en todo lo relacionado con terrenos cercanos al mar o en la misma linde marítimo-terrestre, parece que eran ciertos.

 

El primer asunto que ha saltado a la opinión pública ha sido el de los hoteles Riu de Fuerteventura, construidos dentro del deslinde y cuya concesión ya caducó. En función de esas capacidades, el Gobierno canario les dio la autorización para que hicieran obras de rehabilitación.

 

Con este permiso se iban a ir al ERTE los trabajadores de esos hoteles, se cerraron sus puertas y comenzaron a llegar los materiales. Las autoridades canarias, las anteriores, hasta le dieron un premio de Turismo a los hoteles. Sin embargo, hete aquí que el Gobierno Central, a través de Costas, entendió que las cosas se han hecho mal y han dicho incluso que el tiempo se ha acabado y que los hoteles hay que derruirlos.

 

Para que todo el mundo lo entienda. Días pasados se produjo una reunión en Madrid entre delegaciones del Gobierno Central y el Canario. Por parte centralista estaban dos de las tres representantes de Transición Ecológica. Dos de estos representantes del Gobierno Central están denunciados por la cadena hotelera RIU con una querella, admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid, por un presunto delito de prevaricación.

 

Tanto los hoteles RIU Oliva Beach y RIU Palace Tres Islas, ubicados en el entorno de las dunas de Corralejo, en Fuerteventura, son construcciones hoteleras pendientes de demolición. Los quieren tirar por incumplir, según el Ministerio, las condiciones de su concesión en dominio público. El departamento de la ministra, Teresa Rivera, lleva desde el año 2021 rechazando prorrogar la concesión que permite a los hoteles situarse en el emplazamiento en el que están, en contra de la opinión del Gobierno autonómico.

 

Bueno, para qué ha sido eso. Nuestro Ejecutivo ha creado una Dirección general de Costas y Gestión del Espacio Marítimo canario en el organigrama de la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad. Destaca la importancia que merece la ordenación y gestión del espacio marítimo, y la necesidad de darle un tratamiento especial a una competencia que refuerza el autogobierno de las Islas.

 

Este departamento está ya dotado de un servicio plenamente canario, con recursos humanos, materiales y económicos suficientes; cuenta con una nueva dirección de estructura económica de cara a los presupuestos de 2024, y ya está dimensionando cuáles son las nuevas competencias y los retos para las Islas. En cambio, el Ejecutivo Central no lo ve tan claro.

 

Nos están remitiendo a Política Territorial para aclarar quién debe decidir. En Canarias ya está nombrado el personal, y los cargos públicos, aunque no hay presupuesto aprobado para ello, pero primero son los contratos y luego el ya veremos. De momento a las gentes de los hoteles en conflicto no le llega la camisa al cuerpo y a eso hay que sumarle el jaleo jurídico.

 

¿Podría haber estado este otro asunto en el documento de un posible pacto para darle la investidura a Pedro Sánchez? ¿Pondrían poner en el pliego lo de las competencias plenas para el Gobierno Canario en lo referente a las Costas y de esta manera solventar los quebraderos de cabezas de esos y otros hoteles del litoral canario? ¿Incluirán los establecimientos que ahora mismo son ilegales y que, por tanto, ya no tendrán que preocuparse por la piqueta que ensombrece su futuro? Es un tema como para pensárselo y la verdad es que aquí se puede aplicar aquello de “piensa mal y acertarás”.

 

También tenemos pendiente lo de la “emergencia energética”. Una cuestión de la que han hablado Fernando Clavijo, y, otra vez, la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, quienes han tratado, con el consejero de Transición Energética, Mariano Hernández Zapata, las ofertas públicas que pueden presentarse para que las empresas puedan aumentar un total de 200 megavatios (MW) en el archipiélago como una solución “transitoria”.

 

Clavijo explicaba que se ha abordado la situación de los expedientes para la presentación de estas ofertas, que aumentarán 200 megavatios en el archipiélago, previsiblemente 20 más en la isla de Fuerteventura. “Es una solución transitoria y de emergencia, lo cual habitualmente los plazos son para un año y era un esfuerzo importante para no tener que esperar año a año”. ¿Eso se ha conseguido gratis?

 

Asimismo, la también vicepresidenta tercera en funciones explicaba que se ha hablado sobre la energía eólica, recordando que se han aprobado los planes de ordenación de espacio marítimo, que son las primeras referencias.

 

Por el contrario, la clave estaba en lo que decía el propio Clavijo al final de la rueda de prensa cuando reafirmaba su predisposición a negociar su apoyo al candidato socialista, Pedro Sánchez, ante su investidura y si finalmente acaba consiguiendo la legislatura, pese a que Junts haya manifestado que votará “sí” o “no”, pero en ningún caso se abstendrá.

 

Estas pueden ser las claves de un acuerdo, me dan a mí, particularmente, por las que se podrían dar un sí a la investidura de un candidato que estaba muerto, políticamente, pero que parece más vivo que nunca y que en vez de estar de juerga estaba negociando durante todo este tiempo. Si se dan cuenta, de lo único que se habla es de Junts, el partido de Puigdemont, y nunca de Ezquerra Republicana, el de Oriol Junqueras o de Gabriel Rufián, cuyos postulados ya no interesan tanto. ERC es una formación política que ha pasado del protagonismo al ostracismo.

 

Si encima se llevan a Ángel Víctor Torres a un Ministerio a Madrid, miel sobre hojuelas, porque ya no hay líder con el que debatir en un Parlamento que solo tiene a Sebastián Franquis como portavoz. Hasta se podrían plantear romper con el PP de Manuel Domínguez, aunque siempre es mejor estar contra Madrid, que eso da muchos titulares de maltrato.

 

¿Se estarán preparando unos y otros para el entendimiento? La verdad es que el voto de Cristina Valido no vale nada, a tenor de lo expresado por Junts. En realidad, nos darían lo que deberían darnos sin entrar en negociación. Es justo conseguir que el Gobierno Central se moje en la modernización de los sistemas energéticos, que cumpla con lo manifestado en las competencias de Costas, que haya solidaridad con el asunto de la inmigración y con los menas. Si al final, a cuenta de estos asuntos, es por lo que CC da su apoyo a Sánchez, será que su voto no vale nada.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 7 de octubre de 2023

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