VISIONES ATLÁNTICAS / 170 Distopías distróficas
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Hugo Luengo *
Asistimos al aislamiento de las clases políticas de sus sociedades civiles, que las crisis, sanitaria, de globalización y conflictos bélicos aumentan, en un cambio de era con la entrada en escena de la inteligencia artificial. Se traduce en un estado de desconcierto que identificamos como “distopía disfórica”, lo opuesto a las “utopías eufóricas, donde sociedad e individuo se incorporan a un medio ideal y perfecto.
La disforia nos trasmite un estado de emociones desenfocadas y molestas. Ansiedad, irritabilidad, inquietud y olvido. Expresión de distorsiones psicológicas, incapaces de diferenciar entre el estado personal y las relaciones civiles, que dificulta la toma de decisiones atadas al bien común. Nos ofrecen futuros desoladores, donde el ciudadano arruina su existencia y esconde su personalidad, invadida por el estado-partido omnipresente.
“Yolanda”, nos traslada desde la obra de Douglas Rushkoff “La Supervivencia de los más Ricos” una actualización de la lucha de clases, lectura “conspiranoide y catastrofista”, en la mejor tradición neocomunista, que convierte al estado en la mejor garantía de protección de cuantas plagas anuncia. Colapso medioambiental, agitación social, explosión nuclear, virus imparables, sabotajes informáticos, rebelión de las máquinas. Las plagas a la espera del estado salvador en una sociedad adormecida.
La polarización requiere “muros” que segmenten los mercados y el diálogo social. Contra la empresa, con reducción de jornada, salario mínimo, control de sueldos del IBEX, convenios autonómicos, despidos disuasorios, que penalizan a los segmentos sociales más débiles. Teorías del “decrecimiento” donde dicen que viviremos mejor con menos, el estado suplantando al ciudadano. Gramsci en acción invadiendo los valores culturales del emprendedor.
“Pedro”, nos ha metido en un laberinto sin salida, cuyos “muros” se elevan. Es más elaborado, porque trabaja en un “circo con dos pistas”, magia y cortinas de humo. Disfrazado no lo conocen ni aquí ni en la UE. El escritor Javier Cercas le votó en julio creyendo que era “socialdemócrata”. Lo decía en el “País-Pradva”, que en estas fechas ha expulsado por insumisos a Savater, su más antiguo columnista y a Félix de Azúa.
Mantener el circo en activo exige segmentar el mercado, la economía y el presupuesto nacional. Elevar de tono el espectáculo, el más difícil todavía. Con la ilegal amnistía traslada al nacionalismo catalán el control de fronteras. Cuando dicha competencia forma parte de las cesiones de soberanía a la Unión Europea, coordinada desde el FRONTEX Que se construyó en su posguerra contra los “nacionalsocialismos” nazi y fascista y el comunismo estaliniano.
Mismo desconcierto identitario que protagonizó en la Eurocámara en su despedida como presidente de turno el 14 de diciembre, ante un atónito Manfred Weber, alemán de la CDU, presidente del Partido Popular Europeo, primer partido de la UE. A quien acusó de negociar con partidos antidemocráticos y de nazi. Sin esperar respuesta se ausentó de la cámara, algo insólito en la UE, que lo conoció sin disfraz.
Sigue el espectáculo cuando impone al PSOE en la Coruña y sin debate, un modelo territorial “confederal” lejos del “federal” aprobado con Rubalcaba en la Declaración de Granada de 2013.La “cogobernanza” quiebra la igualdad, la nación, el estado y la economía, cuando con el muro catalán deriva hacia el modelo del “cupo vasco”, que hace inviable el presupuesto nacional. El” circo de dos pistas”, con espectáculo continuo, donde defendiéndose de la “fachosfera”, acabará cayendo el trapecista sin red de seguridad que nos proteja.
Perdida la responsabilidad y la lealtad, debemos defendernos de los delirios del “decrecimiento”, a que viene derivando la misma UE con su agenda 2030. Con innovación, ciencia, e inversión de futuro, derribar los muros de quienes solo pretenden repartirse lo público, mientras bloquean lo privado.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 5 de febrero de 2024
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