El culto a la personalidad de Sánchez

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Eligio Hernández Gutiérrez *

 

 

En las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2023, planteadas como plebiscito por Sánchez, el PSOE sufrió una derrota importante, y antes en las elecciones de Andalucía, que venía siendo un granero secular de la izquierda, sin que se produjera un debate ni autocritica en los órganos del partido sobre las causas de la derrota.

 

Antes, al contrario, Sánchez convoca sorpresivamente elecciones generales y comparece ante el Grupo Parlamentario socialista del Congreso donde, lejos de que los diputados le hagan una sola critica por la debacle electoral, poco menos que lo reciben bajo palio con atronadores aplausos, y plantea como estrategia electoral la imperiosa necesidad de hacer frente a la supuesta amenaza fascista de la derecha y ultraderecha del Partido Popular y Vox, que logra movilizar al electorado.

 

Celebradas elecciones generales en julio, las gana el  Partido Popular, pero Sánchez logra formar un gobierno  que sus corifeos mediáticos no se cansan de calificar como “progresista”, cuando saben y ocultan la ascendencia etarra de BILDU; que JUNTS, heredero de Convergencia, liderado por un prófugo de la Justicia, es el arquetipo de la derecha capitalista reaccionara catalana, nido de corrupción; que el PNV es un partido conservador histórico de la democracia cristiana ; y que ERC es más un partido nacionalista independentista que un partido de izquierdas(Francesc de Carreras), que traicionó(la palabra traición es de Azaña) a la Republica en 1931, en 1934 y durante la guerra civil, como dejó constancia escrita Azaña y Negrín a la que le he dedicado varios artículos.

 

Como precio a los siete votos de JUNTS, para mantenerse en el poder, Sánchez promovió una ley de amnistía anticonstitucional que vulnera la división de poderes y deja indefenso al estado al suprimir los delitos de sedición y reducir las penas del delito de malversación de fondos públicos.

 

Defendió la amnistía con la finalidad de normalizar Cataluña a sabiendas de que no sería posible, pues nada más aprobarse la Ley de Amnistía, los independentistas reclaman un referéndum de autodeterminación y aprueban en el Parlamento catalán una ley de autodeterminación que suspende el Tribunal Constitucional, confirmando así que cada vez en la historia que el Estado ha cedido a las exigencias independentistas, estos las han vuelto a reiterar y empeorar (O tornarem a fer). Una vez más la ley de amnistía se aprueba sin debates ni critica alguna en los órganos internos de PSOE.

 

El sindicato Manos Limpias denuncia a la esposa de Sánchez por el delito de tráfico de influencias, que difícilmente prosperará judicialmente, pero Sánchez, una vez más, da un golpe de efecto y escribe a la ciudadanía una carta victimista denunciando una conspiración reaccionaria de la derecha, de los jueces y fiscales, y medios de comunicación, que confirma en su comparecencia para comunicar que no dimitía, de lo que yo no tenía ninguna duda, porque el poder para Sánchez es “un deseo insaciable y una ambición sin límites”(Bertrand Russel).

 

Ha logrado congregar a la genuflexa militancia socialista en la calle Ferraz para idolatrarle por el supuesto acoso a su liderazgo que ha sido una constante en la política española contra diversos líderes y gobernantes, entre otros, contra Felipe González, acusado de ser la X de los Gal, que sufrió un acoso mediático, como declaró José María Ansón, entonces director del ABC: “Había que terminar con Felipe González. Se subió el listón de la crítica, pero erala única forma de sacarlo de la presidencia del Gobierno”; contra Rita Barberá que terminó suicidándose por el acoso y las injurias; contra Camps que fue declarado inocente tras sufrir varias campañas de desprestigio; y contra Rajoy que dejó la presidencia del gobierno por una moción de censura a causa de una condena judicial controvertida al partido popular, sin que este hablara de lawfare , y sin que ninguno se tomara cinco días para reflexionar si dimitía o no.

 

Maquiavelo se quedaría asombrado por la astucia de Sánchez y por su habilidad para manipular y calificar falsamente como ultraderechista a la derecha, logrando convencer a la militancia socialista de que el Partido Popular es fascista, cuando es un partido, equiparable a la derecha europea, que defiende la Constitución, la unidad de España y el Estado de Derecho, como lo demostró con los gobiernos de Aznar y Rajoy por mayoría absoluta, sin que produjera un liberticidio de los derechos y libertades;  y que VOX es la ultraderecha cuando no tiene posibilidad alguna de llegar al gobierno como si ha llegado la ultraderecha italiana y puede llegar la francesa.

 

Se ha olvidado Sánchez, como ha dicho el historiador Juan Pablo Fusi,  que, precisamente, la pérdida del sentido de nación y estado españoles por parte de la izquierda -de la izquierda radical y del propio PSOE bajo la dirección de Zapatero y Sánchez- ha sido, desde mi perspectiva, una de las causas del resurgimiento político en España de la extrema derecha; y que  hay dos grandes problemas actuales: primero, en efecto, Cataluña; pero en segundo lugar, la tesis de la izquierda de que democracia es igual a izquierda y nacionalismos. Gran error. La democracia, y más así en estados muy descentralizados como España, requiere grandes partidos nacionales (mesurados, equilibrados) y acuerdos de fondo sobre las grandes cuestiones de la política”.

 

Pero lo más grave es que Sánchez, y antes José Luis Rodríguez Zapatero con la Ley de Memoria Histórica, también han dividido a los españoles con La Ley de Memoria Democrática 20/2022 de 19 de octubre, pactada con BILDU, que ha vuelto reabrir la «doble herida», que ha caracterizado la turbulenta y dramática historia contemporánea de España, desgraciadamente, y originado, «La progresiva separación entre los españoles y la creciente división entre las regiones”, de la que ha hablado Laín Entralgo.

 

El profesor Alejandro Nieto, en su reciente libro “Entre la Segunda y la Tercera República”, ha dicho, en mi opinión, con acierto, que esta Ley de Memoria Democrática, es un modelo del sectarismo político y de incorrecciones técnicas que bastan para justificar su olvido”.

 

Pero es también grave que Sánchez haya fomentado el odio a la derecha, traicionando el socialismo liberal humanista encarnado por Fernando de los Ríos y Indalecio Prieto, que en plena lucha contra el fascismo el 8 de agosto de 1936, como responsable de la cartera de Defensa, dijo: «Por muy fidedignas que sean las terribles y trágicas versiones de lo que haya ocurrido en tierras dominadas por nuestros enemigos, no imitéis esa conducta; os lo ruego, os lo suplico. Ante la crueldad ajena, la piedad vuestra; ante la sedicia ajena, vuestra clemencia; ante todos los excesos del enemigo, vuestra benevolencia generosa». «¡No los imitéis! ¡No los imitéis! Superadlos en vuestra conducta moral; superadlos en vuestra generosidad. Yo no os pido, conste, que perdáis vigor en la lucha, ardor en la pelea. Pido pechos duros para el combate, de acero; pero corazones sensibles, capaces de estremecerse ante el dolor humano y de ser albergue de la piedad, tierno sentimiento, sin el cual parece que se pierde lo más esencial de la grandeza humana»; y desde su exilio mejicano exclamó: “Me están vedados los cementerios de España, pero si pudiera volver a ellos, pondría un ramo de rosas rojas en la tumba de mis adversarios que también lucharon por España”.

 

José Padrón Machín, mi maestro de tantas cosas desde mi infancia en mi pueblo natal, escritor y periodista, autodidacta, republicano socialista, que sufrió persecución y cautiverio, me enseñó a amar a la República, al PSOE y a España, pero antes me enseñó a leer a Galdós, presidente de la Conjunción republicano-socialista de 1909, paradigma del amor a España, cuyas lecturas me convirtieron en un Español irremediable,  pero desde que tuve razón política pensé que no era posible amar a media España frente a la otra media, y me propuse estudiar  los errores y aciertos de la Republica y de la que se llamó la España Nacional, para que no se cumpliera la sentencia de Larra: ”Aquí yace media España, murió de la otra media”.

 

El Partido Popular, que tuvo más votos que el PSOE en las últimas elecciones, representa cuando menos a media España, por eso, odiar al Partico Popular sería como odiar a la España que le apoya, que es lo que ha conseguido Zapatero y Sánchez.

 

Amparándose en la falacia de una  supuesta derrota al fascismo y a la ultraderecha, Sánchez tiene sometida a su implacable bonapartismo a la militancia socialista, a pesar de que carece completamente de la preparación intelectual de don Fernando de los Ríos y Julián Besteiro, de la inteligencia política de Indalecio Prieto, del liderazgo de Felipe González, y del equipaje cultural de Alfonso Guerra, a quienes la militancia denosta, al igual que a los militantes que somo críticos con Sánchez, marchitando la tradicional fraternidad socialista y las relaciones personales de éstos con algunos compañeros socialistas.

 

El PSOE, en cuyos órganos no hay debates ni autocritica, carece de democracia interna y vulnera el artículo 6 de la Constitución, lo que no imposibilita que a ningún Secretario General del PSOE se le haya tributado un culto a la personalidad como a Sánchez por la militancia socialista, que casi lo venera, lo que solo resultaría explicable a través de una ciencia apenas formulada que se llama psicología colectiva.

 

La militancia socialista podría estar padeciendo una hemiplejía moral,  término acuñado por el filósofo español José Ortega y Gasset, en el prólogo para su obra en versión francesa de La rebelión de las masas, publicada en mayo de 1937, que define la incapacidad   de pensar a una persona de una forma extensa, más allá de su ideología.

 

El egocentrismo narcisista de Sánchez ha hecho afirmar, lo que comparto, a Ignacio Varela (El Confidencial 24/7/2023), que fuera director del Gabinete de Prensa del Gobierno de Felipe González, que Sánchez es el personaje más tóxico que ha dado la política española en lo que llevamos de siglo; y a Juan Alberto Belloch, que fuera ministro de Justicia e Interior y alcalde de Zaragoza, que Sánchez ha sido el peor presidente socialista del gobierno que ha tenido España.

 

 

*  Eligio HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ

Presidente de la Sociedad Civil de Canarias.

Abogado en ejercicio y Magistrado jubilado.

Embajador de la Marca Ejército.

Ex fiscal general del Estado y ex miembro del Consejo de Estado.

Ex diputado en el Parlamento de Canarias.

Ex Gobernador Civil de S/C de Tenerife y delegado del Gobierno en Canarias.

Ex miembro del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Académico de la Academia Canaria de la Lengua.

Licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna (ULL)

Diplomado en Derechos Humanos por la Universidad de Estrasburgo.

Vicepresidente de la Fundación Juan Negrín.

Militante socialista.

Cristiano militante.

 

Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 2024.

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