Con Canarias no se juega, señor Torres
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Rebeca Paniagua Navarro *
Si hay un Partido que se ha empeñado en que la cuestión migratoria y la crisis humanitaria derivada de ella fuese entendida y atendida por el Gobierno español, ese es el Partido Popular de Canarias. Manuel Domínguez, vicepresidente de Canarias y presidente regional del PP, un hombre de altura política y lealtad a su tierra, no se ha puesto de perfil ni ante los suyos ni ante el Gobierno de Sánchez.
A ver si este último entiende que gobernar es ceder sí, pero también dar un golpe sobre la mesa y demostrar cómo gestiona un líder al que le interesa el bien común, como es Domínguez, por encima del suyo propio. Pero bueno, ese es otro cantar en el que mejor no adentrarnos porque daría para más de un par de estrofas.
La reforma de la Ley de Extranjería para establecer la derivación de menores migrantes no acompañados que llegan a las Islas entre todas las Comunidades Autónomas, ha sido la mayor trola del gobierno socialista. Ni han querido ni se han esforzado en sacarla adelante. Y, lo más ridículo e infame de todo es que, con el mismo morro con el que aprobaron la Ley de Amnistía, han querido culpar de la parálisis de la reforma al Partido Popular.
El mismísimo ministro canario, Ángel Víctor Torres, aquel que prometió delante de los medios de comunicación que se quedaría en Canarias a hacer legítima oposición y al que, por el momento, no se le conoce oficio ni mérito político alguno, ha señalado con desdén y hasta con sorna al PP de Canarias afirmando que es responsabilidad nuestra que esta modificación no haya sido admitida a trámite en el Congreso. No detalla argumentos sólidos, no da respuestas certeras ni explicaciones con un mínimo razonamiento; tampoco las tiene. A él le han metido entre ceja y ceja una idea simplona y facilona, y así la ha estado repitiendo un día sí y otro también.
La realidad de los hechos es que Manuel Domínguez, como líder del Partido Popular de Canarias, ha formado parte activa en la elaboración de un documento, a propuesta del Gobierno de Canarias, que fue enviado al Gobierno español y devuelto por este si concretar ninguna de las aportaciones del PP. Durante meses, leen bien, meses, el Gobierno de Sánchez se negó a negociar la reforma de la Ley de Extranjería con el PP y solo accedió a entablar una reunión con cada grupo parlamentario en el Congreso a petición expresa del Gobierno de Canarias que conformamos PP y CC. Con eso les bastaba y hasta mucho era.
Desde el Partido Popular solicitamos una reunión expresa con el Gobierno para dar mayor detalle de las medidas que nos hubiera gustado incluir y, al menos debatir, pero fue imposible. La sordera del ministro canario le impidió escuchar desde Madrid nuestro reclamo, pero, eso sí, vista no le faltó para contestar vía WhatsApp a nuestro portavoz, Miguel Tellado, con una escueta negativa a reunirse a dos días de la votación de la admisión a trámite de la reforma de la Ley de Extranjería en el Congreso. Así se las gasta el ministro.
Al PSOE no le interesaba sentarse con el PP a negociar ni a dialogar, eso lo hacen con otros; le convenía el ruido y generar polémica donde no la tendría que haber habido, porque la emergencia que vive Canarias con casi 6 mil menores en acogida, se merece no una, sino todas las reuniones que sean necesarias.
De lo que no habló jamás el PSOE del ministro canario y de Sánchez, es de que fueron sus socios de gobierno, los que le mantienen en La Moncloa, JUNTS y Esquerra, quienes se negaron en rotundo a acoger a ningún menor migrante. Ellos le dieron la espalda y votaron que no a la reforma, pero tampoco es que hicieran ninguna otra aportación ni sugerencia.
Lo que no esperaba el PSOE, porque jamás lo hubieran hecho, es que, primero: el PP dijera que sí, sin fisuras, a la propuesta de reparto de casi 400 menores que llevó el partido socialista a la última reunión sectorial sobre inmigración, y que el PP se comprometiera a ello, a pesar de las amenazas de VOX de romper los gobiernos autonómicos con los populares. Los chantajes no funcionan con partidos de Estado y democráticos y así lo hemos demostrado. A ver si toman ejemplo.
Desde el PP de Canarias seguimos apostando por la modificación de la Ley y una política migratoria real porque la de ahora es inexistente por parte del Gobierno de Sánchez. Para que esta reforma sea verdaderamente efectiva y no un brindis al sol, es necesario que exista partida presupuestaria (actualmente no se recoge en la modificación), que se declare la emergencia nacional para que los recursos asistenciales, en cualquier Comunidad, se puedan habilitar en un breve espacio de tiempo, y que la derivación de menores incluya a todas las CCAA sin excepción, también a Cataluña. Nada de esto está en la reforma que se quiere llevar al Congreso y nada de esto se quiere consensuar.
Además, hemos solicitado por enésima vez que se convoque la Conferencia de Presidentes para que haya trasparencia con todas las Comunidades. Ya ven, al ministro canario le importa bien poco la crisis migratoria que viven las Islas. Ni hizo nada en su día como presidente autonómico ni ahora que es ministro de memoria a corto plazo. Con Canarias no se juega señor Torres. A nosotros, el PP de Canarias, sí nos preocupa y nos ocupa la crisis migratoria. Seguimos dispuestos al diálogo y al consenso por el bien de esta tierra, así que, si se anima, por fin, a hacer política de la buena y a trabajar alguito, aquí estamos.
* Rebeca PANIAGUA NAVARRO
Diputada del Partido Popular en el Parlamento de Canarias
Licenciada en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU, Madrid
Su lema de cabecera: “Que tu trabajo hable por ti”
Islas Canarias, 1 de agosto de 2024
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