EL MONÓLOGO / 236
La importancia de saber a quién le importamos

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Por Pepe Moreno *

 

 

Muchas cosas han pasado en los últimos días y en este monólogo de hoy sábado quiero centrarme en algunas de ellas, que hay semanas en las que no sé de qué escribir y espero hasta última hora para decidir. Y ayer, viernes, fue un día raro en el que se mezclaba la despedida de Rafael Nadal, con la trama de las mascarillas, de Koldo, de Aldama o de Ábalos, con la presencia del presidente del Gobierno Canario, Fernando Clavijo, en la Moncloa con su homólogo en el Ejecutivo del Estado Pedro Sánchez.

 

Muchos estábamos pendientes de ese encuentro, pero lo que sucedía con el informe de la UCO y la trama para cobrar unas comisiones por todo lo relacionado con las mascarillas y la pandemia y que lo relacionaba con Canarias, hizo que el interés saliera de un sitio y se metiera en otro.

 

Si a eso le unimos el video en el que Rafael Nadal Perera se despedía de las pistas profesionales del tenis, ya tenemos compuesta la primera de los periódicos. Por tanto, la visita de Clavijo tenía las de perder, o por lo menos no es asunto más grande que la fotografía de ambos mandatarios en la puerta de la Presidencia.

 

Sabíamos que Clavijo iba a hablar duro y fuerte, pero que su argumento decayera como lo hizo el día anterior en el Congreso, eso no lo esperábamos. A medida que la mañana fue aportando noticias de la trama, nos dimos cuenta de que eso tenía más enjundia que lo tratado entre los dos dirigentes.

 

Que si la vicepresidenta venezolana pisó suelo español con el beneplácito del “número uno”, ósea de Sánchez, que si en las maletas traía oro para venderlo, que había una prohibición para que estuviera en tierra comunitaria. O que si Ángel Víctor Torres, a la sazón en aquel momento como presidente de la Comunidad Canaria, compró mascarillas por encima de precio, que se comprometió con unas pruebas sanitarias que se realizaban en determinado laboratorio para poder viajar en fechas navideñas a las Islas. Que si se ponían en contacto con un tal “Antonio” para que les diera el visto bueno a una serie de cosas que se iban a hacer con la sanidad… es decir, que todo ello tendría más fondo que la entrevista Sánchez-Clavijo.

 

Sin embargo, nuestro presidente siguió hablando de la inmigración, con un toque de atención para los dos partidos, PP y PSOE, por no llegar a un acuerdo. En especial a su socio de Gobierno, los populares, por haberse levantado de la mesa de negociación, llegando a decir que “no lo entendía” porque los acuerdos se alcanzan negociando, no impidiendo que se lleguen a esos pactos. Clavijo está haciendo de esto, la inmigración, su monotema de declaraciones.

 

En el Congreso de los Diputados comparecía Pedro Sánchez forzado por el PP para hablar de su política migratoria tras meses de tensión entre Gobierno y oposición por la perentoria situación de los menores no acompañados en Canarias y su necesario reparto entre el resto de las comunidades autónomas, una medida que los populares siguen bloqueando.

 

Llegó a decir que “somos hijos de la emigración, no vamos a ser padres de la xenofobia”, y llegó a decir que “toda la UE tiene de recibir a inmigrantes para compensar la caída demográfica y sus implicaciones económicas y laborales”.

 

El propio presidente pronunció un discurso en el que hablaba de los derechos de los migrantes, pero tampoco despejaba las dudas de lo que estos días ha sido la discrepancia. Ni dijo si iba a pedir la ayuda de la UE, ni cómo se efectúa el reparto, ni dijo si había partidas presupuestarias para ello, ni siquiera cómo sería el criterio del reparto, si era por la población o por el territorio.

 

Cuando le tocó el turno al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, lo hizo para hablar de ETA y de la excarcelación de líderes en virtud del pacto, dijo, con Bildu-EH. Se veía a la legua que lo de los menores en Canarias no iba con él y que, aunque la situación es de angustia para nosotros y nuestra administración autonómica, para él y su partido es una realidad mínima y puntual en el gran debate de las migraciones.

 

Le voy a tener que hacer caso a los que dicen que al líder del PP no habla de la inmigración porque Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid y otros líderes regionales, no quieren que se derive parte de ese colectivo por otras autonomías.

 

Por eso, pese a imponer el tema del pleno, dedicó su tiempo en el hemiciclo a intentar tapar, por un lado, el reparto de los menores y por otro, a cubrir la grieta de credibilidad abierta en sus filas por la negligencia de los populares en la tramitación de la reforma legal sobre la convalidación de las condenas a varios presos de ETA para cumplir con una norma de la Unión Europea.

 

Para que este hecho no se quede solo en su gesto, también debemos tener en cuenta que el actual portavoz parlamentario, Miguel Tellado, se dedicó a exhibir una fotografía con una docena de miembros del Partido Socialista asesinados por la banda terrorista.

 

A ese hombre no le importaban los menores no acompañados que se acogen en Canarias, lo que “vendía” era la exhibición pública de esa lista, pero desde luego lo que quedaba era que no le interesaba nuestro asunto, sino el de ellos; la instrumentalización de las víctimas.

 

Núñez Feijóo hablaba del tema terrorista y no le importaba, para nada, abordar el asunto de los inmigrantes y su llegada a Canarias. De lo que hablaba es de banda y que el presidente, para seguir en la Moncloa, los acercaba, e incluso los excarcelaba, en un intento de enjuagar en el Parlamento los errores de su partido.

 

No les importamos a nadie. Ni al Gobierno ni a la oposición porque no nos hacen caso y nuestras propuestas caen en saco roto. Hablan de lo que les interesa y obvian el debate en cosas que, a nosotros, los canarios, nos parecen, el no va más.

 

En las últimas horas, hemos visto al vicepresidente del Gobierno Canario, el máximo responsable del PP en las islas, pedirle a su partido que “vuelva a dar un paso al frente” para sentarse de nuevo con los Gobiernos central y canario y pactar la derivación de menores migrantes.

 

Le ha debido ver las orejas al lobo porque ha asegurado que ha mantenido conversaciones tanto con el presidente nacional de su formación, Núñez Feijóo, como con el portavoz en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, para que entiendan que deben “de una vez por todas, plantear una iniciativa” y añadió que “es el momento que el PP dé un paso al frente de nuevo, ya lo dimos en el momento en el que Alberto Núñez Feijóo vino a Canarias y firmó ese documento con el presidente del Gobierno regional, Fernando Clavijo”, ha insistido el presidente del PP canario.

 

¿De qué sirvió aquel papel que ambos firmaron? De nada, porque a las primeras de cambio dan la espantada por respuesta y hablan de ETA y del acercamiento o libertad de presos, pero nada de los MENAS y menos aún de la inmigración.

 

Dice Domínguez que si su partido da el paso de volver a la mesa de negociación “se podrá entender que el PP está al lado de la sociedad canaria”. La razón es que estas palabras son la respuesta a las de Fernando Clavijo cuando dijo que estaba “muy decepcionado” con la actitud del PP al levantarse de la mesa de negociación para modificar la Ley de Extranjería y establecer mecanismos obligatorios de derivación de menores migrantes.

 

Domínguez dijo ayer que su partido “ha demostrado con creces que comprende la situación, y yo voy a intentar por todos los medios, cueste lo que me cueste, que volvamos a sentarnos, que negociemos y lleguemos a entender que Canarias necesita ese apoyo, y estoy convencido de que el PP dará ese paso al frente para conseguir la derivación de menores no acompañados, y también para intentar que la política migratoria no se centre en ese aspecto concreto”.

 

Está muy bien, pero ¿qué se ha conseguido hasta este momento? Nada. Esas cosas, no solo se pueden decir, lo importante es que se hagan, incluido el verbo dimitir, que parece que eso se nos ha olvidado a todos.

 

No me ha gustado ni el comportamiento de unos ni de otros. Ni me gustó que los socialistas no pusieran una fórmula económica ni dijeran cómo se iban a repartir los menores por las distintas comunidades autónomas, ni que los conservadores impusieran sus tesis con votos negativos a la toma en consideración de la reforma de la Ley de Extranjería.

 

Iba a hablarles de muchas cosas y al final solo he escrito de la inmigración y del trato que estamos recibiendo de unos y de otros. Quería referirme al tema de las mascarillas. Al informe de la UCO que revela en su último informe, entregado al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, una conversación vía WhatsApp entre Ángel Víctor Torres e Ignacio Díaz Tapia, uno de los cabecillas de la trama para lucrarse con el suministro de material sanitario a instituciones públicas durante la pandemia de la Covid.

 

En los mensajes, el expresidente del Gobierno canario le explica que ya había hablado con «Illa» –entonces ministro de Sanidad y hoy presidente de la Generalitat catalana– y que parecía existir «buena recepción» a la propuesta del empresario para contratar con Eurofins Megalab para realizar las PCR que permitía los viajes en avión sin peligro de contagio.

 

Les voy a contar más cosas. Esos laboratorios, que están en la tinerfeña calle de La Rosa, se llevó tres contratos del Servicio Canario de la Salud (SCS) valorados en casi 5,4 millones de euros porque, entre otras cosas, presentaron su “protocolo” de PCR, que había que hacerlos de forma presencial, es decir, en persona.

 

Koldo intermedió a su favor en varios mensajes enviados al hoy ministro y entonces presidente de Canarias y en los que se puede oír que “se les ha ocurrido una idea de un protocolo con PCR, ¿vale? Que es muy interesante. […] Creo que es cojonudo y, bueno, opinamos todos lo mismo y la primera debería de ser Canarias”, le comunicó el presunto conseguidor de la trama al expresidente regional en un mensaje de voz. ¿Se acuerdan? Nos pareció un concepto genial porque así se podía viajar y no teníamos que pedirle el certificado a ninguna empresa extraña.

 

Aquella idea, que nos parecía buena, hoy resulta que fue millonaria, y que lo dicho por el ministro en la Comisión del Congreso de los Diputados era contradictoria. Tengo que hablar con Ángel Víctor Torres esta semana que viene al primer programa del “Políticamente Incorrecto” que rescata Lucas Fernández para Atlántico Televisión. Así que ya les contaré.

 

No obstante, con lo que hoy me quedo es con aquella respuesta que le dio el gran Pedro Molina a una pregunta de José Carlos Marrero, de si le gustaba José Manuel Soria como ministro. Molina contestó con una lacónica frase de “si fuera vaca, yo no la compraba”. Y ahí lo dejo.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

 

Islas Canarias, 12 de octubre de 2024

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