Llamamiento a los cristianos de España

Remigio Beneyto Berenguer *

 

 

Me veo en la obligación de hacer un llamamiento a los cristianos. En España la mayoría de los españoles somos cristianos. En Europa la mayoría de los europeos somos cristianos. Quien no se lo crea, simplemente debe estudiar y ver las encuestas. Incluso puede ver las del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (que ya sabemos cómo las gasta Tezanos) y lo podrán comprobar; encuestas cuyos datos provienen de las propias convicciones de los encuestados.

 

El llamamiento a los cristianos es para que despierten del letargo en el que se encuentran, porque nada hay en el mundo que se haya perdido que no se haya abandonado.

 

España y Europa son cristianas, le pese a quien le pese. Y si les pica, que se rasquen. Hace tres años, en una conferencia dije que el Siglo XXI sería un Siglo muy religioso. Creo que pensaron que estaba delirando, pero, a medida pasa el tiempo, estoy convencido de que así será. Es más, esta afirmación mía se podrá comprobar precisamente por la gente más joven y entonces me darán la razón, aunque no sea personalmente sino en el recuerdo.

 

¿Por qué digo todo esto?

 

Porque hay algunos que se empeñan en que España no sea cristiana. El 14 de octubre de 1931 Azaña dijo que España había dejado de ser católica. Cuando todos estos “adivinos” lanzan sus lapidarias frases, siempre añaden una justificación, a saber: “Hay que organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica”. Pudimos ver que la fase tuvo poco recorrido histórico precisamente.

 

Esta pasada noche, la del 31 de diciembre, en el programa de RTVE, la televisión que pagamos todos los españoles (siendo cristianos la mayoría), se ha producido una burla, al Sagrado Corazón de Jesús. La colaboradora de La Revuelta Lalachus sacó una estampa del Sagrado Corazón de Jesús en la que, en lugar de la cabeza de Jesús, aparecía la vaquilla del Grand Prix.

 

¡Madre mía!, qué risa, qué ingenio, qué creatividad. ¿Es posible tan mal gusto?

Inmediatamente, ante el revuelo generado en las redes, considerando esta actuación como un escarnio a los sentimientos de más de la mitad de los españoles, otra preclara mente intelectual, según las redes, la de un alto dirigente de RTVE, afirmó: “Hoy, otra generación ha protagonizado las Campanadas RTVE, tienen otros códigos, otras preocupaciones (vivienda, diversidad), se esfuerzan por dirigirse a cada uno en su propia lengua, y no olvidan a los que peor lo pasan, y ha sido en la Tele pública, en TVE. Siempre por delante”.

 

¡Madre mía!, cuánto adivino. Precisamente han sido mis alumnos quienes me han informado de esta noticia, porque están hartos de que se les utilice. Precisamente estas generaciones quieren respeto a las creencias, quieren identidad, quieren autenticidad y compromiso. Precisamente mis alumnos han manifestado ese compromiso y esa preocupación por los que peor lo pasan acudiendo a la zona cero de la DANA a ayudar.

 

Dirigente de RTVE: ¡No cambiéis el relato!, que no tiene nada que ver ese insulto gratuito, con publicidad, a la mitad de los españoles, con la preocupación por la vivienda y por la diversidad. ¿Acaso he de recordar que son precisamente los cristianos los que más se preocupan por los problemas de la sociedad, los que más se preocupan de los que lo pasan mal?

 

No tengo noticias de que ese alto dirigente de la RTVE haya estado en la zona cero de la DANA ayudando, ni preocupándose de la vivienda, ni de la diversidad. Po tanto, debería callarse, no hablar de lo que no sabe, y dedicarse a aquello por lo que le pagamos los españoles: a gestionar adecuadamente la RTVE que no sé si lo hace.

 

Los cristianos deberíamos pedir a ese alto dirigente que rectificara, y a la supuesta humorista Lalachus que se disculpara. En caso contrario, todos deberían no ver La Revuelta (yo no lo veo porque no me gusta nada, pero es mi problema).

 

Me podrán argumentar que es ejercicio de la libertad de expresión (siempre es el gran artículo 20 CE), pero, en cambio, en otras ocasiones, incluso se pide expedientar a un juez por hacer uso de su libertad de expresión. Deberá estudiarse bien en qué consiste la libertad de expresión y cuáles son sus límites en todos los ámbitos.

 

Para terminar los cristianos deberíamos recordar que es lo que celebramos el 25 de diciembre, que es el Nacimiento de Jesús, la Navidad, el Dios que se hace hombre. Los cristianos no celebramos el solsticio de invierno ni la venida de Papa Noel. Deberíamos darnos cuenta que están cambiando, algunos poco a poco, y otros insultando, el acontecimiento más grande de la historia, el Nacimiento de Jesús, que murió en la cruz y resucitó por todos nosotros.

 

 

*  Remigio BENEYTO BERENGUER

Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Departamento de Ciencias Jurídicas

Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.

Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

 

 

Islas Canarias, 1 de enero de 2025