VISIONES ATLÁNTICAS / 223
Quedarnos solos
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Hugo Luengo *
El periodo histórico 1918-1933, en los medios de comunicación de Alemania, entre el final de la Gran Guerra con el desplome el Imperio Austrohúngaro, recogía la tendencia psicológica colectiva de querer sucumbir voluntariamente a un tirano. Lo que facilitó el final de la República de Weimar, ocupada en 1933 por el nacionalsocialismo, el fascismo hitleriano, con los resultados conocidos de la cruenta segunda guerra.
Walter Benjamin nos decía en 1936, que “a la estetización de la política que propugna el fascismo, el comunismo responde con la politización del arte”, en ambos casos construyendo nuevas realidades alejadas del mundo de la calle, sacrificando al ciudadano que se queda sólo.
El final de la “pax americana”, en agosto 2021 con el abandono de la OTAN-EEUU de Afganistán anticipa la postura, arrastrada desde la época de Obama, donde nos pedían a los europeos responsabilizarnos de nuestra propia defensa. Pero este fenómeno en la defensa arrastra un cambio de paradigma que es mucho más amplio y que no es posible controlar simplemente con prohibiciones.
La sociedad precisa romper con el viejo orden, que siente ajeno al mundo digital donde ya estamos de lleno impulsados por las inteligencias artificiales, lo que exige sumisión al nuevo paradigma, como señalaba en el “Financial Times” Peter Thiel, neocapitalista y socio que fue de Elon Musk.
La dureza de Trump con la UE, nos obliga a una mayor cohesión, con las dificultades de estar atravesando una enorme crisis estratégica y de liderazgo, incrementada por la dependencia exterior de materias y energía, que se traduce en una evidente pérdida de competitividad frente a EEUU y China.
En dos décadas de presión y sobreactuación del fenómeno “WOKE, “neocomunismo gramsciano”, con el que acabó las últimas elecciones americanas nos trae una nueva realidad, que vuelve a desacoplar a la UE y de manera singular a España, en ambos casos dejando huérfano al ciudadano.
Nos alejamos de las dinámicas europeas, sin que España vea la dimensión internacional de su defensa, con unas élites políticas desinformadas respecto del marco de la geopolítica y la geoestrategia. Entienden el papel del ejército secundario, para dedicarlo en misiones defensivas y de apoyo, pero sin ser conscientes de los riesgos reales a que la defensa exige.
Como en contra han acelerado los países bálticos, escandinavos y centroeuropeos, al entender la defensa en términos disuasorios, para lo que se obliga incrementar decididamente el gasto militar, articulando en este campo la base tecnológica e industrial de la propia UE y sus naciones.
El ciudadano de a pie huérfano, se queda solo al margen del estado, observando cómo sus necesidades se quiebran ante las prioridades públicas que se resuelven al margen de ellos, incrementado como vemos en las últimas estadísticas los niveles de pobreza, que depauperan al conjunto de las clases medias y especialmente a los más desfavorecidos.
Clase media que ya no puede permitirse vacaciones, abordar gastos imprevistos, dificultades para el pago de sus hipotecas, poder llegar a fin de mes, riesgo de caer en la pobreza. La unificación del salario mínimo penaliza a la parte más débil de la cadena, joven, mujer y en el mundo agrario. Que se incrementa con el efecto pernicioso de la inflación no corregida, un nuevo impuesto contra los pobres.
En la misma línea las políticas de vivienda, abandonadas en déficit desde el año 2000, que, con ser un problema de la UE, lo es en mayor dimensión en España. Donde se ponen allí y aquí en evidencia las imposibles barreras burocráticas que han dejado solo al ciudadano, ante un sistema que continua a pesar de lo que cuenta, complicando en lugar de simplificar.
Ante esta distorsión de tiempos, valores y equilibrios, no parecen discordantes las actuaciones que nos ofrecen desde la Casa Blanca, de un nacionalismo conservador, arrogante y populista, que podemos comparar con el que se nos ofrece a los españoles, con el contraste sustancial de los diferenciales de renta y de libertades. Solos.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 17 de febrero de 2025
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