VISIONES ATLÁNTICAS / 226
Frenada y acelerón

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Hugo Luengo *

 

 

Perdemos la visión de la realidad cuando hacemos lectura expansiva de la situación económica de las islas, creciendo este año tres veces más rápido que el conjunto del país. Ya nos dicen los economistas que Canarias es un modelo de “frenada y aceleración”, donde el decrecimiento y su opuesto son más elevados, porque la escala de nuestra economía y la dependencia de factores externos nos hacen más sensibles a las crisis. Como indicador la “tasa de cobertura” entre importaciones y exportaciones, el 16,4% refleja la fragilidad de nuestra dependencia.

 

El clima de bonanza temporal derivado de la situación de “aceleración” de nuestra economía, genera en estado de opinión desde el estamento público, políticos y funcionarios, reaccionan en caliente tomando medidas precipitadas sin valorar sus efectos a medio plazo, Canarias ha crecido más que la media española, acercándonos en media de PIB y paro. Según datos del FMI tiene 27.000 dólares per cápita, con España en 34.050. la UE en 42.440 y EEUU en 85.470. O sea que estamos al tercio de EEUU, a los dos tercios de la UE y al 80% de España.

 

El “acelerón” ha permitido colocarnos en el diferencial más cercano de los últimos 17 años y posicionado al estamento público en posturas intervencionistas, contrarias al núcleo del “fuero canario”, sostenido en el REF y el carácter RUP de región ultraperiférica. Asombra la postura del consejero de Política Territorial, en el discurso del “todo público” con su propuesta de actualización de la Ley del Suelo del 2017, al margen de la sociedad civil y el emprendedor, con el apoyo de 700 técnicos públicos, donde formula propuestas contrarias al “fuero canario”.

 

Montados en el “acelerón” se despachan de entrada, encareciendo el producto suelo, al cual le incrementan las cesiones obligatorias de solares privativos, que pasarían en Canarias contra la legislación nacional del 10 al 15%, e incrementas las reservas de suelo para viviendas protegidas del 30 al 40% en los suelos urbanizables y del 10 al 20 % en los urbanos. Reaccionando a su abandono en 25 años, de la gestión de oferta de vivienda protegida.

 

Vemos ejercer políticas descoordinadas, donde actúan las Conserjerías de Política Territorial, de Turismo, de Transición Ecológica y de Vivienda, con instrumentos alejados de la realidad de su sociedad civil. Donde los trámites de participación se han convertido en simulacros, que el sistema “público-funcionarial” niega, cuando precisamente su utilidad reside en acercar el instrumento a la sociedad que sirve.

 

Valga el ejemplo de la ley vacacional de turismo la más enmendada de la historia de Canarias, el Decreto Ley 1/2024 de la Consejería de Vivienda, la reforma de la Ley del Suelo de Política Territorial iniciada, o la no suspendida Ley Climática del 2022 de Transición Ecológica. Tenemos el sistema legal de soporte de suelo- vivienda- turismo- clima más complejo de la OCDE. Cualquier iniciativa choca frontalmente contra esta realidad jurídica difícil de superar.

 

Cuando lo que se precisa es más agilidad administrativa y menos impuestos, en línea con el “fuero canario” que olvidamos. Como lo hace la Consejería de Hacienda, negando su promesa electoral de bajar el IGIC del 7 al 5% cuyo incumplimiento traslada a una legislación desconocida, el “acelerón” le sirve de excusa para ello.

 

Canarias se posiciona en las trampas que han arruinado a Europa, donde en palabras de la directora del FMI la búlgara Georgieva nos hemos “autoinfringido el daño de la burocracia y su inseguridad jurídica”, cuando todos ellas obedecen a malas políticas y malas instituciones. Incapaces de ofrecer estrategias público-privadas concertadas, reforzadas por planes de inversiones ciertas, que en cada caso nos remiten a solo hacer la revolución con el BOC, ajenos a la sociedad civil a quien sirven.

 

Aprovechan el “acelerón” para insistir en sus errores, que refuerzan las “frenadas” de los ciclos económicos que vuelven a alejarnos de las rentas medias en PIB y empleo. La polarización nacional nos aleja de la obligada instrumentación que venimos reclamando para la ley de vivienda, el silencio positivo, la seguridad jurídica de los planes y en Canarias con el trauma de la inmigración ilegal.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias, 10 de marzo de 2025

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