Otro día triste

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Remigio Beneyto Berenguer *

 

 

Hoy, día 2 de septiembre de 2025, se reúne en Bruselas Salvador Illa, president de la Generalitat de Catalunya, con Carles Puigdemont. Se pretende revestir de una cierta normalidad este encuentro, ya que Illa se reunió, tras ser investido, con todos los expresidentes. Al parecer, este encuentro se pactó este mes de agosto en La Mareta, en la reunión con el presidente Sánchez.

 

Salvador Illa es el president de la Generalitat de Catalunya, y, según el artículo 67 de la Ley Orgánica 6/2006, de 19 de julio, de reforma del Estatuto de Autonomía de Catalunya “tiene la más alta representación de la Generalitat y dirige la acción del Gobierno. También tiene la representación ordinaria del Estado en Cataluña”.

 

No parece demasiado correcto que el representante ordinario del Estado español en Cataluña acuda a Bruselas, fuera del Estado español, a reunirse con un fugado de la justicia española. Si esto constituye una vergüenza, ni podemos imaginar lo que sería que Pedro Sánchez se desplazara fuera de España a reunirse con Puigdemont.

 

Hoy, día 2 de septiembre de 2025, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprueba la condonación de la deuda a las Comunidades Autónomas por un importe de 85.000.000.000 de euros. En todos los medios de comunicación aparecen cuáles son las Comunidades autónomas más beneficiadas y las menos.

 

La Comunidad de Canarias es de las menos beneficiadas comparativamente con algunas como Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. Podría pensarse que es beneficioso el que se perdonen las deudas, pero no es cierto. Sería beneficioso si se borrase de alguna forma esa deuda, pero simplemente pasa de manos.

 

De ahora en adelante, esa deuda pasa a ser asumida por el Estado, es decir, por el conjunto de los ciudadanos españoles. O sea, que las Comunidades autónomas que más se hayan endeudado salen beneficiadas, y las que más eficientemente hayan gestionado sus dineros y estén menos endeudadas, salen perjudicadas, porque “la fiesta de algunos” la tenemos que pagar todos.

 

Por tanto, de ahora en adelante, “tonto el último”, y a endeudarse toca; claro está, siempre que el Gobierno de España necesite los votos de nuestro partido para seguir gobernando.

 

Y la última afrenta es que a partir de enero de 2026 la Agencia Tributaria de Cataluña recaude el IRPF, lo que supone el fin del principio de solidaridad entre comunidades autónomas. También se prevé la recaudación íntegra de los ingresos de Catalunya, con mecanismos de aportación al Estado sin ningún tipo de garantía de su realización. En cambio, Catalunya está exenta de acoger menores migrantes no acompañados.

 

Es, sin duda, un día triste para los españoles. El artículo 2 de nuestra Constitución proclama: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.

 

¿Qué solidaridad cabe esperar de estas actuaciones? ¿Qué unidad representan estas cesiones?

 

Todos debemos hacer un ruego a nuestros políticos para que tengan sentido común, para que vuelva a presidir sus actuaciones el bien común, porque, en caso contrario, se está rompiendo esa indisoluble unidad.

 

Esto parece más un “sálvese quien pueda” y “quien no corre, vuela”.

Un día, sin lugar a dudas, triste.

 

 

*  Remigio BENEYTO BERENGUER

Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Departamento de Ciencias Jurídicas

Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.

Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

 

 

Islas Canarias, 2 de septiembre de 2025

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