Crónica de una muerte anunciada
AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…
Rebeca Paniagua Navarro *
Primera hora de la tarde del jueves. Pedro Sánchez aparece en escena en la sede del PSOE, en Ferraz. Lleva la cara larga, maquillaje pulido, marcando pómulo y mirada de culebrón latino. Traje negro ceñido de marca y pelo bien repeinado. Habló muy triste, apesadumbrado, dolido y no lloró, pero casi. Hubiera estado genial, la verdad, pero esta vez lo dejó así. No quiso sobreactuar demasiado. Después de tantas semanas desaparecido para la prensa y la ciudadanía tampoco se podía ir de las manos el discurso victimista.
Pero sí que nos vendió tristeza, preocupación y reflexión. Nos dijo que estaba asombrado con lo que había hecho su mano derecha y amigo, su número 2, Santos Cerdán. Pedro jamás pudo imaginar algo así, pobrecillo. Y mientras, todo un país en vilo esperando su decisión. Pasados unos minutos de palabras huecas y muy tristes, Pedro, por fin, anunció su decisión: no dimitirá, pide perdón y elecciones solo cuando toca, en 2027. Así de pancho se quedó el actor de peli de serie B. Dice que él solo se va…al camerino.
Pero Pedro, no te preocupes, que este guion, esta novela, no la escribes tú, solo la interpretas. Estamos ante tu Crónica de una muerte anunciada, pero en versión Moncloa. Una historia contada desde el final, donde todos sabemos que el desenlace esta escrito y solo queda ver cómo lo teatralizas. Nadie te cree Pedro, ni los tuyos. Bueno, aquí en Canarias, tus súbditos sin autocrítica sí, todo lo que hagas o digas está muy bien y te aplauden a cuatro manos. Te quieren tanto que se ofenden muchísimo si alguien te nombra.
A Pedro no se le toca. No conozco figurantes tan obedientes Pedro. Ni una crítica, ni una duda, ni un “¿esto es en serio, Pedro?”. Aquí, como en el pueblo de García Márquez, todos sabían lo que iba a pasar, pero nadie hizo nada por evitarlo. No porque no pudieran, sino porque no les convenía. O porque, como Santiago Nasar, estaban demasiado ocupados con sus rutinas como para entender que los cuchillos ya estaban afilados.
La imagen de su rostro compungido ya forma parte de la iconografía oficial del sanchismo. Una mezcla de mártir, galán y víctima del sistema que él mismo ha manipulado. Y aquí, en Canarias, donde tenemos tantos problemas reales por resolver, preferimos hablar de la mirada triste del presidente en lugar de exigirle responsabilidad por la corrupción que le rodea, por los pactos que juró no firmar, por la amnistía que dijo imposible, por los socios que lo niegan todo, por el Tito Berni, los casos mascarillas… menos el poder.
Pedro, la novela se acaba, el libro está llegando al final. Entiende que la Moncloa no es tuya, que el poder emana del pueblo y que la justicia es independiente, que los medios son libres y que el ansia dictatorial te ha comido por dentro. Pedro, vete. Te lo pedimos en español y en todas las lenguas co oficiales, con y sin pinganillo. Te lo decimos hasta en canario, ¡chacho, mándate a mudar!
* Rebeca PANIAGUA NAVARRO
Diputada del Partido Popular en el Parlamento de Canarias
Licenciada en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU, Madrid
Su lema de cabecera: “Que tu trabajo hable por ti”
Islas Canarias, 15 de junio de 2025
Deja una respuesta