EL MONÓLOGO / 192
La deriva de la Educación en Canarias
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Por Pepe Moreno *
La noticia de esta semana podría estar en cómo tenemos la educación en matemáticas o en la comprensión de textos. Estos son dos asuntos que evalúa el informe PISA, ya saben, Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, y que nos pone en una situación alarmante en la formación de nuestros jóvenes en el día de hoy. Nos comparan con Turquía, en la forma que responden los adolescentes a esas encuestas. Antes mandábamos a nuestros hijos a la escuela para que se formaran y en la actualidad parece que van con otras pretensiones.
Somos el farolillo rojo respecto al rendimiento escolar. Nuestro alumnado vuelve a obtener las peores calificaciones en la última edición del informe Pisa en competencias matemáticas y en ciencias. Esta última materia es la única en la que el estudiantado canario ha progresado, obteniendo 473 puntos, tres más que en el informe de 2018, pero no es que nos vaya mejor, hemos empatado con Andalucía, que tiene la peor puntuación.
Por si quieren entrar en materia, les puedo decir, una vez que he consultado el informe, que nuestros chicos y chicas han bajado las calificaciones en competencia matemática y comprensión lectora. Es cierto que ese empeoramiento se ha producido de forma generalizada todo el país, salvo Asturias, que es la única comunidad cuyo alumnado no ha acusado el parón escolar debido a la pandemia y ha mejorado en las tres materias analizadas.
Sin embargo, son los escolares canarios de entre 14 y 15 años los que mantienen la peor nota en competencias matemáticas, con 447 puntos, trece menos que en 2018. Además, Canarias tiene el mayor porcentaje de alumnos con bajo rendimiento en esta materia, con un 38 %. Solo el 2 % presenta alto rendimiento en matemáticas, el porcentaje más bajo del Estado. Respecto al rendimiento en matemáticas en función del género, los chicos, con 452 puntos, aventajan a las chicas, con 443.
Voy a ir con la clasificación, ya que la segunda comunidad con peores resultados en matemáticas es Andalucía, con 457 puntos, y las dos estamos lejos de la media española de 473 puntos y mucho más de Castilla y León, que ostenta la mejor calificación del país con 499 puntos.
El nivel del alumnado del archipiélago en competencias matemáticas se sitúa en rangos similares a los de Turquía o Israel, muy lejos de los resultados obtenidos por el alumnado más aventajado de España, el de Castilla y León y Asturias, que se sitúa al nivel de Canadá o Países Bajos. En las islas tenemos un índice de rendimiento en esta materia, la de los números, de 447, solo por encima de Melilla (404) y Ceuta (395). Es junto a Galicia y Melilla donde hay mayor uniformidad en las calificaciones entre sus alumnos.
En cuanto a las ciencias, los estudiantes canarios de 4° de ESO obtuvieron 473 puntos, frente a la calificación media nacional de 485 y lejos del estudiantado de Castilla y León y Galicia, ambos con 506 puntos.
Hemos bajado en lo que respecta a la comprensión lectora. En el 2018 tenía Canarias 472 puntos y ahora hemos bajado nueve, lo que nos sitúa el tercero por la cola, ya que Andalucía presenta el peor indicador, con 461 puntos, seguida por Cataluña con 462. La calificación media española en materia de comprensión lectora fue de 476, una competencia que registra un desplome de catorce puntos con respecto a 2012.
En todo caso, el retroceso educativo desde 2018 ha sido generalizado por el impacto de la pandemia en las aulas y la recesión económica que castigó fuertemente a las familias canarias. Sin embargo, el informe Pisa señala que Canarias presenta una de las menores diferencias del rendimiento entre los alumnos más favorecidos y desfavorecidos socioeconómicamente (0,15).
Un dato que se agrava desde el año 2015 y eso significa, por si no se han dado cuenta, que nos estamos alejando de la media nacional y europea y que eso significa que los demás se están preparando mejor y con más calidad, mientras que aquí tenemos a unos jóvenes que están peor preparados para la vida moderna.
Por eso tenemos peores sueldos y nuestra clase dirigente es la que es. Si tenemos un consejero de Educación que ni siquiera acabó el bachillerato, ¿qué esperamos? Estamos donde nos ponen esa estadística que no es otro sitio que un declive sostenido del alumnado canario en matemáticas y comprensión lectora.
Aquí se han limitado a recordarnos que se han puesto en marcha varias medidas como el asesoramiento a los centros por parte de los inspectores y proyectos específicos para paliar este déficit. Eso, entre otras medidas, porque también tenemos el debate sobre el uso de los móviles en esas edades y si deben usar sus teléfonos en las aulas o no.
Este informe PISA ha sido realizado por unos 690.000 estudiantes, casi 31.000 de ellos españoles de 4° curso de la ESO. La recogida de datos se retrasó un año y el estudio se hizo en 2021, debido a la pandemia.
Con todo esto tenemos que decir que el 37 % de nuestros alumnos están por debajo del nivel de competencia mínimo. En comparación con el anterior informe PISA, Canarias sufre un descenso significativo en competencias matemáticas, del -13 %.
En ese informe se distingue entre el rendimiento en centros públicos y privados, y en todas las comparativas salen mejor parados los segundos, ya sea en competencias matemáticas, con 37 puntos, lectura, con 44 y ciencias, con 37 puntos de diferencia. La nuestra, la canaria, es la cuarta mayor desproporción entre comunidades autónomas.
No quiero seguir incidiendo en un asunto del que ustedes están planamente informados, pero debemos hacernos una serie de reflexiones sobre estos datos y si alguien debiera hacer algo para que no se produzcan.
Lo que ponemos de manifiesto en este documento son nuestras carencias, las que tiene actualmente el sistema educativo canario. ¿Qué harán las autoridades académicas? Parece que de entrada están evaluando por dónde meten mano.
El sindicato ANPE dice que esto tiene soluciones si se comienza con un «gran pacto» político, social y territorial que frenen la brecha educativa existente entre las comunidades autónomas y que tanto afecta a las Islas, entre las regiones con peor rendimiento académico. Y no se quedan ahí. También alertan del incumplimiento de la Ley Canaria en los Presupuestos.
En ella se dice que se debe invertir el 5 % del PIB para Educación. En ese epígrafe se consignan 2.373 millones de euros, lo que representa el 4,2 % del PIB, una cantidad inferior a la que debería tener. No les importa incumplir algunas normas que ellos mismos se han dado. Somos la cuarta comunidad autónoma, por la cala, en gasto educativo.
Ellos, los gobernantes, parecen quitarle importancia a la evaluación del informe PISA y creen que no son “preocupantes”. Los profesores están preocupados por el puesto que ocupamos en esa clasificación y de que salimos entre las peores paradas edición tras edición.
Esta comparativa autonómica muestra distancias de hasta 40 puntos entre Canarias y otras comunidades con mejores resultados académicos, lo que, según el sindicato, equivale a dos cursos escolares de distancia.
Sin embargo, realmente no necesario sería un acuerdo entre todas las partes, incluidos los padres, para poner remedio a este asunto. Según ANPE, el informe, una vez más, muestra las grandes diferencias entre las distintas comunidades autónomas y subraya los puntos débiles del sistema educativo, la necesidad de coherencia y vertebración del sistema, la rigidez de la estructura, un modelo pedagógico que favorece el abandono del alumnado y una formación profesional que merece ser valorada.
Esa parte, que nos suena a chino y con unas palabras que podrían usarse en cualquier materia, no dicen nada de la implicación que deben tener también los profesionales de las enseñanzas en las islas. No pueden pedir que suspendan las clases porque vaya a llover. Tienen que estar aún más implicados en cómo desarrollar su competencia y que además de las materias que imparten, deben ser más empáticos con sus alumnos y con sus familias.
Sé qué hay de todo en nuestra sociedad y que lo que se ha dicho más arriba hay quien lo hace, pero no todos y tal vez, por eso es por lo que aparecemos en estas clasificaciones con tan bajo porcentajes. En una sociedad competitiva como la que hoy tenemos, estos índices son los que determinan las cantidades que nos va a pagar en sueldos y en emolumentos. Todo está conectado.
Tener acceso a la información, como conexión a Internet en casa, disponer de libros en casa, unos padres comprometidos con la educación y el conocimiento de sus hijos, ayudan a mejorar el nivel. Si a eso le sumamos una comunicación más fluida, que no se limite a mirar la tele y que se produzca una corriente de información con lo que cada uno esté haciendo, son normativas que todo el mundo pone como paradigmas de que los estudiantes mejoran. Sin embargo, no parece que nos estemos implicando todos en mejorar estos datos.
La cuestión está abierta y no podemos esperan que esos parámetros mejoren solo con la implicación de uno de los actores de esta acción. Tienen que ser todos sectores, y claro, eso nos hace que en una sociedad como la nuestra sea difícil de conseguir. Algo habrá que hacer. De momento podríamos hablar más con los alumnos y profesores, con los que se dejen y que algunos no vayan al colegio únicamente para que los vean.
* José MORENO GARCÍA
Periodista.
Analista de la actualidad.
Islas Canarias, 9 de diciembre de 2023
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