EL MONÓLOGO / 211
El dilema de hoy, ante la manifestación

AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…

Por Pepe Moreno *

 

 

Hoy es el día de la manifestación por un cambio en el modelo turístico de Canarias bajo el lema de “Canarias tiene un límite” y que ha convocado a ciudadanos y colectivos en todas las islas de este Archipiélago. Nadie dice o expresa a qué tipo de turismo podríamos ir, a pesar de que este sector representa casi el 12% de la economía española. Les pedimos a los representantes del pueblo una serie de medidas que ayuden a reducir el número de visitantes.

 

Esta noticia ya ha llevado a que algunos medios de comunicación británicos hayan elaborado un listado de ciudades en las que los británicos podrían no ser tan bienvenidos como de costumbre. Es posible que usted esté leyendo este artículo cuando ya se haya desarrollado la concentración, que personalmente -a priori- yo creo que será un éxito, pero sobre el que hay muchas cosas que decir.

 

De entrada, han hecho una huelga de hambre. Algunos de ellos han puesto en riesgo su salud y eso es muy grave. Con esto quiero decir que las posturas de este tipo deberían hacerse por cosas más concretas, y no por cuestiones como la licencia de obras de un hotel o la de una urbanización de lujo, porque luego me hago las siguientes preguntas, ¿quién paga las indemnizaciones que podrían pedir los constructores de esos complejos? ¿Las pagamos entre todos o simplemente las dejamos en el limbo de lo que no se abona? Son cuestiones que hay que resolver y que seguramente ni las planteamos, tan seguros estamos de que lo que se pide es justo, que ni pensamos en qué sucederá después.

 

Ya había ganas de manifestarse en una sociedad como la nuestra en la que nos hemos acostumbrado a exigirle al Gobierno que haga algo más que hablar. Ni tenemos una sanidad en condiciones, estamos hartos de pasarnos la vida en una carretera, nos lo ponen muy difícil para encontrar un alquiler, porque no hacen casas sociales y sí leyes que están más por apoyar la ocupación que por las escrituras de sus dueños. No estamos en condiciones de que esos políticos, la mayoría de ellos, nos ofrezcan una vida mejor.

 

Ha subido todo y los sueldos están congelados o no se han incrementado en la misma proporción. No podemos llenar los carros de la alimentación, porque lo que se gana no nos llega. La educación ha subido, teniendo la consideración de pública, es decir, que no nos debería costar nada, pero sí que lo hacen, esos incrementos, en aspectos como las clases extraescolares, comedores o en la apertura de los colegios para dejar a los chiquillos e ir a trabajar.

 

Este año, la denominada “vuelta al cole” supuso que varias de las familias tuvieran que acudir a libros de segunda mano, y, aun así, se las vieron y desearon para poderlos comprar, con una factura que fue más cara que hace un año, tras al menos cuatro años al alza, a la que además había que sumarle las cuotas del comedor o la renovación de ropa y calzado.

 

Todavía están recuperándose de este apartado. Sin embargo, no nos manifestamos por eso. Lo hacemos por un sector, el de servicios, que nos está dando de comer. Bien es cierto que protestamos porque estamos a tiempo de hacer algo para que nuestras islas sigan siendo un baluarte en cuanto a naturaleza que mostrar a los viajeros, pero este aspecto no debe confundirse con prohibiciones y con limitar ver esos paisajes, porque si no pueden verse, ¿de qué nos sirven?

 

Tenemos una sanidad horrible, a pesar de los recursos que se destinan a ella. Ayer mismo salía una noticia de que estamos empleando más recursos que nunca, pero lo cierto es que esperamos por una intervención o por la consulta de un especialista. Se ha hecho un gran esfuerzo para mantener nuestro sistema sanitario, sin embargo, ¿lo hemos notado? No, para nada, seguimos esperando para que nos atiendan y lo que es peor, ese tiempo mata a algunos de los que están en la lista de espera. No obstante, contra eso, no nos manifestamos.

 

Lo hacemos por el modelo turístico que se quiere cambiar y que ha propiciado que mucha gente haya prosperado, aunque, y reconozcámoslo, hay gente ganando sueldos precarios. Este sector está muy preocupado por lo que puede pasar en el futuro con nuestra competitividad e imagen, ya que está en juego una parte muy importante de la recaudación fiscal, que en este momento representa el 37 %.

 

Eso quiere decir que más de uno de cada tres euros que entran en las arcas canarias proviene de la actividad alojativa y que una buena parte de los que han encontrado empleo lo hayan hecho en el sector servicios. Por el contrario, no con esto basta. Hay que conseguir que haya más gente trabajando.

 

Dicho esto, para gloria de los empresarios, no podemos olvidar que la pobreza no se marcha. Seguimos siendo la segunda comunidad autónoma más afectada de España, con un 33,8 % de la población en riesgo de exclusión o pobreza. Solo Andalucía empeora el dato. Y eso, en una región como esta, con la aportación que se realiza al PIB, no puede ser.

 

Durante estos días los manifestantes han realizado concentraciones, cadenas humanas, charlas y coloquios que han estado muy bien, pero también han realizado “escraches” frente a la vivienda lagunera del presidente del Gobierno y eso no está bien. Una cosa es realizar ese tipo de protestas frente a la Presidencia del Gobierno y otra hacerla en la casa de quien ostenta ese cargo ahora mismo. Lo sufren los que conocen y conviven con Fernando Clavijo. Sus amistades y sus familiares, que no tienen la culpa que uno de los suyos haya dedicado su tiempo y economía a la política. Y lo han hecho en, al menos, dos ocasiones. Eso es rechazable, como mínimo, y no se hace.

 

No olvidemos que el Gobierno y los empresarios han coincidido en minimizar el impacto del turismo sobre el territorio, pues esgrimen que hoteles y apartamentos consumen un 1,7 % del suelo y un 10 % de los recursos hídricos. Sobre el asunto de la vivienda vacacional, está en exposición pública un anteproyecto de ley según el cual no se permitirán nuevas licencias, salvo que el planeamiento de cada municipio lo autorice expresamente. Yo no puedo abstraerme a la idea de que los hoteleros, de esta manera, se quitan de en medio a un competidor y que, tal y como está redactada esa norma, es la mejor forma de “exterminar” a las VV.

 

Estos días también se ha dado publicidad a una encuesta del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) de 2019 sobre el nivel de satisfacción local con el turismo, según el cual el 83,2 % de la población estaba de acuerdo en seguir promoviendo el turismo. Un 80,1 % de las personas consultadas veían positivo su desarrollo para las islas y sus habitantes.

 

El otro día me decía un responsable del censo que hay gentes que se están empadronando en roulottes o coches aparcados porque no encuentran dónde quedarse. La propia patronal, Ashotel, pedía medidas para facilitar que los empleados del sector turístico puedan alojarse en zonas próximas a sus trabajos y sugerían que los ayuntamientos faciliten a empresarios de la construcción suelo para ubicar viviendas para personal de empresas turísticas “a precios tasados” para tratar de “agilizar la lentitud de la Administración en esta materia, una propuesta trasladada hace tiempo a varios responsables políticos”.

 

No es su misión. La patronal del turismo no está para construir pisos, ni para su gente, ni para nadie, y menos aún que les cedan los terrenos para hacerlos. ¿Con qué criterios se otorgarían esas viviendas? ¿Habría construcciones para directivos y otras para los que desarrollan su trabajo en otras categorías? Si te despiden de esa compañía, ¿tienes que dejar la casa? ¿En cuánto tiempo? Son preguntas que me hago y para las que no encuentro respuestas.

 

La patronal ya había, en noviembre, hecho una encuesta entre personas trabajadoras del sector alojativo del sur de Tenerife sobre los problemas de vivienda que permitiera hacer una “primera radiografía de la situación”. Desde principios de año, la patronal hotelera cuenta con esos datos y asegura que quiere trasladarlos a la Fecam en una reunión solicitada en febrero.

 

Entonces, ¿a qué han esperado?, ¿a qué la situación llegara a estos límites? La verdad es que la convocatoria de hoy movió los hilos que estaban parados desde hace mucho tiempo y que el miedo ha removido algunas conciencias.

 

Estamos, pues, en el día de la manifestación, pero ¿qué pasará el día después?, ¿el 22, el 23 o el 24 o los días posteriores?, ¿nos olvidaremos de todo? Incluso para el viernes 26 de abril está previsto que se celebre Futurismo 2024 con una mesa redonda en la que representantes de patronales, asociaciones y federaciones de empresas del sector abordarán los impactos del turismo en las islas.

 

Y no hemos hablado de la ecotasa, que parece que es uno de los asuntos primordiales de esta protesta de hoy. Un impuesto que no se ha implantado por el rechazo de los hoteleros, que son los que tendrían que recaudarlo. Una figura impositiva que parece que ahora todos, menos el PP y VOX, abrazan, pero que cuando gobernaron nunca impusieron. Ahora parece que incluso el próximo martes podría debatirse por una Proposición No de Ley que presenta el PSOE, que gobernó hasta el mes de junio del año pasado. Parece tirado al monte.

 

Pero recordemos que no todo el mundo está a favor de esta tasa. Lo mismo que nunca estuvieron a favor del Impuesto de los Combustibles en su momento, y vete a quitar esa figura hoy, a pesar de los precios que tienen las gasolinas. Hablan de dar ayudas en las denominadas islas verdes, pero el Ejecutivo no esgrime la posibilidad de rebajar la cuota que ingresa, para que los coches anden.

 

Rechazo los escraches, creo que algunas reivindicaciones no son justas o corresponde a otros ámbitos, pero sí que había que concienciar que algo había que hacer. Tampoco comparto algunos de los postulados del cartel de hoy, pero creo que algunos deben renunciar a la cuota de beneficios que se han marcado, que los de aquí deben tener algunas ventajas de las que se han olvidado los grandes propietarios de establecimientos hoteleros y que los canarios sabemos y debemos estar en esos inmuebles.

 

Hace tiempo que el precio es prohibitivo para nosotros, sin embargo, es aceptable para una familia extranjera. Es posible porque ganan más, pero también es posible que los turoperadores consigan unas ofertas que no existen para el público canario.

 

Lo de hoy puede ser un antes y un después. Ya veremos en qué acaba.

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 20 de abril de 2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *