EL MONÓLOGO / 213
Incongruencias

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Por Pepe Moreno *

 

 

La verdad es que hoy podría escribir de varias cosas que han pasado durante esta semana, pero me he decidido por algunas que podrían ser causa de una serie de pensamientos, todos ellos muy dignos, y que suponen una cara y la otra de lo que está pasando ahora mismo.

 

Empecemos por algunas de las lecturas que nos han dejado las manifestaciones del pasado 20 de abril. A partir de ese momento, los políticos canarios han comenzado a pensar en que “Canarias tiene un límite” y, por tanto, a decir una serie de cosas que podrían poner en peligro una parte muy importante de nuestro Producto Interior Bruto (PIB). Porque nuestros competidores se están armando o porque nos estamos dando un tiro en el pie ante lo que puede venir.

 

Un asunto controvertido porque si te pones de un lado, defiendes a los potentados del turismo y si lo haces desde el contrario, te estás aliando con aquellos que dicen que hay que echar el freno a la especulación y a la construcción de tanto complejo hotelero. Sin embargo, es que tengo dudas en un lado y en otro.

 

Y las tengo porque, por un lado, he oído eso de “resetearnos” que dijo el otro día el presidente del Gobierno y me surgen dudas de qué significa en su boca esa afirmación. Ahora mismo, en su haber, en el de su Gobierno, tenemos que poner un bagaje que podría parecer eficaz, pero que deja a los ciudadanos la toma de decisiones, como si el Ejecutivo no tuviera nada que ver.

 

Hasta ahora, los que conforman el Gabinete, con Clavijo a la cabeza, solo han salido para presentarnos un anteproyecto de Ley de Vivienda Vacacional que parece más pensada por un hotelero que por alguien que pone una Vivienda Vacacional como solución a una ley que protege más al inquilino que al propietario de ese inmueble.

 

Es la única salida que le queda a ese tenedor, porque si lo ponen en el mercado con un alquiler a largo plazo y en un momento dado, por las circunstancias que sean, dejan de pagarle el arrendamiento, los inquilinos podrían ser declarados insolventes o vulnerables, no habrá desahucio y el propietario tendrá que afrontar el pago de impuestos, la luz y el agua o de la hipoteca, si la hubiera.

 

Por el contrario, es que además con este anteproyecto han puesto la venda antes de la herida y muchos están ya pidiendo el papel ante los ayuntamientos o Cabildos por un “por si acaso” e incluso como papelito que acrecienta el precio.

 

Esta sería una de las propuestas del Gobierno, porque también tendemos el decreto de acceso a la vivienda. Un documento que en este momento es más un papel que una realidad, porque lo que vimos el otro día, por boca del consejero que tiene competencias en esa materia, el inefable Pablo Rodríguez, es que tardan tres años en dar una licencia para la construcción de un bloque de hogares. Mucho tiempo, y las urgencias son ahora, que es cuando hay escasez de techos para los que no los tienen.

 

En la protesta del 20 A sobresalían los mensajes sobre estas carencias o lo caro que se había puesto encontrar piso en algunas zonas y culpaban a los extranjeros de hacerse con esas propiedades y de encarecerlas. Ahora lo que dicen es “vamos a limitar el acceso de los de fuera a la compra de inmuebles”. ¿Se podrá hacer? ¿Es compatible ello con la petición de ayudas europeas para la agricultura o infraestructuras?

 

Habrá que ver hasta dónde se puede llegar, pero la cuestión es que con una Europa que está ahora mismo en otras cosas, con una guerra en sus puertas y con unas elecciones en las que no se sabe cómo va a dejar el panorama, es posible que contesten con una evasiva.

 

Decía el presidente que “quizá hay que decirle a Europa” que el archipiélago es RUP y a través del artículo 349 “regular la población” o establecer a figuras fiscales para “desincentivar que la gente venga”, pero todo dentro de un “debate sosegado, científico y legal”. ¿Eso es posible ligarlo con los dineros que recibimos de la UE para nuestro desarrollo en todos los sentidos?

 

Luego convocó a los presidentes de Cabildos el pasado 30 de abril y fue deprimente, pero entraba en la lógica, que hablaran mucho y tomaran pocas resoluciones. Según he apuntado las decisiones principales fueron las de crear cinco grupos de trabajo para abordar un mejor reparto de la riqueza que genera el turismo, aumentar la agilidad en la planificación del territorio y establecer una estrategia de reto demográfico dado que el crecimiento del archipiélago en casi medio millón de habitantes es “insostenible”.

 

Eso y la teoría son casi lo mismo. Tenía un amigo que decía aquello de que, si quieres que una cosa no salga, móntale una Comisión, y eso es lo que han hecho para cada uno de los argumentos que en este momento nos traen a todos de cabeza. Esos equipos, para que ustedes se hagan una idea, se comenzarán a configurar en este mes de mayo, del que ya llevamos once días, y nunca más hemos sabido quién los compondrá.

 

Dicen, en un afán de que confiemos, y lo hacemos, que las primeras conclusiones podrían estar para el mes de septiembre. Si se fijan, es como si no se hubieran dado cuenta de la urgencia de la respuesta, porque también ha dicho el presidente que el camino será “largo” y se puede prolongar durante varias legislaturas. Cuán largo me lo fiais, pero es ahora cuando hay problemas de viviendas, o de saturación en las vías, o de sueldos bajos.

 

Esos cinco grupos de trabajo dicen que estarán relacionados con la transparencia y el territorio, con el acceso a la vivienda, fiscalidad y con el empleo en el sector turístico, medioambiente y reto demográfico. En ella se podrá llamar a los expertos que se consideren, como universidades, sindicatos, colectivos sociales o patronales empresariales, entre otros. ¿Ven cómo se alarga todo para no hacer nada?

 

En este momento el turismo tiene buenos números. Antes y después de la pandemia nos hemos limitado a contar a los que vienen. Sus cifras dicen que en lo que va de año hasta marzo, 4.272.290 turistas han visitado Canarias (+14,31 %) y han dejado un gasto en la región de 6.509,24 millones de euros (+19,89 %). Se han batido marcas en cuanto al número de personas que han venido y en cuanto al gasto. Cifras que están avaladas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

Podríamos preguntarnos qué hacemos ante estos números, porque nuestro PIB per cápita se ha reducido y la calidad de vida en las islas empeora con respecto a la media estatal. Hay más pobres, y la diferencia entre los que más tienen y los que no llegan ni a mediados de mes es cada vez mayor. ¿Será por eso por lo que se dice lo de “democratizar la riqueza”?

 

Como dijo el propio presidente, este aumento se genera porque “están explotando algo que es de todos: nuestro sol, nuestro paisaje, nuestras maravillosas islas”. Pero luego pagamos los stands de las ferias, por medio mundo, tenemos una consejera del ramo hablando con las compañías aéreas para que aumenten las plazas de los que pueden venir y así muchas más cosas.

 

Todo esto son las incongruencias de las que les hablaba en el título. Como esa de que hay que pagarle más a los que trabajan en el sector. Eso se dice, en teoría, porque los convenios colectivos se negocian en una mesa de convenio. Lo que pasa es que hay empresarios que no renuncian a sus beneficios, y quieren seguir llenando la “buchaca” como en anteriores tiempos.

 

Decía el presidente que tiene que haber corresponsabilidad entre los actores implicados, empresarios y trabajadores, pero para eso hace falta que unos y otros quieran y porque todo esto llega después de las manifestaciones del 20 de abril. Lo que nos parece es que a algunos se le han llenado la boca con declaraciones rimbombantes que luego no tienen demasiado recorrido en la práctica.

 

Lo primero que hemos visto es que la pelota se la han enviado a los cabildos y los ayuntamientos. Y serán ellos los que utilicen la ley del suelo para desclasificarlo y ponerlo a disposición de otras iniciativas como la construcción de viviendas o que no se hagan algunas de las cosas previstas como el Hotel de La Tejita, valorada en 23 millones de euros, o Cuna del Alma, cuyo alcalde, el socialista Rodríguez Fraga, dijo que la licencia estaba dada y que la empresa pide una indemnización de otros doscientos millones si no se construye o se le retira la concesión.

 

Y el pasado martes, en el pleno del Ayuntamiento de Adeje, se pudo ver que el alcalde y su grupo de Gobierno están más por seguir con Cuna del Alma que por paralizarlo y fue muy claro el mandatario al decir que no tenía previsto pagar lo que la constructora pide. Es lógico.

 

Es decir, que han hecho recaer sobre otros la solución a que tengamos otra manera de vivir. Las corporaciones locales e insulares son las que tienen que “liberar” suelo para que se hagan más viviendas, para que las infraestructuras pasen por su término municipal y un largo etcétera de actuaciones, hasta incluso si tienen a mucha gente en su padrón.

 

Con todo esto, lo que quiero decir es que la población de las Islas está descontenta por “múltiples causas”, y eso se pudo ver en la calle. Estamos hartos de la falta de viviendas, de pasar tantas horas en unos trayectos que se pueden hacer en minutos y de que cada día nos cueste más llenar el carro en el supermercado y que los que mandan nos den largas con comisiones que tardarán meses en tener unas conclusiones que nunca se llevarán a cabo. Es como esperar unas soluciones que raras veces llegan, entre otras cosas, porque los problemas se quedarán viejos y surgirán otros nuevos.

 

No paro de pensar en el boicot que algunos nos pueden hacer porque sus ciudadanos consideren que aquí no son bienvenidos o cómo se preparan en otros sitios para lo que puede venir. En el continente africano hay previstas 316 aperturas hoteleras en los próximos años. La mayoría de estas iniciativas están impulsadas por las mayores hoteleras del mundo como Marriott International, Accor, Hilton Hotels & Resorts, Intercontinental Hotel Group y Radisson Hotel Group, aunque también compañías españolas como Barceló.

 

Estos son competidores directos de Canarias en la temporada de invierno, como es el caso de Egipto y Marruecos, en el que se abrirán 161 hoteles de nueva construcción, que incrementarán su oferta alojativa en 100.000 plazas. ¿Estamos para esta discusión?

 

Ahora está en discusión la ecotasa. Que si nos cobrarán por ir al Parque Nacional del Teide, que si lo harán en Anaga o en Teno. En algunos lugares podrán hacerlo, porque la llegada es casi por el mismo sitio por el que se sale, ¿pero qué servicio nos prestarán?

 

Discutimos si viene mucha gente, pero seguimos con lo de la segunda pista o la remodelación del aeropuerto del Sur. Tenemos las peores listas de espera en Sanidad de todo el territorio nacional, es decir, los que aquí esperan lo hacen por más tiempo y en las peores condiciones. Nuestras Urgencias están un día sí y otro también a rebosar de gente. Estamos en negativo en cuanto a plazas geriátricas. Ni hay sitio ni se crea, pero eso sí, sus señorías discuten mucho de todo esto.

 

¿Son incongruencias o no? Ustedes mismos.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 11 de mayo de 2024

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