EL MONÓLOGO / 218
Mañana votamos

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Por Pepe Moreno *

 

 

Este sábado es día de reflexión, porque mañana es de votación. Las naciones europeas nos convocan a las urnas, lo que nos obliga a acudir para depositar nuestro voto y decidir, entre todos, los 61 diputados que nos representarán en el Parlamento Europeo. Podría hoy escribir sobre esto, pero no quiero que alguien llame al director de esta plataforma, José Carlos Marrero, para decirle que estoy rompiendo tal jornada en la que todos buscamos qué votar mañana, si es de los indecisos, o que hará, si aún no lo tiene decidido. Por tanto, me voy a ahorrar hablar de las elecciones.

 

Insisto en que podría referirme a las contradicciones que he visto a lo largo de estos días. Pero, en fin, que no quería hablarles de estos asuntos. Voten lo que quieran. Los que mandan, los que concurren a las elecciones de mañana no responden a nada, ni se justifican las acciones. Se lanzan eslóganes fáciles de repetir sin tener que analizar. Frases cortas y gruesas que funciona siempre en el conjunto. No por repetir una afirmación muchas veces se convierte en verdad.

 

Mañana se teme que la abstención ronde el 50 % en el Archipiélago. Entre otras cosas porque estos comicios se nos quedan un poco lejos, pues ninguno de aquí son cabezas de lista y porque la sensación generalizada es que quienes salgan elegidos van a pegarse una vida padre, con mucho sueldo, viajes gratis e incluso con unas dietas solemnes, como consecuencia de la lejanía del territorio. Acuérdense que en pasado tuvimos un eurodiputado del continente que se empadronó en Tabaiba, en un apartamento, porque así cobraba más.

 

Si la actualidad me lo permite, parte de lo que iba a escribir hoy lo haré la semana que viene y así no interfiero en las elecciones de mañana. La semana que viene, con los resultados ya bastantes claros, podremos hacer un balance de lo que todos hemos votado.

 

Por ahora, me basta con decirles que no basta que nos repitamos una y mil veces que el 70 % de las normas que se adoptan en la Eurocámara llegan de una forma u otra a las Islas. El roaming, es decir, que nos cueste lo mismo hablar por teléfono en cualquier país de la UE que en el nuestro propio, lo que pasa es que con el nivel de sueldos que tenemos, este asunto solo beneficia a unos pocos.

 

También ha servido para lo de las compras por internet y no tener de oír aquello de “excepto en Canarias”, pero lo seguimos escuchando o viendo en el punto final de cada acción digital que hagamos. También el Europarlamento ha logrado la etiqueta de los alérgenos, el cargador universal del móvil, los “Erasmus”, cosas que ayudan, pero no alivian la carga de unos canarios que tenemos encima demasiadas obligaciones que resolver.

 

Hemos oído debates sobre la tarjeta sanitaria europea, que es una quimera porque en la propaganda oficial dicen que nos deben dar tratamiento en cualquier país, aunque la realidad es que hay mucho extranjero haciendo eso que se llama turismo sanitario y buscando que nuestra sanidad les atienda y que los operen en un sitio donde los profesionales están muy preparados y los medios, aunque sean privados, están bien dotados.

 

Pero aún esperamos por un Pacto por la inmigración, asunto en que solo se ha avanzado en el enunciado y en que parece que sueltan euros para que se queden aquí los que llegan y que no sea problema de una Europa que está en otros asuntos. Si llegan, como pasó, entre el jueves y el viernes más de 800 personas, que se busquen la vida los canarios.

 

Si aquí, en las islas, ya hay más de 5.000 menores y la capacidad es de 3.500, pero la percepción que tenemos es que han optado para que se busquen la vida porque aquí no podemos mantenerlos. Si para determinar su edad hay que someterlos a una prueba en una máquina que ya se pagó con dinero público, es responsabilidad de otros que no se esté usando el ingenio mecánico o que duerma el sueño de los justos arrimado en un rincón de no se sabe dónde.

 

Este es un asunto del que se ha hablado poco en esta campaña, son una mezcla explosiva, porque este asunto es, o era, tabú a lo largo de décadas. Han alcanzado un pacto migratorio tras diez años de dudas y este no parece haber cerrado el asunto. Todos ven ese acuerdo como incompleto y la derecha radical hará de la inmigración su caballo de batalla en la campaña, aunque la izquierda no quiera entrar del todo en esa batalla. Es una cosa de izquierdas o de derechas, pero el pueblo llano no es así.

 

Quizá la base del acuerdo sea la llamada «solidaridad obligatoria, pero flexible»: el objetivo es la acogida de 30.000 refugiados al año, pero los Estados miembros pueden no hacerse cargo de su cuota a cambio de unos 20.000 euros por persona en un fondo común que se cree a partir de ahora. ¿Ustedes ven la forma que tienen de enrevesarlo todo? Y Canarias, ¿cómo queda en este tema?

 

Y así podríamos seguir enumerando asuntos aprobados en aquella Eurocámara y que no se sabe muy bien para qué sirven. El Posei para el campo, que según tengo entendido tiene más papeleo que el Salario Mínimo Vital. El Aiem, un arbitrio que se aplica en las islas y que tendría como objetivo la protección de productos locales, la fiscalidad diferenciada en el cine en los que parece que estamos presentes, pero que, a la hora de la verdad, ni estamos ni lo estaremos. Hemos confiado mucho en la resolución de problemas por estar amparados por la Unión Europea, pero nunca nos han respondido a lo que se plantea. De allí vienen los hombres de negro, los que dicen si el Estado se gasta bien o mal el dinero de todos, la Fiscalía… pero no resuelven positivamente ninguna de nuestras cuitas.

 

De esa UE tendrían que venir, y así están reconocidos, los fondos FEDER y sociales, los programas Interreg, los nuevos recursos Next Generation, además de las ayudas para la energía, el agua que se consume del grifo (la desalinización), entonces ¿por qué se la apunta el Ejecutivo Central? En fin, que no es de eso de lo que quería hablar hoy y se me va el santo al cielo con estas reflexiones.

 

Estamos en un día de reflexión y, por tanto, hay que ceñirse a otras cuestiones. Me decía ayer mismo un eurodiputado que el asunto de las viviendas no era una cuestión que le competa a Europa. Pues vale. Vamos con el Gobierno de Canarias que es quien tiene esa responsabilidad y que lo único que hace es hablar del asunto, sin que, de momento, haya hecho algo.

 

Por ejemplo, el jueves la patronal de constructores y promotores de vivienda emitió una dura nota sobre la ejecución de fondos europeos para rehabilitación de vivienda. El Ejecutivo canario se justificó, rechazó de plano las críticas y achacó a la complejidad de la tramitación administrativa la tardanza en resolver de los expedientes de solicitud de subvenciones y ayudas por parte de las comunidades de propietarios.

 

El inefable Pablo Rodríguez, consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad y el director del Instituto Canario de Vivienda (Icavi), Antonio Ortega, justificaron los tiempos en los que se están resolviendo los expedientes. Resaltaron el “esfuerzo que se está haciendo” para utilizar todos los fondos adjudicados a las Islas en esta materia, y que se intentará ejecutarlos en el plazo otorgado por el decreto de ayudas, que culmina en junio de 2026.

 

Tenemos el problema ahora. Los que quieren vivir cerca de donde trabajan, o simplemente quieren tener un techo para cobijarse, lo quieren ahora, pero estos burócratas dicen que tienen tiempo para resolver la situación hasta el 2026, que para ahorrarle la cuenta es dentro de dos años.

 

La nota de la patronal hablaba del “oscurantismo” y el “comportamiento errático e irresponsable” del Icavi, y considera que se pone en “riesgo extremo” esos fondos europeos para rehabilitación residencial y vivienda social del Plan de Recuperación y Resiliencia. Es más, por lo que se ha podido saber, la patronal ha remitido una denuncia ante la comisionada de Transparencia acusando a la Consejería y la Icavi de “desidia” en la gestión de estos fondos europeos.

 

Pero van más allá de todo esto cuando dicen que tardan 12 meses en resolver un expediente y que solo han contestado el 36 % de los 172 presentadas. Solo han resuelto el 18 % de los que se han presentado y eso indica que la pachorra se les nota.

 

Los constructores dicen en su nota que todo esto va a impedir que se puedan ejecutar los fondos, porque hay que justificar cada partida que se consuma y apenas un año, que resta para que las comunidades de propietarios y ciudadanos puedan demostrar las cantidades concedidas. Antes de llegar a todo esto hay que presentar un proyecto de obras, luego un contrato de ejecución y finalmente la licencia de obras, para que comiencen las tareas propias en sí.

 

La nota de los constructores es dura. He oído a Óscar Izquierdo, el presidente de esta patronal en esta isla, y dice lo mismo, que la burocracia les come y que el tiempo que pierden ante la administración no se los compensa nada ni nadie.

 

Nadie escapa a las críticas de los constructores que han sufrido mucho y que ahora, que estaban viendo la luz, viene el papeleo y lo cambia todo a peor. No me vale que el consejero diga que está haciendo un esfuerzo enorme y que lo mismo le pasa al Icavi, porque para eso le pagamos, para que hagan todo lo que está en su mano para ejecutar estos fondos europeos de la forma más eficaz y eficiente posible y que esa inversión llegue al mayor número de ciudadanos.

 

Lo que me suena a excusa es que diga Pablo Rodríguez que tiene datos del Ministerio de Vivienda como que Canarias está cumpliendo en materia de vivienda porque si eso fuera así no tendríamos el problema que tenemos ahora mismo con tanta gente esperando por un techo oficial o incluso por uno asequible para independizarse o emanciparse.

 

El hombre, que no da nada más que para excusas, justificó los largos plazos de resolución de los expedientes diciendo que son largos. Pues claro, y más si se trata de dinero público, pero los buenos gobernantes están para agilizarlos y no para eternizarlos. Hizo un propósito de enmienda, pero no se confíen, porque se ha marcado la fecha del 2026, coincidiendo con el final de esos fondos y hay que entregarlos antes, que ahí se acaba el plazo.

 

Y eso es todo lo que harán, o por lo menos es lo firmado. Nada de construir en un asunto que nos lleva a mucha gente a pensar que únicamente hacen hablar. Como ven muchas cosas nos jugamos mañana en las elecciones. Voten lo que quieran, pero háganlo sabiendo lo que nos jugamos y no lo hagan por cualquiera, ni tapándose la nariz, ni pensando en otras elecciones. ¿Sería usted tan amable de pensarlo bien antes de ejercer su derecho?

 

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

 

Islas Canarias, 8 de junio de 2024

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