EL MONÓLOGO / 225
Ni contigo, ni sin ti

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Por Pepe Moreno *

 

 

La canción que da título a este artículo es de Emilio José, un cantautor de los años 70 que dice que “contigo porque me matas/sin ti, porque yo me muero/ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio”. Bueno, pues, una cosa parecida pasó esta semana con los cambios que se querían hacer en la Ley de Extranjería, y que resultó que ni siquiera se tomó en consideración, por los votos negativos del PP, de VOX y de Junts.

 

Hay mucha palabrería, porque a menudo tienen una versión y la otra. Tomo en primer lugar la del rechazo a las enmiendas. Si uno oye a un socialista veremos que los del PP y los de Junts son unos insolidarios, porque con el voto negativo tumbaron incluso la posibilidad de que con sus modificaciones la ley tuviera otro contexto y que, incluso, se pusiera una cantidad de dinero, que era el primer argumento que esgrimían. Sin embargo, no fue así.

 

Los socialistas pidieron incluso explicaciones a Manuel Domínguez, líder de ese partido en las islas y vicepresidente del Ejecutivo canario. Uno podría pensar que fue así, que las gentes de Feijóo aplicaron más la política que el sentido común en este asunto. Las declaraciones del propio líder no ayudaban a nada. Esas en las que decía que “los españoles tienen derecho a salir tranquilos a la calle. Somos una nación con valores y esos valores incluyen auxiliar y dar apoyo al que lo necesita, pero también el respeto a nuestra cultura, nuestras creencias, a las mujeres, los homosexuales y a la libertad de sentirse seguro uno en su casa”.

 

Podríamos preguntarnos si los que vivimos aquí no somos españoles o aquello otro de si no tenemos cultura y cualquiera puede colonizarnos o si, ya que han venido, los inmigrantes, les da lo mismo lo de la seguridad de los dos millones de personas que viven en estas islas.

 

Podría seguir. Les da lo mismo lo que ocurra con los canarios y con sus gentes. He visto a Manuel Domínguez aplaudir a su jefe cuando decía estas cosas y lo que me viene a la cabeza es que tiene menos predicamento en su partido que un ateo en una catedral. Ninguno. Lo puso ahí el anterior jefe del partido, Pablo Casado, y este lo ha mantenido por no tener a otro candidato con más peso. No obstante, todo se andará.

 

Bien es cierto que las anteriores declaraciones de Feijóo le costaron sus gobiernos con VOX y que se rompieron, de aquella manera, por decir que podrían acoger a los menores no acompañados. La verdad es que, a muchos, esa actitud, nos llevó a pensar que podrían dar su voto afirmativo, pero no fue así. El presidente de esta comunidad, Fernando Clavijo, se enfrascó en la negociación y que también albergaba la posibilidad de que pasara el trámite parlamentario, pero el resultado fue de 177 votos en contra (PP, Vox y Junts) y 171 a favor, los del PSOE, CC y sus socios de Sumar.

 

No fue posible, sin embargo, el propio Clavijo culpó a los socialistas y al propio expresidente Ángel Víctor Torres, que también estaba seguro de que saldría esta propuesta, de que los votos no fueran suficientes. Desveló, el propio presidente, que “no hubo voluntad política de llegar a un acuerdo, no hubo una sola reunión entre el portavoz del PP y el ministro, como tampoco la hubo con la portavoz de Junts”.

 

Incluso el presidente llegó a decir en la tribuna de oradores del Parlamento de Canarias que él mismo, junto a la consejera de Bienestar Social, Candelaria Delgado, había elaborado un texto alternativo para intentar lograr la abstención del PP y Junts y que así saliera adelante la reforma.

 

Según contó, hizo que ese texto llegara a todos los grupos, incluida a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, y que estuvo esperando, de forma infructuosa desde antes de las 10 de la mañana hasta las 18:00 horas, para que se produjera una reunión que evitara la derrota de la proposición de ley pactada por los gobiernos de España y Canarias. Sin embargo, tampoco pudo ser.

 

Y así nos hemos visto abocados a una situación que ahora, como mal menor, pedimos que el Gobierno de España, el que preside Pedro Sánchez, -que en estos días tiene otras cosas en su cabeza como es su comparecencia ante el juez Peinado por los negocios de su mujer-, emita y apruebe un decreto ley con el reparto obligatorio de los menores no acompañados por el resto de España. Lo que pasa es que ese decreto ley habrá que convalidarlo en el Congreso, treinta días después, y, ahora mismo, no cuenta con los apoyos necesarios para ello.

 

Si escuchamos al ahora ministro, y antes presidente del Gobierno Canario, Ángel Víctor Torres, fue el propio Clavijo el que se comprometió a conseguir los votos del PP y CC, mientras que los socialistas tenían que lograr el voto a favor de sus socios. A pesar de ello, ha destacado que quien ha compartido documento y quien ha hablado con los ‘populares’ ha sido él mismo.

 

También Torres recalcó que “con el único grupo político con el que yo he trasladado documentos, como estos, ha sido con el Partido Popular, hemos intentado hasta el final que se sumara a la admisión a trámite de esta proposición de ley, que no han querido, que han puesto siempre una excusa más, una complicación más, para algo que lo único que se les pedía era que la admitieran a trámite para caminar en su ejecución”. A él, y a su grupo, le va mucho en este asunto y ahora, después del fracaso parlamentario, dice que no van a dejar “abandonados” a los menores migrantes no acompañados.

 

¿Entonces con qué versión nos quedamos? ¿Con la del presidente diciendo que “lo que buscaba era intentar generar una crisis política” o con la de Torres diciendo que no había voluntad política? Bien es cierto que en este momento también cabría hacerle caso al ministro cuando dice aquello dedicado a Clavijo de que “lo que tiene que decidir es si ataca a quien lo ha apoyado y ha votado ‘sí’, o si defiende a quien le ha dado la espalda y ha votado ‘no’”. ¿Con qué argumentos nos quedamos?

 

Lo cierto es que aquí tenemos a más de seis mil menores no acompañados, que algunos de ellos salieron con sus padres, cuyos cadáveres tuvieron que tirar por la borda porque no aguantaron la travesía. El trauma que tienen en sus cabezas les hace preguntarse ¿qué va a ser de mí, si nadie quiere que vaya a sus territorios?

 

Porque el tira y afloja político a quien más ha perjudicado es a esos niños y niñas que son los que no pueden protestar y los más débiles. Ellos son los que están siendo atendidos de cualquier manera, en sitios que no están diseñados para ello, como puede ser una carpa en el propio muelle al que han llegado, y que están en unas condiciones deplorables por falta de interés y una pésima gestión política.

 

Hoy sabemos que la mayoría son varones (95 %) adolescentes (el 94 % tiene entre 12 y 17 años). Solo un 1 % son pequeños de menos de siete años. Lo que pasa es que desconocemos los que alcanzarán la mayoría de edad y, por tanto, su salida de la red de acogida.

 

Según ha informado el propio Gobierno Canario, “todos los menores tienen edad obligatoria de escolarización”. Para quedar bien cuentan que los menores que ya no están en esa edad -el grupo de 16 y 17 años- realizan cursos de formación profesional o ciclos formativos. Y que todos ellos siguen cursos de español y de inteligencia emocional.

 

Pero lo cierto es que hay hacinamiento, falta de formación y actividades para los niños, y estamos contratando educadores sin formación, cuando lo hay, porque en la mayoría de las ocasiones se nota la falta de personal o los malos tratos contra los menores. Algunos de los que han hablado dicen que los chavales que acogemos están desmotivados, ni están escolarizados y la mayor parte del día están en el centro sin nada que hacer.

 

Lo cierto es que, ahora mismo, tenemos muchos puestos de trabajo que no se pueden cumplimentar, qué falta gente en hostelería o la construcción, o en el campo canario. Ni los preparamos a fondo ni tampoco los formamos. ¿Qué hacemos con ellos?

 

Me he leído algunos reportajes en los que se indica que no hacen nada, que pasan las horas sin que hagan algo. En Canarias acogemos a unos 5.600 niños y adolescentes, cuando nuestra capacidad máxima estaría en 2.000. En los últimos meses, las islas han recibido a la mitad de todos los menores extranjeros sin referentes familiares que han llegado a España. Tenemos problemas de los que no hablan ni en el territorio nacional ni en Europa.

 

Pero es que tampoco tienen papeles y están sin documentar. De los casi 3.900 menores, solo se han resuelto unas 300 solicitudes de acogida, porque nuestro Ejecutivo canario no da abasto para presentar la documentación necesaria para legalizar la situación de los niños. Son ellos los que han confirmado este tapón, debido, a los problemas para recabar los expedientes a través de los consulados y embajadas. Para remediarlo, ha puesto en marcha un plan de choque que se fue al traste el martes porque el PP y Junts, dijeron no.

 

Los independentistas de Puigdemont han votado en contra porque lo que no quieren es entrar en el reparto. La formación, que es de extrema derecha, que parece que se nos ha olvidado, ya anunciaron que, si no se excluye a Catalunya del reparto de menores inmigrantes, iban a votar en contra de esa reforma de la ley de extranjería.

 

Se escudan en que, en el pasado, su Comunidad ya acogió a casi 2.000 personas de las 6.000 que se distribuyeron por todo el Estado, con un acompañamiento de recursos de solo 1,8 millones de euros, frente a los 50 millones que se destinaron a Canarias. En la misma línea, la Generalitat -gobernada por ERC- ha emitido un comunicado en el que pide al Estado que asuma la financiación de estas acogidas. En su caso, no cierra la puerta a aceptar el reparto, si bien pide que no sea una «imposición unilateral» y que se «garantice un sistema de reparto justo y equilibrado con unos criterios claros y transparentes entre los distintos territorios». Unos por otros y la casa sin barrer.

 

Estamos hablando de una competencia que es de cada Comunidad Autónoma, que la reforma, tal y como estaba diseñada, era posible que fuera al Tribunal Constitucional por entrar en materias que no son del Estado y que varios gobiernos regionales ya habían advertido que sin dinero ellos no recogían a ningún menor. Por tanto, las versiones podrían ser contradictorias.

 

Los “peperos”, sobre todo los que mandan, mostraron sus reticencias y, el que más manda, Alberto Núñez Feijóo, endureció su discurso frente a la inmigración. Incluso su mano derecha y portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, llegó a pedir el uso de las Fuerzas Armadas para impedir la llegada de inmigrantes que entren a España de manera irregular.

 

Una ocurrencia que tuvo poco recorrido, a pesar de que llegó a solicitar que se “frene de una vez esa llegada masiva de inmigrantes a nuestras fronteras de manera ilegal y a través de mafias que están poniendo en peligro la vida de esas personas». Una ingeniosidad que choca con el cogobierno en las islas.

 

Pero no sé con quién quedarme. Si con la postura del Gobierno de Canarias, que dice que los socialistas aplicaron la forma de hacer política y de romper la coalición que forma el Gobierno de Canarias. O con la del PP que dice que estas no es lo que ellos habrían hecho. El Gobierno de Canarias no se romperá porque a CC no le queda otra. Si lo rompe con el PP solo suma con el PSOE y estos, que ganaron las elecciones, no le apoyarían para que Clavijo siga de presidente. Tampoco valdría que se adelantaran los comicios regionales. Ni contigo, ni sin ti…

 

Lo cierto es que aquí hay miles de menores no acompañados que viven en un limbo. Sin ir al instituto, sin cursos, sin papeles, a veces, sin un espacio digno. Sus señorías siguen debatiendo, eso sí, con posturas políticas mandando.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

 

Islas Canarias, 27 de julio de 2024

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