EL MONÓLOGO / 255
El disfraz de la deuda
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Por Pepe Moreno *
Estamos ya en carnaval. Desde ayer tarde todo el mundo se ha echado a la calle, con la Cabalgata anunciadora y luego con los primeros escarceos de una noche para inaugurar las fiestas del disfraz y la fantasía. Sin embargo, yo hoy le quería escribir sobre otras cosas.
Lo quería hacer del Consejo de Política Fiscal y Financiera, el que se celebraba el pasado miércoles y que llevaba una propuesta de condonación de deuda para todas las comunidades autónomas por un montante de más de 83.000 millones de euros y de los que casi 18.000 corresponde a Catalunya, que parecen los más derrochones de esta España sembrada de Comunidades Autónomas.
Ese del que se levantaron todos los gobiernos del PP. Les tengo que reconocer que tuve que pinchar en la noticia porque Matilde Asian es consejera de Hacienda, del PP, pero que está en un Gobierno que preside el nacionalista Fernando Clavijo, secretario general de CC. Por lo tanto, no es de un ejecutivo de los Populares, sino que está en uno compartido. Cuando la vi en la escalera, con los ojos cerrados, me dije eso de: ¡no es eso!
Me he quedado más tranquilo cuando he visto que el propio Clavijo le ha afeado su conducta, aunque comparte “el fondo” de la protesta. El presidente ha dicho que es consciente que la condonación de deuda “perjudica” los intereses de Canarias. Llegó a decir, incluso, que lo que hizo “fue una decisión personal, porque raras veces dejo de sentarme en esas mesas y en contadas ocasiones dejo de levantarme, o sea, no me levanto de un sitio en el que se esté debatiendo algo sobre Canarias”.
Lo cierto es que la consejera se levantó y que hizo lo mismo que ya había hecho la propia ministra, María Jesús Montero, cuando era consejera de esa rama en Andalucía, y dijo aquello de que era un intento de evitar el debate sobre la reforma de la financiación autonómica. Lo dijo en aquel entonces. Y es la misma que hoy se queja de que la dejaron con la palabra en la boca y no esperaron las explicaciones.
En aquel momento, la entonces consejera y hoy ministra, dijo, y ahí está la hemeroteca para cotejarla, eso de “el señor Montoro -que entonces era el ministro de Hacienda- no puede pretender que, vía reestructuración de deuda o condonación, se pueda sustituir el debate. Lo decimos otra vez, para que quede constancia, porque no vamos a compartirlo…, por mucho que se beneficiara o no a Andalucía. El debate es insustituible, porque estamos hablando de los siguientes diez años en materia de financiación».
Podríamos decir aquello de “donde las dan, las toman” y ahora es la propia ministra la que ha recibido medicina de su propio bote. No vale que entonces actuara como una posición frentista y que ahora apele al enfoque contrario a los intereses de sus ciudadanos. Estamos en la misma circunstancia, porque en realidad esos miles de millones de euros los pagarán todos los españoles. Nos están tomando por idiotas.
No obstante, volviendo a la reunión del miércoles, el hecho final de la consejera es, podríamos decirlo así, casi anecdótico, porque la posición del Gobierno de Canarias estaba fijada de antemano, es decir que iban a votar en contra, dado que el Estado se reserva la mitad del peso de los votos, según el reglamento.
Todo eso teniendo en cuenta los conocimientos técnicos y jurídicos que tiene Matilde Asián, que en palabras del presidente es “absolutamente impecable e intachable” y que el acuerdo del Consejo de Política Fiscal y Financiera no responde al “interés general” de ninguna Comunidad y encima ahora genera “grandes dudas” sobre su posible legalidad.
Ha dicho, además, el presidente canario, que “no tiene sentido” que se le condone más deuda “a la comunidad más rica y que no ha tenido una gestión adecuada de sus finanzas de España”. Si a esto le añadimos que la comunidad canaria es una de las menos endeudadas, quiere decir que nos están como castigando.
Como han explicado los expertos, todo esto es un mal negocio para los canarios. No es como han explicado eminentes socialistas que nos quitan deudas y que eso podría llevar a mayor inversión en sanidad o educación o bienestar social. Nada de eso. Los números, que son tozudos, nos dicen que a los ciudadanos de estas islas se les resta una parte del débito de la región, de lo que se debe propiamente dicho, y al mismo tiempo se nos endosa una parte mayor de la deuda del conjunto de las comunidades autónomas.
Así que nos sale a pagar. Escrito de otra forma, ahora tendríamos que pagar algo así como 3.367 euros per cápita –por habitante–, es decir, 394 euros más que antes de la llamada mutualización de la deuda. Esa cantidad es con la que nos quiere castigar el Gobierno de Sánchez para saldar lo que les prometió a los independentistas catalanes de Esquerra, cuyo apoyo en el Congreso es fundamental para el sostenimiento del Ejecutivo y del propio Sánchez.
La consejera de Hacienda ha recordado también que en los “momentos más duros” de la crisis del 2008, Canarias hizo una “gestión seria y rigurosa” que implicaba no poder prestarles servicio a los ciudadanos de Canarias, servicios que “a lo mejor en otras comunidades autónomas sí disfrutaron”.
Bueno, pues, ahora los que se pretende es que los canarios paguemos una parte de esa deuda, es decir, de los servicios que sí se dieron en algunas comunidades autónomas, en detrimento de Canarias, donde a todos nos ajustamos los cinturones de una crisis que se llevó por delante muchas de las cosas que nos ofrecía la parte pública. Otros fueron derrochones y no se apretaron las cinchas y manejaban los presupuestos sin tener en cuenta lo que recaudaban y gastaban a manos llenas. No cerraron ninguna embajada, ni recortaron en sueldos de expresidentes ni de asesores, que se pagan con dineros públicos.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que son otros los que están gobernando, no el PSOE, y que estos se pliegan a lo que digan sus socios. Podríamos decir que así pagan el alquiler de las oficinas de la Presidencia del Gobierno, donde también está la Secretaría de Estado de Comunicación o el Departamento de Seguridad Nacional, entre otros organismos de Gobierno, y que se llama la Moncloa.
Son, los independentistas catalanes, los que han forzado estos acuerdos, y para los demás es un trágala. Son ellos, los que quieren ser soberanos de su tierra, los que, además, han comparecido ante los medios de comunicación para decir que esto es lo que hay.
Tanto es así, que lo pactado con ERC no sirve para los de Junts de Puigdemont que piden más. Solicitan que el acuerdo entre ERC y el Gobierno sea más contundente y hacen sus cuentas. No se cortan un pelo a la hora de decir que a Cataluña se le condona el 20% de la deuda, y casi el 50% en Andalucía, una autonomía que, dicen ellos, no sufre déficit fiscal. Sin embargo, Turull ya ha anunciado que su partido «no dirá que no» al perdón de los 17.000 millones de euros.
La ministra dijo el pasado jueves que esto son lentejas, lo tomas o lo dejas, pero lo que no dijo es que este modelo rompe la solidaridad y que nos hurta, a nosotros, por ejemplo, a los canarios, de que tengamos que pagar más de 1.000 millones de euros.
En el horizonte hay otra reunión. La que mantendrá la ministra Montero con el presidente Clavijo, el próximo día 10 para hablar de la financiación de la Comunidad Autónoma. Hará un repaso a las partidas que tienen que venir a Canarias y de la financiación para la distribución de menores. ¿Con qué ánimo enfocará esa reunión? ¿Le echará en cara lo que hizo su consejera en el encuentro que tuvieron el pasado jueves? Yo creo que algo le dirá.
Y ha sido la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, la que advirtió que esa quita de deuda no servirá para un aumento directo en el gasto de sanidad, educación o dependencia. Dice la señora Herrero que lo dicho hasta ahora de dedicar ese dinero a sanidad, educación o bienestar social, nada de nada. Y lo ha fundamentado en que con la regla de gasto -así como el diseño de las nuevas fiscales aprobadas por la Unión Europea, que han entrado en vigor en 2025-, se impide que esas partidas puedas servir para elevar el techo de gasto. El argumentario de la vicepresidenta Montero decía todo lo contrario.
Todo esto nos puede llevar a una situación insostenible. Esta explicación está repleta de medias verdades, medias mentiras y de dosis altas de algo que está muy de moda: el populismo. No debemos olvidar que esas cantidades, sumadas, sirven para ligar y mantenerse en el poder a un grupo concreto, al que ya todo le da igual, con tal de mantenerse en el machito. Este acuerdo, por el que se ha denostado a unos u otros y se ha ensalzado a esos mismos, nace para atar un estatus.
No puede quedarse esta discusión en la que algunas comunidades prefieran ser pobres antes que avalar a Catalunya. No se trata de eso. Tampoco es muy razonable quejarse cada día de la falta de ayuda económica por parte del Ejecutivo para que los socialistas, y sus adláteres, puedan decir que rechazaron la condonación de la deuda.
Todo puede ser del color que le queramos poner a esos números, pero lo que parece es que nada es como nos lo han contado. Ni son las cantidades ofrecidas, ni se trata de una hipoteca, ni las comunidades pueden gastarse esas cantidades en lo que quieran. Más bien parece un dinero que tiene un fin: el de asegurar unas poltronas y un pacto.
Es al menos lo que se entiende, y que por ese fin da igual que se esté tirando por la borda todo lo que se ha realizado en estos años para que los catalanes crean más en los partidos estatales que en los independentistas, que se están haciendo cada vez más influyentes y necesarios en la política de España. El futuro parece que está lleno de incertidumbres, incluido el pensamiento.
No me fio de nadie, que quieren que les diga. Aun así, la fiesta está en la calle y no quiero aburrirles con estas cosas que tienen una profundidad que no caben en estos días. ¡Viva el Carnaval y los que hacen posible que nadie lo amargue!
* José MORENO GARCÍA
Periodista.
Analista de la actualidad.
Islas Canarias, 1 de marzo de 2025
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