EL MONÓLOGO / 276
REF pa’ los suyos

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Por Pepe Moreno *

 

 

Tenía este monólogo escrito desde el pasado jueves. Todo hacía presagiar que esta semana no lo tendría tan crudo para entregarlo a la plataforma en tiempo y forma. Pero, claro, como dice el dicho, “el hombre dispone y Dios propone”, que es tanto como decir que se exprese aquella idea de que, a pesar de los esfuerzos y planes humanos, es Dios quien tiene el control final y determina el resultado de las cosas. Pues se fue la luz y, como no lo tenía guardado, lo perdí, aunque debe estar por algún sitio de este ordenador, pero no me voy a poner ahora a buscarlo. Así que, me voy a poner a escribirlo otra vez.

 

Había escrito de Cristóbal Montoro, de su relación con Canarias, que había leído un libro que se llama “Las redes del poder” de Andrés Villena, en el que hay un capítulo entero dedicado al que fuera ministro de Hacienda en dos gobiernos diferentes, uno con José María Aznar y otro con Mariano Rajoy y que fue escrito en 2019.

 

Aprendió en el tiempo intermedio el señor Montoro y fundó una empresa que primero se llamó “Montoro asociados” y luego “Equipo Económico”, que recibió pagos por algunas leyes y que puso precio a algunas intervenciones suyas. Hemos visto estos días cómo actuaba en sí. Leí el libro porque tengo la costumbre de hacer que tras una novela me obligo con algún ensayo. Así es como cayó en mis manos, sin pretenderlo, ese de “Las Redes del Poder”.

 

El capítulo al que hago referencias es el 8 y se titula “El retorno de Montoro: asesores fiscales al mando de la Hacienda Nacional”; qué sugerente, ¿no? En él se dice que “no habrá nunca un ministro de Hacienda universalmente querido, ninguno será para los españoles un nuevo Espinete. Yo había escrito que ningún responsable de ese Ministerio sería Pepe Benavente, que amenizaba nuestras fiestas y verbenas.

 

En 2012, sin política monetaria propia y en plena crisis, España adoptó un nuevo plan de choque. Con los socialistas fuera del poder y la ausencia de alternativas respaldadas por Bruselas, Cristóbal Montoro volvió al Ejecutivo. El ministro afrontaba una crisis fiscal agravada tanto por el colapso del modelo productivo como por la evasión de dineros practicada por grandes deudores mediante vacíos legales.

 

La prevención de estas prácticas presenta desafíos debido a que los responsables de supervisar el fraude, en ocasiones, imparten formación a asesores fiscales o desempeñan funciones en la Agencia Tributaria con limitaciones en su independencia. Asimismo, altos cargos transitan entre los sectores público y privado sin restricciones legales, un fenómeno que ha recibido escasa atención y análisis en los medios de comunicación.

 

Estas anomalías estructurales se reflejan en la conducta del ministro Montoro, quien lideró una firma de lobby y consultoría fiscal centrada en reducir impuestos a grandes empresas mediante vacíos legales.

 

Montoro regresó en un contexto donde la crisis fiscal evidenció el dominio de clase y el aumento de desigualdades, consolidando a una derecha que favorecía a los ricos. En su gestión, se priorizó el aumento de impuestos sobre el trabajo mientras se beneficiaba al capital, que contaba con asesoría para eludir responsabilidades fiscales.

 

Que el ministro recaudador desde 2012 fuera antes asesor fiscal de grandes empresas refuerza la idea de que existe una conexión significativa entre el origen social de los dirigentes estatales y sus decisiones públicas. Esto llevó a un “blanqueo político”, donde se legitiman democráticamente los intereses de una élite económica frente a una mayoría desorganizada.

 

Ante el desempleo, la ciudadanía optó por la reactivación económica a costa de menor protección social, respaldando así la línea del ministro y su equipo. En ausencia de soberanía monetaria, la recaudación fiscal es clave para financiar inversión pública y transferencias sociales, elementos esenciales para el crecimiento y el bienestar.

 

Montoro proyectó una imagen de responsabilidad económica, el principal argumento electoral del PP en medio de la corrupción. La confianza generada en los mercados se basó en flexibilizar las normas fiscales para atraer inversiones, aplicando al Estado una gestión similar a la de sus negocios privados. Sin embargo, es importante recordar que Montoro no solucionó los problemas económicos de España; más bien, formaba parte esencial de ellos.

 

Durante su gestión y asesoramiento, coincidieron fenómenos como la burbuja inmobiliaria, dificultades en el sector financiero y un aumento del endeudamiento. Estos hechos tuvieron lugar mientras Montoro ocupaba puestos de responsabilidad. La atención mediática dedicada a estos temas dependió de las decisiones editoriales y de la respuesta ciudadana ante la situación.

 

Los roces con Rato habían llevado al presidente a crear una cartera exclusiva para Montoro: el Ministerio de Hacienda. Y después vino el caso Gescartera, una estafa de 120 millones de euros en 2001 que afectó a múltiples entidades como la Iglesia y el Ejército, que involucró favores y negligencia por parte de altos cargos del Ministerio de Hacienda y la CNMV. El número dos de Montoro, Enrique Jiménez Reyna, tenía vínculos directos con Gescartera y facilitó tratos de favor. La crisis terminó con su dimisión y la de la presidenta de la CNMV, sin mayores consecuencias para el PP, favorecido por el clima mediático conservador.

 

Después de su enfrentamiento con José Manuel Soria, el ministro canario de Industria, Energía y Turismo, que no quería pagar a las eléctricas, que provocó tensiones internas en el Gobierno del PP. Según el informe elaborado por los Mossos d’Esquadra, que no son la UCO, pero se le parece por la credibilidad que le damos, los “roces” entre Montoro y José Manuel Soria se debían a que las reformas impulsadas por Soria perjudicaban a empresas de energías renovables vinculadas a Montoro.

 

Estas discrepancias habrían sido aprovechadas por grandes empresas del gas agrupadas en AFGIM (Air Liquide, Abelló, Messer, Praxair y Carburos Metálicos), que buscaron reorientar la normativa para beneficiarse fiscalmente.

 

En el sumario se desvela cómo la consultora Equipo Económico habría sido recomendada desde el propio Gobierno a empresas interesadas en influir en decisiones legislativas. Un correo incautado durante los registros en la empresa Messer refleja con claridad esta práctica: “La vía más directa, como siempre, es pagar a este equipo económico que tiene contacto directo con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro”. Más claro, el agua corriente, aunque no en todos sitios, y, sino que les pregunten a los que la reciben con color negruzco en Buenavista del Norte, Los Abrigos, algunos municipios de La Palma o en otros enclaves canarios.

 

En Canarias también se tiene conocimiento de las actuaciones del ministro Montoro. A finales de noviembre de 2014, el Congreso de los Diputados aprobó una ley que abordaba diversas materias. Entre sus disposiciones, respondía a algunas demandas canarias y modificaba ciertos aspectos fiscales del Régimen Económico y Fiscal (REF).

 

En esa norma el ministro de Hacienda accedió a modificaciones propuestas por José Manuel Soria, que estaba contra Montoro por desacuerdos relacionados con la gestión del déficit de tarifa eléctrica. En aquel paquete legislativo además de lo solicitado por las islas también se incluían beneficios fiscales solicitados por clientes vinculados al Equipo Económico.

 

En el REF se incorporaban modificaciones para alinearlo con las directivas propuestas por Bruselas en ese momento. Su adversario Soria quedó sin capacidad de intervención y debía aceptar dichos cambios, incluso si llegaba a conocer que entre las distintas normativas existían elementos cuestionables.

 

¿Cómo va a tener la misma implicación en los nombramientos Pedro Sánchez que Alberto Núñez Feijóo? Uno, el primero, los nombró directamente, tanto a José Luis Ábalos como a Santos Cerdán y el otro se encontró con que Cristóbal Montoro lo habían hecho José María Aznar y Mariano Rajoy, los antecesores de actual presidente del PP.

 

Lo que pasa es que este tema deja muy mal la política diseñada por los actuales conservadores porque nosotros, los ciudadanos, nos preguntamos, “y ahora ¿a quién votamos? Y además vemos que Núñez Feijóo lleva a algunos de los procesados entre sus gurús económicos.

 

Además, sé que, aunque la implicación del PP en este caso supone, la salvación para un PSOE que está acosado por algunos casos como el de los ex secretarios de Organización socialistas Ábalos y Cerdán, el de ex asesor del ministro de Transportes Koldo García, o sobre los entornos de Pedro Sánchez, como pueden ser su esposa o su hermano… Esto significa un golpe durísimo a la credibilidad del Estado y que quien gana con ellos es Vox.

 

Mientras nuestros dirigentes están en ello y no en otras cosas. Ni se ocupan del precio de la vivienda, ni cómo está subiendo el índice de precios al consumo, ni que los sueldos están por debajo de lo que se tiene que gastar, ni de tantas cosas que la ciudadanía anda pidiendo y que nuestras autoridades no ven. Estamos en un punto en el que podríamos considerarnos huérfanos de un poder que debería mirar más hacia el pueblo, hacia sus congéneres, a esos que le otorgan el poder cuando votan en las urnas cuando le llaman.

 

Hoy vemos un poder que solo mira por ellos, con unos medios de comunicación apaniaguados que hablan de lo que les interesan a los políticos y que, si dicen o emiten algo que molesta, podrían ser multados. De ahí que diga que lo del REF es sólo para los que tengan perras, los demás estamos viéndolas venir. Y así nos va.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

 

Islas Canarias, 26 de julio de 2025

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