EL MONÓLOGO / 283
Paciencia de pacientes

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Por Pepe Moreno *

 

 

Hemos visto como la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, de la que es titular Esther María Monzón, ha sacado pecho ante lo que ella entiende que es uno de los logros de su mandato. Ella, acompañada del director del Servicio Canario de Salud, Adasat Goya, han asegurado que el tiempo medio de espera para una intervención quirúrgica en el Servicio Canario de Salud (SCS) se ha reducido en 13 días durante el último semestre -entre enero y junio de 2025-, situándose ahora en una media de 109 días.

 

Han sido claros, en su intento de decir que es la primera vez que se logra una reducción de 44 días en 2 años de legislatura. Y han asegurado que “son datos que no nos contentan, porque sigue habiendo gente en lista de espera” y tanto, añadiría yo. Por ejemplo, en consultas, apartado en el que también se cuelgan medallas porque, dicen ellos, también hay mejoras en cifras, con un descenso del 4,8% y una reducción de la demora de cinco días. Aun así, con un total de 150.975 personas, esta lista está siendo la más compleja de resolver tras años de subida continua a raíz de la pandemia.

 

Dicen ellos que la división de esas 17 de las 27 existentes presentan una tendencia a la baja, entre las que se incluyen Rehabilitación y Traumatología, con 14.769 y 12.901 respectivamente. Aun así, las cifras en otras como Oftalmología, Otorrinolaringología y Dermatología, siguen siendo muy altas, con un total de 31.913, 24.127 y 19.581 pacientes en lista de espera en cada una de las especialidades mencionadas.

 

Se quedan tan panchos y la prensa, -tanto la digital como la impresa- la radio y la televisión repiten como loros esos porcentajes. Hoy las cuentas de todos los medios dependen del dinero oficial que manejen. Foros, debates y conferencias de los que ocupan esos cargos oficiales se dejan buenos dineros para loa y honor de quienes ocupan esos sillones.

 

Pero sigamos con la Consejería de Sanidad, que ha destacado que, también por primera vez en diez años, las tres listas —quirúrgica, consultas y pruebas diagnósticas— experimentan descensos de manera simultánea. Dicen, tanto la señora Monzón como su director del SCS, “que este hecho se interpreta como un signo de que las medidas de planificación y optimización de recursos empiezan a dar frutos”. ¡Toma ya! Voy a tratar de contar un caso, en primera persona, que tira por tierra esta afirmación y que podría ser sólo un botón de muestra de lo que han hecho en este tiempo, pero claro, a ellos no le interesa lo que a un mortal le pase.

 

Tenía una consulta en oftalmología, que había solicitado la médico de familia, para el pasado día 4 de septiembre y así se planificó todo lo que giraba en torno a esa fecha. Iba a ir a un viaje y lo hacía después de la fecha para la consulta. Lo planifiqué así y me salía mejor viajar del 9 de septiembre al 18 del mismo mes. Esas eran las fechas. No tenía nada a la vista y eran los mejores días para desplazarme.

 

Pero he ahí que me mandan un SMS a mi móvil, el 14 de agosto, en el que me dicen que me han cambiado la cita al 17 de septiembre a otra hora y sin encomendarse a nadie. En concreto el mensaje decía que “el SCS informa del cambio de cita a … en oftalmología del 17/09/25 a las 15:40 horas al 17/09/25 a 09:07 en el CAE de La Laguna”. Es decir que ellos, sin consultarme, sin tener en cuenta si estoy disponible a esa hora y ese día, lo cambian dos veces, por lo que podemos leer, y la pasan del día 4 al 17.

 

Como ese día no estoy en la isla y me es imposible ir a la consulta del especialista me encamino al CAE de La Laguna para cambiar la fecha y para decirle que toda la vida del paciente giraba en torno a la primera que manejaba. Lo hago el 2 de septiembre y tras varios pasillos y derrochando paciencia y saber estar, terminamos en una ventanilla en la que le explicamos lo que ha pasado, que son ellos los que nos han cambiado la fecha del 4 al 17 de septiembre y que ese día no íbamos a estar en la isla.

 

Una funcionaria, muy dechada en su materia y dispuesta a todo, nos extendió una nueva cita para el ¡¡miércoles 17 de febrero del 2027!! Decía que no había otra fecha disponible y que esa era la primera que había encontrado. Un año y medio después de la prueba original. Todo un logro.

 

Ese mismo día pusimos una reclamación en el Servicio de Atención al usuario del HUC, que es donde pertenecemos. La funcionaria que nos atendió no daba crédito a lo que estaba oyendo y leyendo. Llamó al servicio para ver qué le decían a ella, pero cómo nos sucede a todos, nadie le contestó. Nos recogió el escrito y ya está.

 

Sin embargo, el lunes 8 recibí un SMS, la misma plataforma que utilizaron antes, para decirme que mi cita en Oftalmología del 17/02/27 a las 10,36 pasaba al 25/09/25 a las 15:10 en el CAE de La Laguna”, con lo que la frase del que “no llora no mama” venía que ni piripintada al caso. ¿Qué necesidad tenían de todo esto si tenían una fecha libre para el día 25 de este mes? Pero no, tenían que esperar que fuéramos a ese servicio, perdiéramos nuestro tiempo y poner a alguien para escucharnos.

 

No sé si estas fechas, la nueva y la vieja, entran en el baremo que explicaba la consejera y su alto cargo, pero desde luego les deja en un sitio diferente al objeto de su rueda de prensa. Y desde luego es un síntoma que deberían mirarse los medios de comunicación a la hora de titular y fomentar este tipo de información.

 

La comunicación, en el medio que he consultado terminaba diciendo que “el desafío, en definitiva, no se limita a consolidar las reducciones conseguidas, sino a garantizar que la mejora sea sostenible en el tiempo y se traduzca en un acceso más equitativo y ágil a todos los servicios sanitarios.

 

El Archipiélago ha dado un paso importante al alcanzar la menor demora quirúrgica de la última década, pero el verdadero objetivo sigue siendo que cada paciente pueda ser atendido en el menor plazo posible, sin importar la especialidad ni el hospital en el que se encuentre”. Como se ve no han logrado ni un punto de su objetivo, pero el periódico ni lo cuestiona, sino que le da una palmadita en la espalda diciendo que sigan así y que lo arregle en todos los hospitales.

 

Escribo esto, y lo especifico así, para que todo mundo haga su reclamación, para que no se queden con la primera fecha que le impongan y para que hagan lo posible para hacer todo el ruido que puedan y que los que tienen responsabilidades en ese ámbito lo sepan. No cejen nunca.

 

Al final, lo que cuentan en ruedas de prensa y lo que vivimos en carne propia los usuarios del sistema sanitario son dos mundos paralelos. Uno se escribe con porcentajes y titulares complacientes; el otro con retrasos, cambios arbitrarios y citas que parecen chistes de mal gusto. Y cuando ambos mundos chocan, sobra propaganda y falta respeto.

 

Porque no se trata solo de estadísticas, sino de confianza. ¿De qué sirve reducir la lista en un PowerPoint si luego un ciudadano tiene que esperar mucho tiempo para una simple consulta? A eso lo llamaría cualquiera menos un logro. El enfermo no está bien, le preocupa su mal y estima que todo el tiempo que espera para que lo vea un especialista va en detrimento de su curación. El relato oficial intenta vender avances, pero la realidad cotidiana sigue siendo la misma: colas, frustración y un sistema que parece diseñado para desanimar al paciente.

 

En definitiva, lo que aquí sobra son discursos y lo que falta es gestión. Que no nos vendan humo con cifras maquilladas: la salud no se mide en notas de prensa, sino en la atención real que recibe cada persona. Y mientras esa distancia entre lo que dicen y lo que ocurre siga creciendo, lo único que habrá en Canarias serán pacientes con más paciencia que esperanza.

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 13 de septiembre de 2025.

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