EL MONÓLOGO / 288
Dinero en diferido
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Por Pepe Moreno *
El pasado martes, el presidente canario, Fernando Clavijo, se entrevistó con la ministra de Hacienda, vicepresidenta primera del Gobierno Central, María Jesús Montero, y consiguió, según la información de aquel momento y que solo tenía un lado, el canario, dependía de a quién oíamos.
Según algunas fuentes era más de 400 millones los que le había “arrancado” al Gobierno de Sánchez y según otras lo que de verdad podemos contabilizar es la suma de los 50 millones para menores migrantes no acompañados, 20 millones para el ciclo integral del agua y otros 21 para el POSEI adicional, que es una cosa etérea, un programa que en su día hizo la Unión Europea y que estaba diseñado para apoyar la agricultura en las regiones ultraperiféricas como Canarias.
Su objetivo es compensar los sobrecostes y desventajas del archipiélago debido a su lejanía, insularidad y aislamiento, y mejorar la competitividad del sector agrario. Esto se logra a través de diversas ayudas directas a la producción, como subvenciones por hectárea, por número de animales o por tipo de cultivo.
Es decir, si somos ajustados 50 millones, que ya están gastados, más 20 para el agua y otros 21 para eso de la agricultura y que es etéreo, suman 91 millones de euros, de aquella manera. Clavijo, cuyo equipo de prensa ha enviado un audio a los medios de comunicación, por lo tanto, nos estamos refiriendo a una información que no tiene contraste, porque la ministra no ha hablado, y en la que nos apoyamos en una grabación del propio presidente del Gobierno canario en la que valora que “ha sido un encuentro positivo”.
¿Y cómo no van a serlo con la escasez de votos que tienen? Te firman y te prometen lo que quieran, pues no es buena en eso la señora Montero. Y para “reafirmarlo” sale el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el canario y expresidente del Gobierno Canario, Ángel Víctor Torres, para decir aquello de que está “muy contento” del acuerdo y que se van a desbloquear partidas y transferencias para el archipiélago, destacando que “sigue adelante” la Agenda Canaria.
El ministro no estuvo presente en la entrevista, pero está “muy contento”. El hombre, que es más mamporrero que nadie, añadió que “tenemos acuerdos con respecto a la agenda canaria entre los dos gobiernos”. Así ha sido. Órdenes directas que dará la ministra de Hacienda para desbloquear partidas y transferirlas a Canarias en distintos ministerios; y un compromiso que, a través de una proposición de ley o de un decreto ley, estén incluidos aspectos como los 100 millones de la isla de La Palma, un 60 % del IRPF para esa isla y también partidas para menores.
De nuevo se repite la situación: la vicepresidenta María Jesús Montero promete que Canarias recibirá este año los cerca de 400 millones de euros pendientes y Clavijo tan contento y, sin embargo, estas promesas ya se han hecho y pospuesto en varias ocasiones. Los pagos a Canarias se anuncian con entusiasmo, pero luego se posponen alegando razones técnicas, presupuestarias o administrativas. Cada año se promete regularizar las cuentas antes de finalizar el ejercicio, pero el dinero raras veces llega a tiempo, o ya no recordamos.
Alfonso Cabello decía, a finales del año pasado, que, a finales del año pasado, en el 2024, hubo un compromiso por parte del presidente del Gobierno de España de realizar una aportación económica para cubrir la desviación presupuestaria que estaba originando este tema, en torno a unos 100 millones de euros. De esos 100 millones de euros comprometidos el año pasado, solo llegaron 50. Y este año también se habían comprometido a otra aportación adicional de la que no ha llegado nada de nada.
Yo me pregunto: ¿por qué fue Clavijo a Madrid? ¿Lo haría porque la consejera de Hacienda, Matilde Asían, es del PP y le interesaba a él, personalmente, la entrevista con la ministra y “venderle” el voto de Coalición Canaria a favor de Sánchez y de lo que quiera hacer? ¿Será por esas razones? No lo sé.
La razón es que la ansiedad es el mayor aliado de lo que se espera que se cumplan esas órdenes. Que se anuncie un “desbloqueo” no significa que el dinero llegue mañana, porque el gran agujero siempre está en el “cómo” y el “cuándo”.
Muchos de estos compromisos dependen de fórmulas legales (decreto, proposición de ley de lectura única), equipos técnicos y jurídicos que estudien los mecanismos de transferencia, y de que el Ministerio de Hacienda dé la orden concreta. Por ejemplo, la mitad de las cifras “pendientes” siguen sin plazos fijos: los 100 millones de la reconstrucción de La Palma, el descuento del 60 % del IRPF, etc.
Y todo depende de un decreto que ya veremos los apoyos que tiene por parte de los otros grupos para que siga adelante. El Gobierno Central se lava las manos y será la única diputada la que tiene que buscar los votos a favor.
Cuando Fernando Clavijo habla de “primeros 50 millones que ya se liberan” o de “las instrucciones dadas por la ministra para desbloquear partidas”, debe saber que eso no pone un euro en la cuenta de las islas. Y mientras, varios sectores denunciaron que hay “millones listos” en expedientes de agricultura que no se pagan precisamente por la falta de transferencia del Estado.
Al final, lo que sucede es simple: el anuncio hoy ocupa más espacio que la ejecución mañana. Se construye una narrativa que vende apoyo estatal, agrado ministerial, desbloqueo inmediato… y se deja el resto para “los técnicos”, “los procedimientos”, “los próximos meses”. Y así, mientras recortan el calendario con expresiones vagas como “antes de que acabe 2025” o “a lo largo de octubre-noviembre”, los ciudadanos miramos esa rueda de promesas y preguntamos cuándo verán la luz esos 400 millones.
Porque en esto de los anuncios, Canarias ya tiene máster y tesis. Se anuncia el desbloqueo de esos millones con la misma alegría con la que se corta una cinta: mucho ruido, poca ejecución. Es la versión moderna de la política espectáculo: ya no se gobierna, se rueda. Y cada titular viene con su correspondiente foto de apretón de manos, sonrisa de protocolo y promesa de inminencia. Sin embargo, inminente, lo que se dice inminente, solo es la próxima rueda de prensa.
De hecho, la técnica es infalible: anuncias que “se va a desbloquear”, logras el titular, colocas la cuña en los informativos y te apuntas el tanto. Si el dinero llega o no, ya es asunto para otro boletín. El verbo “desbloquear” da para todo: no compromete, suena a logro, y nadie te puede pedir el recibo de la transferencia.
Los proyectos duermen el sueño de los justos, las obras se eternizan, los anuncios se reciclan y los ciudadanos asistimos, una vez más, a la ceremonia del “ya casi está”. En Canarias no se inauguran realidades: se promueven promesas. Clavijo llega con el gesto satisfecho y frases enigmáticas sobre “avances” y “compromisos adquiridos”. Aquí no se gestionan fondos, se administran expectativas.
Y mientras tanto, seguimos con el mismo guion de siempre: un Gobierno central que promete, un Gobierno canario que agradece, y una ciudadanía que, resignada, asiste a la representación, sabiendo que la función se repetirá el próximo año, con los mismos actores y un libreto ligeramente revisado. Pero en Canarias no se cambia de política: se cambia la decoración. Y lo peor es que, entre tanto aplauso y tanto gesto ensayado, ya ni recordamos que el dinero prometido era, en teoría, nuestro. Lo de siempre, para no variar.
* José MORENO GARCÍA
Periodista.
Analista de la actualidad.
Islas Canarias, 18 de octubre de 2025.
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