Encorbatado

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Remigio Beneyto Berenguer *

 

 

“Que lleva corbata”. Voy a proponer la Asociación para la defensa de la corbata. Hay que ver lo poco que calienta la corbata. Es una simple tira, generalmente hecha de seda o de otro material, que se anuda alrededor del cuello. Parece ser que el objetivo original era tapar los botones de la camisa. En invierno, calentar, calienta poco. En verano, refrigerar, más bien nada. Sin embargo, estéticamente es inigualable. Un buen traje con una corbata es signo de elegancia y distinción. Al menos lo era.

 

Recuerdo en mi niñez que todos los adultos, a la hora de acudir a un evento singular o distintivo, vestían sus mejores corbatas. Los niños incluso nos ponían las corbatas con lazo de goma. Pero a mí me encantaba ver cómo los adultos hacían los lazos de sus corbatas. Incluso en el cine el protagonista, al que admirábamos, se deshacía el lazo para ir a dormir con una seguridad y con un dominio espectacular. Yo pensaba: ¡Eso serás tú, que sabes hacerte el lazo, porque yo lo tendría difícil mañana a primera hora!

 

Ahora casi nadie lleva corbata. No acabo de saber cuál es la razón. Me imagino que será que ya no está de moda. Hubo un tiempo en que parecía ser cosa de gente de derechas, o gente retrógrada, conservadora, o de tiempos oscuros y antiguos. Incluso cuando se trataba de insultar a alguien, se le decía “rateros de traje y corbata”, “terroristas de corbata”, “quienes de traje y corbata, firman un papel y alargan la mano”, “bandolerismo de corbata”. ¿Qué ocurre? Si llevas corbata, eres casi un delincuente, y si llevas doble camisa, eres “guay”. No puede ser tan simple todo.

 

Ahora los más progres ya no llevan corbata, pero se atreven con las pajaritas. Te encuentras con el señor más progresista, más transgresor y rompedor, que, cuando quiere lucir palmito o dar distinción a un acto, se pone la pajarita. Pero no se pone la corbata. Es como si la pajarita fuera la hermana más avanzada y progresista de la corbata.

 

Pero si la corbata tiene poco uso y resulta un tanto inútil como prenda, imagínense la pajarita. Está sí que no tapa nada, ni siquiera los botones de la camisa. Claro que ahora, para las pajaritas, hay camisas que no llevan botones. Pero sigo sin entender la finalidad de la pajarita.

 

Soy un entusiasta de la corbata. He de confesar que mis corbatas son poco atractivas, son serias, de colores oscuros. No llego a las famosas corbatas de Carrascal, pero pocos entendidos discutirán la elegancia de D. José María. Tampoco me siento muy atraído por las amplias corbatas de los payasos, pero no dejo de reconocer el colorido y la vistosidad de las mismas.

 

Creo que los entusiastas de la corbata tenemos, de momento, la batalla perdida. El pasado mes de noviembre, en todo un teatro de más de 400 personas, hice un esfuerzo visual por intentar encontrar alguna corbata entre los asistentes. No atisbé ninguna, a excepción de la mía, claro está. O bien es que no está de moda, o bien se le atribuyen algún tipo de reminiscencias no deseables, porque parece sorprendente que ninguno optara por esta decisión. Había personas de distintas tendencias (políticas, ideológicas, económicas) y nadie optó por la corbata. Evidentemente uno puede vestir como quiera, faltaría más. Por eso no me hago ningún problema.

 

Podría pensarse que usar corbata aleja del interlocutor, hace a la persona más inaccesible. Podría pensarse que es más cercano quien va descorbatado, pero no tiene nada que ver. José Luis Garci, según noticia de un diario español, le acaba de decir al “Hácker” (Chef digital officer) de Telefónica: “El nuevo tiempo eres tú, que pareces un “homeless” y eres el jefe. Esa está siendo una tendencia en la actualidad.

 

La nueva moda parece ser ir desaliñado, como si uno se siente tan seguro de sí mismo que no necesita cuidar su forma de vestir. Pero todos sabemos que no es así, que el aparentemente más informal ha cuidado hasta el último extremo su vestidura. De informalidad, nada de nada, ya que, hasta el último detalle de la camisa, del pantalón con agujeros o de la gorra, está estudiado.

 

 

*  Remigio BENEYTO BERENGUER

Profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.

Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

 

 

Islas Canarias, 26 de abril de 2022.

 

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