La Campaña del Rif y Canarias
100 años de la Batería de Montaña
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Palabras pronunciadas por Andrés De Souza Iglesias en la presentación del libro “La Campaña del Rif y Canarias: Centenario de la Batería de Montaña de Tenerife en África (1921-1922)” del que es coordinador y coautor, durante el acto celebrado en el Fuerte de Almeyda, en Santa Cruz de Tenerife el martes, 7 de septiembre de 2021.
Andrés M. De Souza Iglesias *
Permítanme unas palabras introductorias, para poner de relieve que el libro que hoy se presenta se debe en gran medida a dos personas que me estimularon a enfrentarme a este proyecto, una de ellas preside este acto, es el general jefe del Mando de Canarias, don Carlos Palacios Zaforteza, que no solo apoyó la idea cuando le fue presentada, sino que me manifestó su deseo de convertirse en uno de los coautores escribiendo el premio de esta obra.
La otra es la catedrática de Didáctica e Innovación Educativa de nuestra Universidad de La Laguna, Dra. Olga María Alegre de la Rosa que como en el caso anterior no solo respaldó la iniciativa sino que aceptó participar honrándonos con el prólogo, pueden suponer que lamento que hoy, por razones profesionales, no pueda estar con nosotros.
Es esta una obra colectiva editada por la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Canarias en la que han participado además de los expresados, los coroneles José Iglesias de Ussel y Jesús Castillo y cuatro civiles, la Dra. Jennifer Guerra, el presidente de la Asociación, don Juan Carlos Cardell, el que fue Esclavo Mayor del Cristo, don Juan Luis Maury-Verdugo y el que les habla. Debo decir que lo que ellos expresan dentro de sus conocimientos y especialidad, tiene un único hilo argumental en el contexto de los hechos que estamos conmemorando. Agradezco por ello su buena disposición y flexibilidad para poder cumplir este objetivo.
Cuando esté en sus manos el libro, debo anunciarles, sin falsa modestia, que se van a encontrar con una muy cuidada edición, en la que se aprecia el cariño puesto en ella por Josué Ramos, director de proyectos de Cultania-Libros y la publicista de la misma empresa Esther Nogal, que han sido muy pacientes conmigo y sabido interpretar perfectamente la forma, pero también el mensaje, que deseaba transmitir a los lectores.
Asimismo, es de justicia poner de relieve la buena acogida al proyecto de las autoridades que forman el Comité de Honor del Centenario. Para la posteridad hemos considerado oportuno dejar sus nombres recogidos en esta publicación.
Sin duda, el prólogo de la profesora Olga Alegre, incita y anima a la lectura, quizás ella debería ocupar esta tribuna con más autoridad que la mía, pero siendo yo el presentador designado por la Asociación les quiero plantear algunas cuestiones.
Entrando en el fondo y objeto de este acto, cabría preguntarse, ¿Por qué se debe conmemorar el centenario del hecho que da título a la publicación? ¿Qué justifica que se lleve a cabo esta obra?.
Mi respuesta es que ciertamente se está recreando un hecho histórico singular que ha dejado una profunda huella no solo en aquellos que vivieron trece meses en el violento territorio del Rif, sino también en sus descendientes y vecinos tanto de La Laguna como del resto de la isla, sensibles al regreso sanos y salvos, de aquellos soldados tras tan dura campaña.
Pero también nos ha movido apreciar que esa confluencia, de apoyo ciudadano a nuestros soldados, y el ejemplar comportamiento de aquella unidad, constituye un ejemplo que conviene traer a colación en estos tiempos de profunda transformación social, que abarca costumbres, forma de ver el mundo, radicales cambios en los sistemas educativos y en definitiva de lo que entendemos por moral y valores.
Y como no, incluyendo la preocupación por la escasez de liderazgos sólidos, dotados de verdadera autoridad y no solo de poder, especialmente necesarios en estos tiempos de transición y no solo en nuestro país sino en todo el mundo occidental, como ya denunció en 2011 el escritor y expresidente checo, Vaclav Havel, en el homenaje por sus 75 años, poco antes de su fallecimiento, inquietud que ya había dejado traslucir en su excepcional obra de reflexiones políticas, “La responsabilidad como destino”.
Desconocemos hacía donde vamos y como serán las décadas venideras, pero precisamente por ello, se puede considerar conveniente y hasta necesario dejar testimonios como el representado por este trabajo que recoge unos hechos que han conmovido a la sociedad de su tiempo, que han sido ejemplo de una forma de actuar, de sentido de la responsabilidad, de entrega y profesionalidad, en definitiva, de un ejemplar cumplimiento del deber y amor a la patria.
Una vez más deseo acudir a la primera de las Notas de andar y ver de José Ortega y Gasset que en 1911, al describir las tierras de Sigüenza y Aranda del Duero, aquellas por las que cabalgó El Cid, nos dice,
No se crea por esto que soy de temperamento conservador y tradicionalista. Soy un hombre que ama verdaderamente el pasado. Los tradicionalistas, en cambio, no le aman: quieren que no sea pasado sino presente. Amar el pasado es congratularse de que efectivamente haya pasado…de lo que ha sido nos interesa su calidad íntima y propia…Por eso es conveniente volver de cuando en cuando una larga mirada hacia la profunda alameda del pasado: en ella aprendemos los verdaderos valores, no en el mercado del día”.
Este, señoras y señores, es para mí el fundamento de los hechos que estamos conmemorando. Pero cabe plantear otra cuestión. ¿Cuáles fueron las razones de la movilización de las unidades artilleras canarias?
Para contestar a esta pregunta estimo conveniente que nos situemos en el clima histórico que se vivía en España en aquellos años y para ello creo de interés acudir a la descripción que con toda claridad y crudeza expresa Soledad Ortega Spottorno, en su libro “José Ortega y Gasset, imágenes de una vida”:
…me explicaba mi padre que con la pérdida de nuestras colonias que culminó con el Desastre (de Annual), hundida y empobrecida España, sin poder político ninguno, sin fe ya en su destino, encerrada, aislada del resto del mundo por su propio fracaso histórico – imputable sobre todo a sus clases dirigentes – se había replegado sobre si misma y no había producido más que lo que podían segregar sus clases (intelectualmente) inferiores…
En ese contexto nos pareció adecuado ofrecer una visión global del Protectorado de España en Marruecos y los acontecimientos que se sucedieron después del conocido como desastre de Annual, hasta que se logró la pacificación de aquella zona con la rendición de Abd el-Krim y la toma de Xauen en el verano de 1927.
Por este motivo con la historiadora Jennifer Guerra procedí a revisar y poner al día la comunicación que los dos presentamos sobre este mismo tema en el III Congreso Internacional de Periodismo Canario en julio de 2018, en el marco de las actividades de verano que desarrolla en Adeje la Universidad de La Laguna.
La reacción gubernamental después de los lamentables hechos de julio de 1921, fue ordenar una amplia movilización para recuperar el control del sector; decisión que afectó a las unidades artilleras de Montaña y Costa de Tenerife y Gran Canaria, fuerzas altamente cualificadas y preparadas como dejaron acreditado a lo largo de los meses que duró la campaña de Yebala, concluida con la caída del xerif Al Raisuni en 1922 y la toma de su centro operativo en Tazarut.
Debe indicarse que hasta ese momento el sensible territorio canario no había participado con cuerpos expedicionarios en la Guerra de Marruecos y que tampoco en esta ocasión las islas quedaron desguarnecidas de efectivos de esta Arma, en efecto permanecieron en el Archipiélago la mitad de las fuerzas artilleras disponibles.
Cabría hacerse otra pregunta: ¿Tienen fundamento histórico las Cartas de un Artillero que escribe don Ramón de Ascanio y León-Huerta, editadas en 1923 fueron reeditadas por la Capitanía General de Canarias en 2012 y ahora reproducidas en edición facsímil en este libro?
Ciertamente son cartas imaginarias, el académico Ramón de Ascanio hace un ejercicio de literatura epistolar para narrar unos hechos y unos sentimientos que le fueron transmitidos verbalmente por su yerno el capitán Iglesias, por las cartas de éste a su esposa, por las conversaciones con el teniente Sebastián Martín-Neda y los testimonios de artilleros de la Batería.
Con esta amalgama de información y su directa observación personal edita estas cartas que constituyen un valioso documento sobre aquella campaña y la reacción popular ante la movilización de las fuerzas artilleras acantonadas en La Laguna. Reacción popular y apoyo a aquellos soldados que se pone de manifiesto en la selección realizada por el coronel Iglesias de Ussel de artículos y reportajes de la prensa de la época, especialmente local y de tendencias tanto conservadoras como republicanas.
La minuciosidad y el detalle con que los reporteros de entonces, describen los hechos es asombrosa, tanto antes de la partida como durante la permanencia en Marruecos y al regreso a Tenerife. Aquellos reportajes corroboran la fidelidad de lo que literariamente expresa el autor de las “Cartas de un artillero”, ello nos ha movido a que se realizara la transcripción de todos aquellos textos, encomendando esta tediosa tarea a Yago Viso Armada, de Cultania-libros.
Compartimos por lo expuesto, el mismo planteamiento que realiza el filósofo y escritor cubano Eliades Acosta Matos, en su libro “Cartas auténticas que nunca se escribieron”, relacionadas con el final en 1898, de la Guerra de Cuba. Nos dice en la introducción,
…los hechos históricos, los grandes relatos, por grandes que sean, tienen rostro humano y solo podrán ser contados por la lengua de los hombres” agregando, “ lo que sigue son cartas históricas que nunca se escribieron, pero que con toda autenticidad pudieron haber salido de la mano de los protagonistas callados, de los anónimos de siempre.
Pero, ¿realmente han dejado huella en el sentir del pueblo los hechos que se relatan? La respuesta también ha de ser afirmativa, solo así cabe interpretar la reacción popular de rechazo cuando se decide, por acuerdo sinodal, prescindir de la escolta artillera al Cristo de La Laguna cuando sale de su Santuario en las fiestas de su nombre; como también la reacción de aplauso y encendido apoyo cuando el Obispo de la Diócesis, don Bernardo Álvarez decide en 2007 dar respuesta a esa demanda del pueblo lagunero y autoriza que los artilleros escolten la imagen del Cristo cuando procesiona por la ciudad. Decisión que hizo posible que cumplieran, como era su deseo, la promesa que hicieron sus antecesores al regresar de Marruecos, sin baja alguna por acciones de guerra.
El significado y el sentimiento de cariño hacia la Batería de Montaña, conocida como la Batería del Cristo, que a lo largo de un siglo ha estado grabado en la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, lo expresa con su característica sensibilidad Juan Luis Maury-Verdugo, en el Apéndice primero de este libro.
Confirmando esta huella perdurable en nuestro imaginario colectivo se ha querido incorporar un segundo apéndice que titulamos “La voz de los recuerdos”. En éste hemos reflejado como si fueran las varillas de un abanico, testimonios de descendientes de aquellos artilleros o personas vinculadas a los mismos, de este modo reproducimos las palabras del que fue primer director de la Escuela de Comercio de Tenerife, Dr. Mateo Alonso del Castillo; la referencia al hermoso documental de Canal 7 del Atlántico, dirigido por Francisco (Paco) Padrón que año tras año ha ido recordando la efemérides que ahora conmemoramos; las Décimas de África, que trajo en su macuto el artillero Félix González a las que puso música su descendiente Patricio León y que canta con especial sentimiento la madre de éste, Isabel Viera; la aportación de valiosos datos procedentes de los hijos del que fue teniente de la Batería, el coronel Sebastián Martín-Neda; la visión del que fue excepcional maestro de periodistas Leocadio Machado, yerno del artillero de 2ª, Julio Rodríguez ; y finalmente la bella carta versificada dirigida a su novia, del artillero de Costa, Juan Cedrés Franchy, que con otros interesantes datos nos han aportado sus hijos. Con la inclusión de este último testimonio hemos querido recordar a nuestras dos baterías de Costa canarias que en diciembre de 1921 se incorporaron como fuerzas expedicionarias en Marruecos.
No es un panel exhaustivo pero se ha pretendido hacerlo diverso y únicamente como homenaje a todos aquellos artilleros que cumplieron fielmente con su deber y que han sabido transmitir a sus descendientes la experiencia vivida en aquella campaña.
No deseo finalizar este recorrido sobre el libro, sin dejar clara una cuestión que me ha llevado a escuchar algún comentario que puede llevar a confusión. ¿Solo fueron movilizados los soldados que no podían redimir con dinero su participación en la campaña del Rif? Es decir ¿únicamente los soldados sin posibilidades económicas, esto es, los de familias más humildes fueron movilizados?
La respuesta es sin paliativos negativa, la Orden del 29 de agosto de 1921 del ministro de la Guerra ordenando al Capitán General de Canarias que procediera a movilizar de inmediato las baterías de campaña y de costa asentadas en las dos islas capitalinas, no ofrecía lugar a dudas, los soldados de cuota debían ser movilizados con el resto del reemplazo.
Para una mejor comprensión de lo expresado en el párrafo anterior nos pareció imprescindible situar al lector en el significado del servicio militar obligatorio y de los medios utilizados a lo largo de la historia para cubrir las necesidades militares de la nación. Pero también se quiso reseñar como este servicio militar fue utilizado para cubrir otras necesidades como las financieras del Estado a través de la redención de su prestación o las cuotas abonadas para liberarse total o parcialmente del mismo.
La realización de este estudio fue encomendada al historiador y coronel de Infantería, Jesús Castillo que debo decir, ha realizado un interesante y clarificador artículo, que complementa con un análisis específico sobre los componentes de la Batería de Montaña de Tenerife.
Termino mi intervención y lo voy a hacer con palabras del filósofo Gerardo Trujillo en su ensayo “La sociedad y la iglesia en Canarias en el siglo XVIII”,
“…cada generación necesita evocar con sus propias palabras los acontecimientos, los personajes y las ideas que han configurado la tradición en la que habita. Sin reflexionar sobre la historia y desde la historia, resulta difícil situarse en el presente y comprender los nervios fundamentales que caracterizan una determinada época”.
En esto ha consistido la publicación que presentamos, sobre la presencia canaria en la pacificación del Rif.
Hemos querido en este centenario, reflexionar desde diversos puntos de vista sobre aquella intervención y las razones de la permanencia de los hechos que la motivaron en el imaginario colectivo de los laguneros. Y singularmente, de los artilleros que sin solución de continuidad a lo largo de cien años han preservado esta hermosa tradición, de la que hoy es depositario el Regimiento de Artillería de Campaña Nº93 con base en Los Rodeos, cuyo coronel jefe, don Carlos Latorre Dardé con alguno de sus componentes, han deseado, y nos han honrado con ello, acompañarnos hoy en la presentación de este libro.
* Andrés Manuel DE SOUZA IGLESIAS
Abogado y Arquitecto Técnico.
A lo largo de su trayectoria personal y profesional, ha sido:
Funcionario del Cuerpo Superior de Administración General.
Jefe de Servicio de Entidades Jurídicas y de Infraestructura Turística en el Gobierno de Canarias.
Letrado del Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación en la Consejería de Justicia de Galicia.
Vocal del Consejo General de la Emigración de España.
Profesor Asociado en las Universidades de La Laguna, Santiago y La Coruña.
Coordinador del equipo redactor del avance de las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias. Codirector del P.I. “Sociedad Civil Organizada en Canarias”, del Gobierno de Canarias y las universidades de La Laguna y Las Palmas de G.C.
Miembro del Instituto Universitario de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de La Laguna (ULL)
Ex-Director y Director de Honor de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (RSEAPT)
Islas Canarias, 20 de septiembre de 2021.
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