Me siento humillado
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Remigio Beneyto Berenguer *
Me siento humillado por el presidente del Gobierno de España. Ya no entendí que fuera la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz a hablar con Puigdemont, aunque se dijera que iba como líder de SUMAR, y se refiera a él como “una persona que está fuera del país”. Tampoco entiendo que haya ido el número 3 del PSOE a hablar con Puigdemont y le diga “President”.
Puigdemont declaró la república y firmó la declaración de independencia, saltándose la Constitución y las leyes. Puigdemont sale de España huyendo en el maletero de un coche. Puigdemont es un fugado de la justicia y un cobarde. No asume la responsabilidad de sus actos. El valiente se distingue del cobarde en que asume la responsabilidad de lo que hace.
Ante este acto de villanía, de no respeto a la Carta Magna que nos hemos dado todos los españoles, nuestro Ejecutivo se doblega y no pasa nada. Ha salido todo gratis.
Vamos a pensar un poco las consecuencias:
Primero.- Si no pasa nada, si van a ser todos amnistiados, mañana lo pueden volver a hacer y no pasará nada. Si el Gobierno de España pone de rodillas a todos los españoles ante un fugado de la justicia por un puñado de votos, y no pasa nada, serán los líderes de los partidos independistas vascos, o gallegos o valencianos, o…los que lo hagan también, porque no va a pasar nada. Se crea un precedente muy peligroso. Creo que dentro de poco quizá tengamos que pensar en la República independiente de Tenerife o en el Cantón de San Cristóbal de La Laguna.
Segundo.- Junts y ERC no se van a conformar. Ya lo han dicho. Quieren la autodeterminación, el referéndum, y después los harán los vascos Bildu y PNV), los gallegos, los valencianos, los…Pero resulta que tan propietario de Cataluña son ellos como yo. Soy montañero, me encantan los Pirineos catalanes, y tengo el mismo derecho a decidir sobre ellos que cualquier catalán. España es la patria común e indivisible de todos los españoles. Que nadie decida sobre lo que es mío también.
Tercero.- Si nuestro Gobierno no respeta la Constitución ni las leyes, ¿Por qué hemos de respetar nosotros las leyes? ¿Por qué hemos de pagar impuestos? Es menos importante, es menos grave, menos delictivo dejar de pagar el IRPF o el IBI que hacer lo que ha hecho Puigdemont. Supongo que, si no pago los impuestos, vendrá la vicepresidenta del Gobierno o un enviado del Secretario General del PSOE a hablar conmigo y rendirme pleitesía. Y lo hará por el bien de España, porque yo soy un personaje importante.
Cuarto.- La Constitución se pude reformar. El Título X de la Constitución viene dedicado a la Reforma constitucional. Hágase así, que se reforme la Constitución, pero mientras no se haga así, siguiendo las reglas de juego, todo lo demás es infame, indigno y produce humillación a los españoles. No nos merecemos que nos hagan esto, porque cuando un frasco se rompe, después se puede pegar, pero ya no es el mismo frasco. Y todo por un puñado de votos. Es verdaderamente lamentable el poco aprecio que se tiene el Gobierno, el PSOE y sus aliados en el Gobierno Frankenstein.
Quinto.- Fíjense si le doy gravedad a lo que va a pasar, que si yo fuera el líder del PP estaría dispuesto a ofrecer al PSOE mis votos para gobernar, siempre y cuando se deshiciera de la indignidad que supone doblegar a toda España pactando con un fugado de la justicia.
Sexto.- Como jurista, me siento también humillado. ¿Para qué ha servido todo el proceso seguido en el Tribunal Supremo durante tanto tiempo? ¿Para qué sirve el poder judicial? ¿Para qué sirve el Tribunal Constitucional si, como se prevé, se adivinan sus sentencias antes de debatir sobre ellas?
Séptimo.- Cuidado con lo que están haciendo desde el Ejecutivo, bendecido por una mayoría en el Congreso, y sin respetar al Poder Judicial, porque “las armas las carga el diablo” y todas estas actuaciones luego tienen camino de vuelta.
Octavo.- He meditado mucho si escribir esta reflexión. Quizá no sea políticamente correcta, pero por encima de Catedrático soy un español al que se le está arrebatando la dignidad. Para mí constituye una indignidad lo que está haciendo el Gobierno de España en este tema, con Puigdemont y con los independentistas. Que venga Puigdemont a España, que se someta a la justicia, que pida perdón y se arrepienta de lo que ha hecho. Y después se dialogue, ajustándose a la Constitución, y si queremos cambiarla, que se inicie el proceso de reforma y lo que se quiera, pero dentro de los cauces legales. Todo lo demás es barbarie y caos, y lo vamos a pagar todos.
Ante mis hijas, ante mis familiares y amigos, escribir este artículo es un acto de dignidad personal, una voz frente a esta indignidad, clamando y gritando que no pertenezco al colectivo lanar que parece está invadiendo nuestra España.
* Remigio BENEYTO BERENGUER
Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Departamento de Ciencias Jurídicas
Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.
Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Islas Canarias, 1 de noviembre de 2023
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