Meditaciones de un creyente (y III)
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Remigio Beneyto Berenguer *
PUEBLO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, RECONOCE LA VALENTÍA DE JOSÉ DE ARIMATEA AL TRASLADAR EL CUERPO DE JESÚS AL SEPULCRO
José de Arimatea representa la dignidad del que sale de la sombra, del anonimato en el peor momento, con una valentía que no tuvieron los más fieles a Jesús.
José de Arimatea que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, tiene el arrojo de los tímidos, la impensada serenidad de los nerviosos y la brusca decisión de los titubeantes.
José de Arimatea pide permiso a Pilatos para sepultar a Jesús, y con la ayuda de Nicodemo, desclava el cuerpo de Jesús lo lleva a un nuevo sepulcro excavado en la Roca.
Rafael Femenía Prats escribió:
“Una sábana nueva comprada por José de Arimatea fue toda la pompa que tuvo Cristo hasta ser colocado en el sepulcro que, en contraste, no tenía que ser de pobre, sino de rico, como lo había vaticinado Isaías, y que tuvo fiel cumplimiento por ser el sepulcro de Jesús,…un sepulcro particular que sólo los pudientes solían labrarse”.
Traslado del cuerpo de Jesús al sepulcro, que se hace sin oropel, con sencillez, con un sentimentalismo sobrio y profundo.
PUEBLO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, MEDITA LA MUERTE DE CRISTO EN SILENCIO Y ADÉNTRATE EN LA PROFUNDIDAD DEL SEPULCRO.
La muerte siempre impone un silencio.
Una antigua homilía sobre el grande y santo sábado expresa:
“Cuando Cristo muere, un gran silencio envuelve la tierra, un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio porque el Rey duerme…La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo…Va a buscar a nuestro primer Padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva…
¡Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de Ti, me he hecho tu Hijo! A ti te mando: Despierta, tú que duermes, pues no te cree para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los “muertos”.
PUEBLO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, DESCUBRE EN MARÍA EL CONSUELO A TU SOLEDAD.
Hay tanta soledad en el mundo:
Tantos ancianos que se sienten solos,
Que necesitan el cariño y la compañía de los suyos.
Hay tanta soledad en el mundo:
Tantas familias en dificultades,
Que se sienten solas, sin que nadie les ayude.
Hay tanta soledad en el mundo:
Tantos niños y jóvenes que se sienten incomprendidos, marginados, diferentes, que se sienten solos.
José María Pemán termina su Meditación de la Soledad de María diciendo:
“Y séame, por piedad,
Señora del Mayor Duelo,
Tu soledad sin consuelo,
Consuelo en mi soledad”.
María, sé consuelo en nuestra Soledad.
Y por último…
PUEBLO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, VIVE EN CRISTO RESUCITADO PORQUE ÉL ES NUESTRA ESPERANZA.
Benedicto XVI en la Encíclica Spes salvi (fuctus sumus) (en esperanza fuimos salvados) dice que un lugar esencial de aprendizaje de la esperanza es la oración. “Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo invocar a Dios”.
Sigue diciendo que otro lugar de aprendizaje de la esperanza es sufrir con el otro, sufrir por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia, sufrir a causa del amor.
Termina la encíclica diciendo: “¡María, desde la cruz recibiste una nueva misión! A partir de la cruz te convertiste en madre de una manera nueva: madre de todos los que quieren creer en tu Hijo Jesús y seguirlo. La espada del dolor traspasó tu corazón. ¿Había muerto la esperanza? ¿Se había quedado definitivamente el mundo sin luz, la vida sin meta? …Con esta fe, que, en la oscuridad del sábado santo, fue también certeza de la esperanza, te has ido a encontrar con la mañana de Pascua.
Jesús bajó a la profundidad de la muerte para que los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan, vivan. Jesús, “el Príncipe de la Vida” aniquiló mediante la muerte al señor de la muerte. En adelante Cristo resucitado tiene las llaves de la muerte. ¿Dónde está muerte tu aguijón?
En el Pregón de la Vigilia Pascual se sigue cantando:
“Esta es la noche en que,
Rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
Si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
Que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz culpa que mereció tal Redentor!
Finaliza el pregón diciendo:
“Es Cristo, tu Hijo resucitado,
Que, al salir del sepulcro,
Brilla sereno para el linaje humano,
Y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos. Amén”.
Para terminar, a todos vosotros, Cofrades de San Cristóbal de La Laguna, que vestís vuestras mejores galas en las distintas procesiones y actos de la Semana Santa, os digo, tomando las palabras de San Pablo a los Colosenses:
“Hermanos: como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguien tenga quejas contra otro”.
Y las del mismo Pablo a los Efesios:
“Hermanos: Recibid la armadura de Dios para que podías resistir en el día malo y ser perfectos en todo.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y revestidos con la coraza de la justicia, y teniendo calzados los pies, prontos para anunciar el Evangelio de la paz. Empuñad en todas las ocasiones el escudo de la fe…tomad también el yelmo de la salud y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios”.
Vosotros, PUEBLO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, cofrades todos, finalmente tenéis una gran responsabilidad:
Vosotros sois los custodios de una gran tradición. Como custodios de esta tradición, tenéis la obligación de continuarla, de transmitirla a vuestros hijos y nietos, de vivirla en familia, que es como mejor se transmiten los grandes tesoros.
Como herederos de un pueblo santo, tenéis la obligación de acrecentar la importancia de esta fe recibida de vuestros mayores en la vida cristiana, pastoral, social y pública de la ciudad, y trabajar en la nueva evangelización, profundizando la perspectiva misionera, la misión ad gentes.
Y, sobre todo, sed siempre conscientes que los cristianos somos hombres y mujeres alegres, en fiesta, somos hombres de esperanza, somos hombres para la eternidad, que la muerte no pudo con Cristo.
Y yo os digo: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, HA RESUCITADO.
* Remigio BENEYTO BERENGUER
Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Departamento de Ciencias Jurídicas
Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.
Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Islas Canarias,9 de abril de 2023 (Domingo de Resurrección)
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