Participación vs. autoritarismo

AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…

Remigio Beneyto Berenguer *

 

 

El artículo 9.2 de nuestra Constitución establece: “Corresponde a los poderes públicos…facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.

 

En mi primer libro, en 1992, escribía que la democracia avanzada no puede limitarse a acudir cada cuatro años a votar. Es una participación demasiado pobre. Los poderes públicos han de crear cauces que todos los poderes de Estado, especialmente el ejecutivo, recuerde que, según el artículo 1.2 de la Constitución “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.

 

Nos ha costado mucho avanzar e ir pasando de dictaduras y autocracias a democracias. No podemos permitir que vuelvan a aparecer liderazgos autocráticos y autoritarios. Debe hacernos pensar que los grandes países del mundo, los más poderosos tengan como líderes a personajes autocráticos. No es necesario que ponga ejemplos porque todos los conocemos.

 

Lo que nos ha causado estupor a todos, especialmente a los propios norteamericanos, es la actitud de su presidente. Es cierto que ya le conocían y, aun así, le han votado muchísimos ciudadanos. Algo habrá pasado con anterioridad en Estados Unidos para votar masivamente a Trump. Pero, ahora, quiero destacar algunos datos de ese actuar, que me resultan increíbles:

 

Primero, los invitados a su toma de posesión. Entre otros políticos y famosos, magnates como Mark Zuckerberg (de Facebook), Jeff Bezos (de Amazon), Sam Altman (CEO de OpenAI), Tim Cook (CEO de Apple), y, sobre todo, el “divino” Elon Musk (X, Tesla, SpaceX). Estos magnates ¿son los representantes del pueblo norteamericano? ¿Son los que van a preocuparse del bien común o de su interés particular?

 

Segundo, en la primera reunión del Gabinete de Trump, aparece Elon Musk, y el presidente les dice: “¿Alguien está descontento con Elon?”, … “Si lo están, lo echaremos de aquí”, y todos empiezan a aplaudir. ¿Qué aplauden? ¡Madre mía, qué poca personalidad! ¿Para eso sirve estudiar en las mejores universidades del mundo?

 

Tercero, en la reunión con el presidente Zelenski, Trump le espeta: “Viene muy elegante”, con una ironía descarnada y una falta de empatía total. Pero más inadecuado es que un periodista se atreve a preguntarle a Zelenski por qué no lleva traje. A este valiente periodista habría que preguntarle si esta pregunta heroica la ha preguntado a Elon Musk cuando acude a todos los eventos con su camiseta y su gorra.

 

A ese periodista valiente habría que preguntarle también si se atreve a preguntar al presidente Trump, por qué aparece con traje, con corbata roja, con abrigo impecable y con una gorra de colores. ¡A qué no se atreve a preguntar!

 

Yo estoy inquieto por saber la razón de la moda de llevar gorra, moda muy extendida. Según los psicólogos, llevar gorra suele significar protección emocional, refugio emocional o espacio seguro. ¿Acaso magnates mundiales están inseguros y necesitan refugio porque son inmaduros emocionalmente?

 

Yo soy de un pueblo donde hace mucho frío en invierno. Llevar gorra también puede significar cubrir la cabeza cuando ya clarea la misma, pero no creo que sea ese el motivo de cubrir su cabeza ni Trump ni Musk.

 

Me da la sensación que el mundo lo está gobernando gente muy inmadura, y esto me preocupa mucho. Pero, dejando de lado estas tonterías que estoy diciendo, quiero terminar centrándome en una cuestión, la pregunta que le hizo Dios a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?

 

Esa es la gran cuestión: Con todos los aranceles, con todo el caos creado en el mundo por los aranceles, con todo lo que se espera (inflación, desempleo…), ¿dónde está tu hermano? ¿dónde quedan los pobres? ¿dónde quedan África? ¿dónde quedan algunos países asiáticos? ¿dónde quedan los marginados, los desheredados de la tierra?

 

En el mundo del Siglo XXI ya no caben posturas cesaristas ni autocráticas; ya no caben decisiones de consecuencias mundiales adoptadas por una única persona, con una falta de empatía total, firmando con un rotulador (poca elegancia), y con una gorra en la cabeza (mal gusto).

 

Termino, por enésima vez, con la misma pregunta: ¿Dónde está la Asamblea General de las Naciones Unidas? Ni está ni se le espera de momento. Recuperemos el sentido común, por favor. Recordemos el sentido de la democracia, fortalezcamos la sociedad civil, participemos cada vez más en lo que es nuestro: la soberanía.

 

 

*  Remigio BENEYTO BERENGUER

Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Departamento de Ciencias Jurídicas

Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.

Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

 

 

Islas Canarias, 8 de abril de 2025

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *