Planificación del suelo o caos
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Román Rodríguez *
Canarias sufrió un importante retroceso con relación a la política territorial y al urbanismo con la aprobación por CC y PP de la Ley del Suelo en el año 2017. Una normativa que debilitó el planeamiento urbanístico y lo sustituyó por el urbanismo de proyectos, en el que casi todo cabe y en el que se renuncia a una ordenación real y sostenible del territorio. Favoreciendo un crecimiento desordenado y caótico. El camino debe ser otro bien distinto: el de la planificación y el uso sostenible y eficiente del suelo.
La Ley del Suelo acabó con una legislación territorial nacida de amplios consensos desde la creación de la comunidad autónoma y que respondía a la necesidad de garantizar la cohesión territorial y social de las islas como adecuado contrapeso a su fragmentación natural y a las asimetrías territoriales. Y que tenía como eje vertebrador el planeamiento insular, pues es la isla el territorio donde se desarrollan todas las actividades residenciales, económicas y de infraestructuras que deben ser planificadas en un modelo territorial equilibrado, racional y sostenible.
Lo más grave es que La Ley del Suelo se aleja del principio de que todas las actuaciones sobre el territorio deben sustentarse en la planificación existente. Como reiteradamente ha señalado el Consejo Consultivo de Canarias al dictaminar sobre la legislación territorial “el principio de la planificación previa constituye uno de los principales ejes vertebradores del Derecho urbanístico”.
Sin embargo, esta Ley entiende al planeamiento como un “problema”, que dificulta la ejecución de cualquier proyecto, en lugar de la garantía de que ese proyecto sea coherente con la ordenación y usos que se han considerado deseables por las administraciones públicas en defensa del interés general.
Sustituyendo el “urbanismo de plan” de nuestra legislación anterior por el “urbanismo de proyecto”. Lo hace introduciendo una serie de nuevos instrumentos que permiten saltarse el planeamiento, fundamentalmente los denominados “proyectos de interés autonómico o insular” y las “ordenanzas provisionales insulares y municipales”.
Pacto por el Territorio
Desde Nueva Canarias-Bloque Canarista proponemos un nuevo Pacto por el Territorio que permita volver a la senda del consenso y, si es posible, de la unanimidad parlamentaria, como sucedió con la Ley de Espacios Naturales (1994) y la Ley de Ordenación del Territorio (1999). Y, por supuesto, con la Ley de las Directrices de Ordenación General y las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias (2003), que contaron con más de dos años de intenso y cualificado debate. Con una enorme participación de los distintos sectores institucionales, universitarios, económicos y sociales previos a su aprobación por unanimidad en el Parlamento de Canarias. Y aprobadas, también, por unanimidad de la Cámara canaria.
Por eso planteamos llevar a cabo un análisis de la aplicación de la Ley del Suelo, de los escasos planes urbanísticos municipales y planes insulares aprobados desde su puesta en marcha, a fin de abordar una profunda revisión, estableciendo cambios dialogados, negociados y consensuados con todas las instituciones. Y, en consecuencia, acometer una profunda revisión de la Ley 4/2017 del Suelo y Espacios Naturales Protegidos de Canarias, encaminada, a distintos objetivos.
Entre ellos, revisar la estructura competencial en estas materias para las instituciones con más dificultades para implementarlas. Y, además, disponiendo la Comunidad Canaria de un instrumento de ordenación territorial y de los recursos naturales de carácter suprainsular, como eran las Directrices de Ordenación General aprobadas en el año 2003 y derogadas por la Ley del Suelo sin haber sido sustituidas por otra normativa de ámbito canario similar.
Asimismo, pretendemos potenciar el poder de planificación de los cabildos para ordenar el modelo de isla que se desea. El planeamiento insular debe ser el instrumento fundamental de la ordenación del territorio y de los recursos naturales de cada isla, incluyendo la planificación de la actividad turística. Hay islas que llevan más de treinta años sin planeamiento, lo que dificulta enormemente diseñar un futuro sostenible y escapar de la improvisación.
Asimismo, queremos reducir el número de instrumentos de planeamiento como fórmula necesaria, posible, realista y económicamente viable. Redefinir los objetivos de los instrumentos de planeamiento teniendo en cuenta su papel en el sistema y atribuyéndole a cada uno la capacidad de ordenar de forma completa la materia correspondiente. Y deslindar el campo de intervención atribuido a cada instrumento de planeamiento, evitando regulaciones que no le competan.
Otros objetivos son avanzar en la definición clara y precisa del margen competencial de cada Administración viabilizando la plena autonomía y responsabilidad de cada una sobre los instrumentos sobre los que ostenta responsabilidad de tramitación y aprobación. Establecer con precisión las situaciones regladas en el planeamiento, evitando, en la mayor medida posible, las discrecionalidades que generan incertidumbres y dilación en la aplicación normativa.
Y reafirmar la necesidad del planeamiento para las actuaciones sobre el territorio frente a la intervención a través de proyectos concretos de interés insular o autonómico que legitiman el nuevo modelo de urbanismo de proyecto por el que se ha optado.
Suelo sostenible y eficiente
Por otra parte, Nueva Canarias-Bloque Canarista plantea en su programa para el 28 M garantizar un modelo de utilización del suelo sostenible, eficiente y competitivo que tenga en cuenta la diversidad entre las islas y comarcas. Se debe favorecer, la preservación del suelo no urbanizable, el paisaje, la evaluación ambiental del urbanismo, la desurbanización de espacios no ocupados, la participación ciudadana y la transparencia en la generación de las plusvalías urbanísticas.
También proponemos promover un modelo de pueblos y ciudades compactas, complejas en sus usos y socialmente integradoras. Entendemos que nuestros pueblos y ciudades están ya construidos y la acción debe ser no tanto construir y hacer, como diagnosticar, comprender, resolver, mejorar y regenerar.
Y, asimismo, impulsar la rehabilitación y la regeneración urbana basada en el reciclaje del tejido urbano existente, en la rehabilitación y regeneración urbana sostenible; sin aumentar la huella ecológica, recuperando y actualizando las edificaciones existentes, sin consumir más suelo y respetando sus valores patrimoniales. Aspirando, además, a que nuestros entornos urbanos sean equilibrados, integradores, saludables, limpios, con una movilidad sostenible y unos buenos servicios públicos.
En definitiva, creemos que la política sobre el territorio debe abordarse desde una planificación que preserve la sostenibilidad y que racionalice los recursos y las infraestructuras. Acometiendo una profunda revisión de la Ley 4/2017 del Suelo y Espacios Naturales Protegidos de Canarias, modificando sus aspectos más negativos, a través de un gran pacto de ordenación del territorio, urbanístico y de los recursos naturales.
* Román RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
presidente de Nueva Canarias (NC) y candidato a la Presidencia del Gobierno por Nueva Canarias – Bloque Canarista (NC-bc)
Islas Canarias, 30 de abril de 2023.
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