¿Por qué soy…
sacerdote?
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Desde hace cerca de treinta años, fui ordenado de sacerdote en la Catedral de La Laguna, y en ese ser sacerdote, me he hecho y me hago, sin que me quiten el sueño, dos preguntas: ¿Por qué soy sacerdote? ¿Qué vio Dios en mí, para que le siguiera en dicho camino?
Respecto a la primera pregunta, ¿por qué soy sacerdote?, o, ¿por qué quise ser sacerdote?, no logro encontrar respuesta. Es decir, podría tener respuesta, pero dichas respuestas, me podrían valer para haber elegido otro camino o profesión, para ayudar a los demás, para ser testigo de Dios en medio de los demás, para anunciar su Palabra y Vida…
Sólo sé que, en un momento determinado de mi vida, me sentí llamado para este camino, como “una voz interior”, pero la causa exacta no la sé. Y no es una contradicción haber elegido este camino sin saber el por qué exacto.
Y con respecto a la segunda pregunta, ¿qué vio Dios para fijarse en mí? Sé que es el amor que nos tiene, pero menos todavía lo sé. A personas mejores que yo y con muchas más virtudes, Dios las podía haber elegido. ¡Pero se fijó en mí…! Espero que el día que deje este mundo y me encuentre con Él, pueda ver satisfecha mi “curiosidad”
A pesar de ello, uno sigue poniendo lo mejor de sí mismo, con errores y aciertos, al servicio de los demás, sean creyentes o no. La Iglesia es un “medio”, pero el fin a quien seguimos es Dios.
Por cierto, si estás leyendo esto, y sientes en tu interior una llamada a seguir a ese Dios en un compromiso de por vida, no lo dudes… ¡adelante!
Estoy contento con el camino elegido, con luces y sombras, con alegrías y tristezas, pero hasta la fecha espero seguir diciéndole SI a Dios. En este caminar vocacional, si quiero dar las gracias a mi familia, a sacerdotes y laicos, a la propia iglesia, a Dios y sobre todo a María, nuestra Madre.
En mi casa se rezaba el Rosario todos los días, y una de las intenciones que hacíamos al principio de dicha oración era por el aumento de vocaciones sacerdotales y religiosas. Debe ser que la Virgen se fijó en mi familia, dado que tengo una hermana religiosa de clausura, en Burgos, de la Orden de la Visitación (Salesas) y un hermano monje benedictino, en Gran Canaria, y quien escribe esto. Por eso creo no equivocarme, el decir que mi vocación se la debo a Ella.
Y, hasta la fecha no me he arrepentido de ser sacerdote. Pasé por un “bache vocacional” en mi etapa de seminarista, pero con la ayuda de Dios y de otras personas lo supe llevar a buen puerto.
Espero que, si Dios se fijó en mí, para este gran viaje, lo sepa conducir a buen puerto, a ese que es la vida eterna, y acompañado de todos aquellos que Dios de alguna manera ha puesto en el caminar de mi vida.
¡Gracias, Señor!
Roque RODRÍGUEZ DE LA GUARDIA
Sacerdote.
Párroco de San Pío X y San Juan de la Cruz (Ofra)
Capellán del Hospital Universitario de Canarias (H.U.C.)
Santa Cruz de Tenerife, 31 de mayo de 2020.
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