Rufián se ha comportado como un rufián

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Remigio Beneyto Berenguer *

 

 

Acabo de ver las declaraciones de Gabriel Rufián en el Congreso de los Diputados. Me produce lástima que alguien, en un momento como el que estamos viviendo, pueda hacer estas declaraciones.

 

Comienza diciendo que “lo que toca es lo de siempre, hacer un discurso de solidaridad, de acompañamiento a las víctimas y a sus familias”. ¿Cómo que lo que toca es lo de siempre? ¿Lo sientes realmente o te da lo mismo “Juana que su hermana”? ¿Dónde está tu capacidad de empatía, de ponerte en el lugar del otro? ¿Acaso sabes lo que es perder a tus seres queridos? ¿Sabes lo que es perder todo el trabajo de toda una vida?

 

Y el representante del pueblo español, según el artículo 66 de la Constitución española, dice que es lo que toca decir. Inmediatamente empieza su discurso:

 

“…pero también desde ya señalar que hay una responsabilidad política en todo esto, que hay gobiernos que privatizan, desmantelan cuando llegan a instituciones, servicios comunidades de emergencia, que se vanaglorian de hacer eso, que hay empresas, grandes empresas que obligan a sus trabajadores a ir a trabajar en mitad de alertas rojas por lluvia, y eso no es sacar rédito a nada, sino es decir la verdad, y eso se puede decir desde ya, y nosotros lo decimos desde ya que lo que ha sucedido quizá sea inevitable, pero hay gente que ha muerto porque fue a trabajar y hay gente que ha muerto porque según quién no quiso tener unidades de emergencia dignas y bien dotadas. Eso es cierto”.

 

¿Realmente hay alguien que crea que ese es el discurso oportuno y conveniente de un Diputado en el Congreso? Cuando se están contando los fallecidos, cuando se está buscando desesperadamente a los familiares con la angustia de no saber si aumentarán el número de fallecidos, o ni siquiera saber si podrán recuperar su cuerpo, ¿Ese es el discurso de un representante del pueblo al que le pagamos su sueldo? ¿Le pagamos su sueldo cuantioso para que diga eso en estos momentos?

 

Mire Señoría, si usted tiene algo qué recriminar a alguna Comunidad Autónoma o a alguna empresa, o a alguna gran empresa se lo dice donde corresponda y en el momento en que corresponda. Pero aprovechar estas situaciones para hacer este discursillo, es muestra de su zafiedad.

 

Mire Señoría, decir que hay gente que ha muerto porque fue a trabajar, y porque alguien no quiso tener unidades de emergencia dignas y bien dotadas, es perverso, porque está sugiriendo que hay una relación causa-efecto entre la muerte de estas personas y lo que usted, en su cortedad de miras, intuye que puede ser debido a que alguna empresa, alguna gran empresa ha obligado a ir a trabajar y a que no hay unidades de emergencia dignas y bien dotadas.

 

Mire, Señoría, si usted conoce a alguna empresa que, tras las alertas consiguientes, ha actuado de la manera que usted le atribuye, debe denunciarla. Si no lo hace porque no conoce ninguna, usted es una mala persona porque está lanzando afirmaciones totalmente gratuitas, atribuyendo actuaciones muy graves sin base alguna.

 

Mire, Señoría, si usted puede afirmar que alguna Comunidad Autónoma no ha actuado con diligencia, usted como político y diputado que lo es, debe denunciarlo donde proceda. Usted precisamente tiene el lugar y el altavoz, pero es muy cutre decirlo en el pasillo y en el día menos oportuno.

 

Tenga cuidado porque las armas las carga el diablo. Si mañana es Cataluña la que sufre este desastre, ¿usted también dirá que es porque no quiso tener unidades de emergencia dignas y bien dotadas? ¿Lo dirá también cuando ha sido su partido político el que gobernaba allí?

 

Yo sé que usted es una persona que siempre busca la forma de llamar la atención para que los medios le pongan el foco, pero ha de tener más dignidad, ha de mostrar más señoría y ser más digno de aprecio.

 

Usted no debe olvidar nunca que lo que diga Gabriel Rufián vale lo mismo que lo que diga yo, pero lo que afirme, con publicidad, un diputado al Congreso goza de relevancia y usted no ha estado a la altura, al menor, en estos momentos.

 

Usted lo sabe y por eso ha empezado diciendo “…que se me entienda”. No es cuestión de entendimiento. Es cuestión de oportunidad y de decencia. Algo que usted no ha tenido.

 

 

*  Remigio BENEYTO BERENGUER

Profesor Catedrático de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Departamento de Ciencias Jurídicas

Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad CEU de Valencia.

Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

 

 

Islas Canarias, 31 de octubre de 2024

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