Una manera diferente de potenciar y administrar lo público
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José Julián Istúritz Pérez *
Hace treinta años, con las comunidades autónomas constituidas cinco años antes, un gran amigo mío, que entonces era un alto cargo de un Gobierno Autónomo, me dijo, “JJ, hemos perdido la ocasión de hacer una administración distinta”. Se refería principalmente a dos elementos.
Por una parte, a la excesiva burocratización que se estaba replicando, copiándolo de la Administración Estatal, y por otro, a la excesiva orientación hacia el proceso y no hacia el resultado, de forma que estamos ante una insuficiente orientación hacia las soluciones y hacia el usuario, por lo que, en muchas ocasiones, la administración es más un obstáculo burocrático que una solución para proteger y ayudar a los más necesitados.
Estos elementos, han sido puestos en valor en los últimos años y cada vez son más los autores que consideran que debemos replantearnos la forma de prestación en la gestión pública. Por ejemplo, Carles Ramió, en su libro “La nueva gestión del empleo público”, afirma que la administración pública se juega en las próximas décadas su supervivencia.
La administración pública, como órgano garante de nuestros derechos colectivos, acredita los servicios, contrata y los controla, sobre todo, aquellos que están considerados como esenciales o públicos. Además, cuenta con un conjunto de profesionales de primer nivel, altamente capacitados y en la inmensa mayoría de los casos, muy eficientes. Pero, este personal necesita que sus “jefes”, es decir, la política, tenga claro el destino y por lo tanto los “qué” y dejar a estos especialistas que marquen el rumbo, es decir, los “cómo” para llegar a ese fin.
Por otra parte, el sector privado, es también necesario, como catalizador y ejecutor del tejido productivo y en el ámbito de la prestación de servicios públicos, como complemento de lo público y nunca como sustitutivo de éste.
Ciertamente, hemos perdido la ocasión de hacerlo de manera diferente, pero ahora estamos ante una oportunidad. La crisis sanitaria y económica en la que nos encontramos, está haciendo ver el servicio hacia las personas de manera diferente. Hace poco más de un mes, el teletrabajo era visto como un elemento absolutamente extraño para la administración, disponer un funcionario de un ordenador portátil era un lujo, y, por el contrario, hoy se están utilizando masivamente. La visión que teníamos estaba más orientado al proceso, es decir, a como se tramita o justifica algo, que al fin en sí mismo, es decir, a resolver al ciudadano su necesidad.
Aprovechemos esta oportunidad para desburocratizar y simplificar la administración, blindar algunos servicios públicos básicos y pensar en el fin para el cual existe la administración pública. Hoy, se ha puesto de manifiesto y demostrado la necesidad de unos servicios públicos eficientes y de la necesidad de que exista una autoridad pública capaz, con conocimiento y con altura de miras por el bien común, con energía y decisión, pero también, que actúe con consenso, escuchando y evitando la unilateralidad. En definitiva, en positivo.
* Jose Julián ISTÚRITZ PÉREZ
Director General de Patrimonio y Contratación del Gobierno de Canarias.
Doctor en Derecho Público Global.
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