VISIONES ATLÁNTICAS / 172
La Agenda 2030
AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…
Hugo Luengo *
Con la polarización y el “presentismo” histórico, debemos acercarnos al clima situados entre los extremos del “catastrofismo” y del “negacionismo”, realidad que nos encontramos en el proceso del cambio climático, que desde las instancias oficiales, Naciones Unidas ONU, Protocolos Climáticos, Pacto Verde Europeo 2019, Ley Básica española de Cambio Climático y Transición Energética 2021 y su Ley Canaria 2023 y la última Conferencia de Dubái 2023, COP 28, que nos sitúan en el campo del “catastrofismo” y donde los mayores contaminadores no se sumaron.
Las causas según los primeros se deben a acciones del hombre donde dicen, “sabemos que el cambio climático se debe en gran medida a las acciones humanas, según evidencias científicas”.
Error, el cambio del clima está regido por 5 grupos de factores, catástrofes naturales, geodinámica terrestre, fluctuaciones de la órbita terrestre, cambios en el eje de la tierra, y acciones antropogénicas, formando éstas una parte poco significativa de la ecuación resultante.
Como podemos valorar en las obras de Christian Gerandeau “La Religión Climática”2021, Michael Schelenberger “No hay Apocalipsis” 2021 o la más cercana del Premio Canarias 2022, Luis Herrera Mora “Ecología, Cambio Climático y Sexta Extinción”. Sumamos el manifiesto de los 1200 científicos, con 2 premios Nóbel, contra el alarmismo climático.
Para encuadrar el fenómeno nos referimos en paralelo a la cultura “WOKE”, conforme se describe en la obra de François Braustein “La Religión Woke”2023 y las opiniones de la americana Susan Neiman. Fenómeno que viene anclado a conceptos reaccionarios que cambian lo universal por identidades de grupo, batallas emocionales que no mejoran la vida de nadie, pero nos enfrentan.
En palabras de Braustein es la primera religión que se enseña en las universidades, ya desplazada también a los colegios. Ataca al conocimiento y cultura occidental. No cree en la justicia sino en el poder. El “wokismo” florece sobre una ignorancia colosal. Fenómeno que recogen los “neocomunismos-gramscianos” en la guerra cultural de las izquierdas; en España aliada con los nacionalismos parásitos confederales.
Como en la propia UE, lo vemos trasladado a la “Agenda 2030” y al “Pacto Verde”, que demuelen el vigente “Tratado de Lisboa- Directiva Bolkestein”2010 de liberalización de servicios, con efectos catastróficos sobre la economía y unidad del mercado, sobre la PAC y el mundo agrario- pesquero, que cada estado incrementa. El clima como instrumento político contra el orden liberal, fundamento para intervenir en la esfera privada y subir los impuestos, defienden el decrecimiento.
En España desde el 2018 el empleo agrario cae un 15,6%, pasando de 800.000 empleos a 675.000, atacado por todos los males, no sólo el SMI. El campo precisa un orden nuevo que atienda con soluciones los problemas que demanda, y pueda revertir la progresiva despoblación del mundo rural y sus “incendios”.
En primer lugar, reclaman la “dignidad profesional” del agricultor y ganadero, calificados como agresores ambientales. Flexibilizar la PAC, reduciendo sustancialmente las burocracias excesivas e intervenciones ineficaces. Denuncian la competencia desleal de países terceros, sin reciprocidad en sus obligaciones alimentarias, fitosanitarias y burocráticas, asegurar la cobertura de los costes en la cadena alimentaria, con un plan de choque para los sectores más afectados.
Prestar cobertura a los seguros agrarios. Reclaman bonificaciones a la seguridad social y en fiscalidad, aquí está una de las claves donde el mundo agrario no puede revertir el abandono acelerado, sin primar al menos el 50% de las cuotas empresariales de la seguridad social y de los autónomos y permitir compatibilizar al 100% las pensiones del mundo agrario, con ingresos de la explotación luego de jubilados.
La solución del agua en España obliga a economías de escala y colaboración, que pasan por recuperar el “Plan Hidrológico Nacional” y los “Planes Insulares”. Con las tarifas eléctricas y energéticas primadas, que permitan la obligada independencia alimentaria y cultural del agro.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 19 de febrero de 2024
Deja una respuesta