VISIONES ATLÁNTICAS / 188
El Arquitecto

Hugo Luengo *

 

 

El arquitecto debe resolver la contradicción de ser al tiempo artista y técnico. Superación que ha formado parte en la historia de las conocidas de antiguo “artes mayores”, pintura, literatura, teatro, música, danza, escultura y arquitectura, en contraposición a las “artes menores”, consideradas entonces como artesanías. Esta catalogación fue superada en pleno siglo XX con la Bauhaus berlinesa, cuando como tantas otras artes fueron deconstruidas en esa época. Me centro en describir la acción del arquitecto, bajo los principios que lo condicionan.

 

La “práctica” civilización romana produjo en el siglo I a.C. la obra de Vitrubio, “De Arquitectura”, regida por los principios de “Firmitas, Utilitas y Venustas”, solidez, utilidad y belleza. Guías para las arquitecturas que entonces eran actos de afirmación, de civilización, enfrentadas al paisaje y en diálogo con él.

 

Recojo la figura del veneciano Giovani Piranesi (1720-1778), reconocido por sus grabados y los paisajes interiores de sus “prisiones”, y que nunca hizo una obra. Donde superaba la arquitectura de fachadas, para ir al interior de un mundo nuevo. Influencia en el Banco HSBC de Hong Kong de Norman Foster, en la biblioteca de la película “El Nombre de la Rosa” de Jean Jacques Annaud, según novela de Umberto Eco, en las escaleras imposibles del holandés Escher. Sigue actualizado en todos los manuales de enseñanza de la arquitectura.

 

A caballo de los siglos XIX y XX, se produce en Europa y EEUU la llegada del funcionalismo. Desde la Viena austrohúngara con Adolf Loos (1870-1933) bajo el lema de “ornamento y delito de la arquitectura”, despojándola de los lenguajes clásicos. Al igual que en paralelo desde la “Escuela de Chicago”, movimiento protorracionalista de la Arquitectura moderna, descubría el rascacielos apoyado en el ascensor y la tecnología. Louis Sullivan (Boston 1856-Chicago 1924), señalaba “la forma sigue a la función”. Completan el círculo del racionalismo funcionalismo, Walter Gropius (1883-Berlín- Boston 1969), fundador de la Bauhaus, cuyos principios llevó a EEUU:

 

Será Le Corbusier (1887 Suiza-1965 Francia), artífice de la arquitectura moderna, bajo sus cinco puntos, “planta sobre pilotes, planta libre, fachada libre, ventana alargada y terraza jardín”, hoy recurrentes a cada ciclo. En la estela de ellos Frank LLoyd Wright 1867-1959) discípulo de Sullivan, Oscar Niemeyer (Río de Janeiro 1907-2012). Alvar Aalto (1898-1976) Finlandia. Mies Van der Rohe (1886 Alemania-1969 Chicago). “Sin luz natural no hay espacio”, decía Louis Khan (Estonia 1901-EEUU 1974), crítica tipológica de la arquitectura, con espacios servidores y servidos, estructura y luz, en el parlamento de Bangladesh en Dacca y en toda su obra americana

 

“La aceptación del encargo y la adaptación al lugar”, nos resume la obra de Rafael Moneo (Tudela 1937), discípulo con Oiza en “Torres Blancas” de Madrid, unas “casas de la pradera” de F.LL.Wight en vertical. Discípulo de Jorn Utzon autor de la Ópera de Sídney. Decano de arquitectura en Harvard y Premio Pritzker 1996, el “óscar de la arquitectura”.

 

Tres dichos que resumen el carácter tectónico de la arquitectura y el papel del arquitecto como “urbanizador de los oficios”, obligado a su integración en el conjunto. “La construcción es un problema de juntas” esenciales para asegurar su solidez y utilidad, “Dios está en los detalles” cualificación necesaria. Y un referente zoológico, la “arquitectura es una profesión de caza mayor”, pocas piezas y grandes; sobrevivir nos ha hecho “cazadores de caza menor”.

 

Hoy los arquitectos deben responder a la “sostenibilidad económica, social, ambiental y cultural, y se   incorporan en equipos multidisciplinares para atender a la arquitectura, urbanismo, territorio y paisaje. El arquitecto trabaja conforme a los principios que hemos visto en la historia, por más que se pretenda “adjetivarlo”, haciéndolo resiliente, feng shui, progresista, ecosostenible, friendly, camuflado, verde, social, colaborativo, reciclable y adaptable. Retos actualizados para el arquitecto, que siempre debe integrar arte y técnica.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias, 17 de junio de 2024