VISIONES ATLÁNTICAS / 191
Reinos de España (1)

AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…

Hugo Luengo *

 

 

Mantenemos una extraña relación con nuestra historia. Amor y odio, cercanía y distancia, orgullo y rechazo. Celebramos los 10 años de reinado de Felipe VI y valoro en tres capítulos la construcción de la nación. Dos anécdotas actuales en conflictos de “identidad y unidad”. En el “Lexit”, una huida regresiva al pasado donde nos ofrecen separar León, Zamora y Salamanca, de la autonomía de Castilla y León.

 

En la deriva plurinacional del PSOE, ajena a los problemas reales de la España “despoblada-vaciada”, con los dramas de la natalidad, la gestión agraria derivada de la Agenda 2030 de la UE y la economía global. En el “fútbol” nuestro equipo exitoso, el único de la Eurocopa incapaz de verbalizar su himno. Cantan los franceses “allons enfants de la patrie” con su equipo “benetton”, orgulloso e identificado con su nación, Anclados en los conflictos de la “leyenda negra”, partícipes de una lectura de la historia acomplejada.

 

Entre 994 y 1284, en plena Edad Media, construimos la actual nación y aquí situamos la “ascendencia” de Berenguela I la Grande (1179-1246), reina de Castilla, quien con su matrimonio en 1197 con Alfonso IX de León (1171-1230), unieron los Reinos de Castilla y León en 1230, en su hijo Fernando III el Santo; vemos 10 generaciones en 190 años.

 

En esta serie de tres capítulos, identificamos 3 reinas, Petronila I de Aragón, Berenguela I la Grande de Castilla e Isabel I la Católica, que ampliaron sus naciones y formaron España. Tres factores de los tiempos, el “primero” la “gestión sanitario-reproductiva”, que afectaba especialmente a las mujeres y reinas, morían en los partos y estaban en ellos toda su vida; con los problemas de “consanguinidad”, ADN y grupo sanguíneo, que acabaron con muchas dinastías. Se reducían conflictos de naciones con las alianzas matrimoniales.

 

Un “segundo factor” que las penalizaba, la “Ley Sálica” sucesión monárquica a favor de los varones, que en España derivó en una ley “agnaticia”, donde la mujer se situaba por detrás de todos sus hermanos, aún vigente y no resuelta constitucionalmente. Y una “tercera”, los conflictos armados entre naciones con fronteras en construcción se resolvían en el campo de batalla. Este “conflicto de fronteras” fue el que impulsó las “cruzadas” para reconquistar la España musulmana, con “bulas papales”.

 

En la “cruzada” fue clave el padre de Berenguela I, Alfonso VIII el Noble, Rey de Castilla (1155-1214), casado en 1170 con Leonor Plantagenet (1161-1214), hermana de los reyes Ricardo I Corazón de León y Juan I sin Tierra, los tres hijos de Enrique II de Inglaterra y la Reina de Aquitania, Leonor. Fue Alfonso VIII el líder de la “Batalla de las Navas de Tolosa” en 1212, en Jaén cabecera del Guadalquivir, a donde no acudió su yerno Alfonso IX de León ya casado con Berenguela. Batalló con la Corona de Aragón, Pedro II el Católico, el Reino de Navarra con Sancho VII el Fuerte, cuñado de Ricardo I Corazón de León, que se casó con su hermana Berenguela de Navarra.

 

Con los Caballeros de las Órdenes de Santiago, Calatrava, Templarios y Hospitalarios, voluntarios franceses, leoneses, portugueses y occitanos; 14.000 cristianos que redujeron al ejército de 30.000 musulmanes del califa Almohade Muhammad Al Nasir. Será Alfonso IX de León el marido de Berenguela I, quien fundó la Universidad de Salamanca en 1208 y las primeras Cortes de León en 1188, consideradas el primer “Sistema Parlamentario Europeo”, según reconoció la Unesco en 2012.

 

En la ascendencia leonesa de Alfonso IX, la herencia de su abuelo paterno Alfonso VII, Emperador de León y Castilla (1105-1157), que dividió su reino entre el mayor Sancho III el Deseado, Rey de Castilla (1133-1158) y Fernando II (1137-1185) Rey de León. Incentivó con ello al Reino de Portugal, en 1139, con Alfonso I el Conquistador, Conde hasta entonces vasallo. Quien divide pierde. Su nieta Berenguela I, los volverá a unir, al casarse con su primo Alfonso IX de León.

 

En 1230 quedan reunificados en su hijo Fernando III el Santo (1199-1252), quien conquistó Jaén (1228), Córdoba (1238), Murcia (1240) dándole salida al Mediterráneo, Albacete (1241) y Sevilla (1248). Heredó el trono el mayor de sus 15 hijos, 10 de Beatriz de Suabia (1205-1235), y 5 de Juana de Ponthieu (1220-1279).

 

Nuestro Alfonso X el Sabio (1221-1284), desposaría con Violante de Aragón, hija de Jaime I el Conquistador, con quien tuvo 11 hijos. Fijó su corte en Toledo integrando las culturas cristiana, musulmana y judía. Conquistó Jerez (1253) y Cádiz (1262). Mantuvo la “política familiar”, casando a su hija Leonor de Castilla, con el Rey Enrique III de Inglaterra.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias, 8 de julio de 2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *