VISIONES ATLÁNTICAS / 192
Libertad, seguridad y fraternidad
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Hugo Luengo *
Se inició la Revolución Francesa con la toma de la Bastilla en 1789, y la declaración de los “Derechos del Hombre y del Ciudadano”, bajo el grito de “libertad, igualdad y fraternidad”, luego de la americana de 1787, que inició la “Era Contemporánea”. En Europa “confusión”, que vemos en las recientes elecciones a la Eurocámara 6-9 de junio, con 720 escaños en elección proporcional, con listas nacionales y giro a derechas.
En el Reino Unido, monarquía parlamentaria con sistema mayoritario y 650 circunscripciones uninominales, ganaron los laboristas. Y el 7 de julio, en segunda vuelta de las elecciones generales francesas, con sistema a doble vuelta con 577 escaños, han dejado una Francia ingobernable. Girando desde la primera vuelta, de la extrema derecha de Le Pen, a la extrema izquierda de Melenchon.
Equilibrio imposible para encajar las ofertas electorales con la realidad económica de Francia. A 2023 con 66,25 millones de habitantes, un PIB de 3,049 billones de dólares el 7º del mundo, y 46.022 dólares por Hb. Una deuda pública acumulada del 111% del PIB. Un presupuesto nacional con el 60% de gasto público, el mayor de las democracias liberales; financiado con un déficit año del 5,5%, 168.000 millones de dólares. Crecimiento anual del 1%, paro del 7,4% y una tasa de inflación del 4,9%. Dibujan un escenario macro, que, con la obligada disciplina de la UE, colocan a Francia en un callejón sin salida.
Un grupo de intelectuales franceses en días previos a la segunda vuelta del 7 de julio, opinaban sobre Francia. Gilles Lipovetsky (1944), sociólogo autor de “La Era del Vacío”, liga el populismo al auge del individualismo. Las clases medias olvidadas en los equilibrios macroeconómicos, pensiones, chalecos amarillos y el islam político elevan los conflictos. Michael Infra (1959), el “Tratado de Lisboa” disolvió las naciones de Europa. Contra el islam político y la izquierda woke, antisemita y pro rusa.
Los intelectuales en el “comedero”. Brigitte Giraud (1960) premio Goncourt 2022, es la desindustrialización la clave de los males. Sanidad, docencia y pensiones en declive. No hay servicios públicos en los suburbios, la banlieu. Nicolás Mathieu (1978) Goncourt 2018, desindustrialización, globalización, retroceso de servicios públicos, desigualdades, inflación, terrorismo, con ello es determinante el “autoritarismo del poder”, el desprecio de las clases desfavorecidas.
Jean Baptiste Andrea (1971) Goncourt 2023, opuesto a los extremos de izquierda y derecha, un país que ha hundido la tolerancia. Lafon (1972), Macron ha cultivado el “miedo”, ejercido el poder con amenazas, sobre una sociedad que sólo espera el próximo golpe. Así la clase más culta queda sin saber cómo reaccionar ante una Francia en decadencia, olvidada en la periferia de las “banlieu” y los “paysan” del mundo agrario, mientras la economía globalizada se concentra en las grandes ciudades.
Las “nomenklaturas públicas” han raptado al estado y todas ofertan más gasto público, apartándose del servicio ciudadano, en la Europa envejecida, donde la prosperidad ha vuelto temerosas a las clases medias, que venden la igualdad por su seguridad.
Así reza el eslogan de la RN de Marine Le Pen, “libertad, seguridad y fraternidad”. Donde la inseguridad se ha extendido a la “física”, a la “médico-sanitaria”, a la “ambiental-paisajística” y a la “económico-administrativa”. Afectando colateralmente al cuerpo de las 4 libertades de la UE y su separación de poderes, establecimiento de personas, mercancías, capitales y servicios.
Se enfrenta Europa al conflicto entre las “democracias liberales” y el “multiculturalismo woke”, que son “neocomunismos gramscianos”, que nos venden su “hegemonía cultural” y se apropian del sistema educativo, de las instituciones y de los medios de comunicación, que derivarían a partido único sin separación de poderes; renunciado a los valores cristianos, con un islam sin capacidad de integración.
Al otro costado las derechas soportan su discurso “iliberal”, contra la inmigración irregular, frenar el pacto verde de la Agenda 2030 y apoyar la economía productiva. De manera que Europa y Francia, con el eje franco-alemán fracturado, se enfrentan a análogos problemas, con la clase política francesa sin brújula moral.
Macron va a intentar hacernos un “Sánchez”, con la misma excusa de librarnos de la “ultraderecha” y con la misma incapacidad de ofrecer soluciones, la economía es ciencia de prioridades que no puede asumir desde su economía enferma. La “Granduer” construye monstruos.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 15 de julio de 2024
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