VISIONES ATLÁNTICAS / 252
Mantenimiento
AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…
Hugo Luengo *
Por mantenimiento se entienden las acciones realizadas en continuo para que sus efectos no decaigan o se extingan y podamos seguir funcionando con equilibrio. Estamos en un país sin cultura de mantenimiento, realizamos cualquier iniciativa, obra, infraestructura, medio natural, ciclo del agua y creemos que se sostienen solos.
La misma cultura que en la recogida de residuos, exige colaboración público-privada. Un ejemplo cuando se realizan manifestaciones en el espacio público, el paisaje después de su paso es el mismo, todos tiran los residuos, al entender que es el ayuntamiento quien debe recogerlos. La conciencia ciudadana no valora que, sin su colaboración, no es posible mantener los espacios limpios.
Llevamos ya en 2025 quemadas más de 400.000 ha., dos veces la isla de Tenerife, con nuestros montes abandonados. Su localización es la radiografía de la España vaciada-despoblada, que exige un cambio de modelo luego de décadas de abandono rural, ausencia de gestión forestal y con un clima cada vez más hostil. Falla el modelo de regulación forestal, consecuencia en cadena de la burocratizada gestión UE, que desde Bruselas se desplaza al estado miembro, a las autonomías y a los ayuntamientos.
La “Agenda 2030” contiene un error de base al atribuir falsamente a las acciones antrópicas el cambio climático, que depende de catástrofes naturales, la geodinámica, las fluctuaciones de la órbita terrestre y los cambios en el eje de la tierra. Este efecto en cadena, tiene bloqueada la acción sobre los espacios naturales.
En Canarias se soporta sobre la perversa instrumentación administrativa de los “Planes Rectores de Usos y Gestión”, redactados por la administración, con cierta tolerancia de usos, que con sus “Planes Anuales”, dejan al operador privado fuera de juego. Con los planes municipales las opciones se cierran aún más.
La “Agenda 2030” y el “Pacto Verde” de la UE, han demolido la Directiva Bolkestein de liberalización de servicios, utilizando el clima como instrumento político contra el orden liberal. En España desde 2018-2024 el empleo agrario ha pasado de 800.000 a 675.000. Se sigue vaciando la España que se quema, con los agrarios reclamando “dignidad profesional”, mientras son calificados de agresores ambientales. Exigen una reconfiguración de la PAC y sus excesos burocráticos.
La competencia desleal de países terceros sin reciprocidad en obligaciones alimentarias y sanitarias, reclaman bonificaciones en seguridad social y fiscalidad al 50%. Compatibilizar al 100%las pensiones, con la explotación agraria por los jubilados. Tarifas eléctricas y energéticas primadas. Y aun así el agro se vacía, acompañado por una demografía imposible. Las apelaciones al cambio climático y a los pirómanos son anecdóticas.
Se eleva el problema competencial, cuando quedan superadas las capacidades de las autonomías y es el estado quien, con la “Ley del 2015 de Protección Civil”, debe ejercer con carácter irrenunciable y obligado la coordinación. Reflejo de un estado fallido, cuando se dice “si quieren ayuda que la pidan”.
Y así llegamos a apagar un paisaje continúo cargado de vegetación acumulada durante años, que ni limpian ni dejan limpiar, con un cinturón colindante ocupado por tierras agrarias abandonadas a las hierbas en ciclos de “lluvias-sequía”.
Cuando estallan estos incendios de sexta generación es imposible apagarlos, cuando en su “pirocúmulo” se alcanzan temperaturas de 1.200º y alturas de kilómetros, donde no llega el agua y crean su propio clima. El despliegue aéreo acaba siendo una representación teatral. Lo adecuado es retirarse y concentrar las acciones, “perimetrar” en los límites del fuego y en los pueblos y sus vecinos.
La gestión forestal obliga a un cambio de modelo, legislativo, competencial y económico. El abandono es muy caro, cuando apagarlo cuesta 20.000 euros por ha, y las políticas preventivas 3.000. Apostar por mosaicos agroforestales, pastoreo, ganadería extensiva, dinamizar economías rurales. En Canarias pagar por recoger la pinocha y por la selvicultura en la laurisilva y la ganadería en el monte.
Modélica la experiencia “Gran Canaria Pastorea”, con ayudas del Cabildo que hay que elevar. Sin uso público-privado no se mantienen las forestas. En España modélicas las experiencias en Soria y Burgos, 100.000 ha. en la gestión de “Suerte de Pinos”, con asociaciones privadas. O en Suecia, el país UE con mayor experiencia en participación ciudadana, cuya “Agencia de Contingencias Civiles” integra a miles de ciudadanos, para defender lo suyo y lo de todos.
Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 8 de septiembre de 2025
Deja una respuesta