VISIONES ATLÁNTICAS / 141
Fin de curso

Hugo Luengo *

 

 

Con el calor del verano un fin de curso recalentado. Y no es para menos. Fin de curso extendido a la etapa política, que el 23 de julio, tendrá que optar entre una España subsidiada y otra emprendedora. Ninguna ideología debe dirigir nuestra decisión. En la escuela es relevante porque el conocimiento es el centro de la nueva sociedad, la guía del ascensor social y el corazón del mérito. Desde la Constitución del 78 España ha sufrido 10 leyes educativas.

 

La franquista de Villar Palasí 78-80, modificada por la UCD de Suárez- José Manuel Otero 80-82, revisada por el PSOE de Felipe González-decreto Federico Mayor 82-85. LODE del PSOE José María Maravall 85-90. LOGSE del PSOE, Javier Solana 90-95. LOPEG del PSOE 95-2002 de Suárez Pertierra.

 

La LODE de Aznar, Pilar del Castillo 2002, que no se aplicó. La LOE Zapatero- Mercedes Cabrera 2006. La LOMCE del PP -WERT 2013, tampoco aplicada y la LOMLOE, Sánchez- Isabel Celaá 2020. En 44 años 6 años de derechas y 36 del PSOE.

 

Invasión política que ha demolido la enseñanza. Señala Jean François Revel (1924-2006) en “El Conocimiento Inútil”, la ofuscación ideológica que lo inutiliza, la mentira es el motor de nuestro tiempo. Ideología que funciona en un triple plano. “Intelectual”, cada tribu en sus tesis niega al contrario. “Práctico”, suprime la eficacia, el mérito y el esfuerzo y el fracaso no importa. “Moral”, la ideología anula toda noción del bien y del mal.

 

Rendidos la razón, los valores, esfuerzo y mérito, la historia, renunciamos a la “democracia liberal”, soportada en una base moral socialmente compartida. Hegemonía demagógica de narcisismo emocional, ajeno a lo cognitivo.

 

Contra los fallos de los tribunales se rebela la Ley Celaá, suprimiendo de facto la obligación constitucional del español, que siquiera cumple el 25% de la docencia. Anulan la “alta inspección” para apaciguar a sus nacionalismos rebeldes, degradando con las barreras de los idiomas cooficiales, los cuerpos nacionales de administración, justicia, educación y salud.

 

Visualizamos las 17 naciones escolares a través de los Informes PISA y con las pruebas de las EBAU, que con sus notas distorsionan el acceso universitario en igualdad. Y lo que es peor, trasladan al sistema universitario, una población atrasada en las cuatro habilidades comunicativas del idioma, “escribir, hablar, leer y escuchar”.

 

La escuela presencial obliga y es campo de aprendizaje social del grupo. Sin sociabilidad no es posible desarrollarlas como soporte del conocimiento. “Escribir”, donde la caligrafía desarrolla el cerebro ligado a la manualidad. “Hablar” con el grupo y en público refleja mis valores. “Leer” comprensivamente sitúa el acierto de mis juicios. Que “escuchados” a los demás, impulsa el conjunto de las habilidades cognitivas de la lengua, la memoria como músculo de la inteligencia.

 

La reducción de estas habilidades arrastra la disminución detectada en los coeficientes intelectuales, la capacidad de memoria y el mantenimiento de la atención de aprendizaje. Como señala Gregorio Luri en “La Escuela no es un Parque de Atracciones”, donde identifica la crisis en la “digitalización de las aulas” sin control.

 

Lo que lastra el ejercicio de las cuatro habilidades cognitivas, incrementado con la pérdida de la autoridad del profesor y en nuestro caso, España, por los efectos malignos de la Ley Celaá, sobre el nivel de calidad educativa.

 

Michael Desmurget, en su libro “Fábrica de Cretinos Digitales”, insiste en los efectos devastadores de la tecnología sobre los más jóvenes, lo que estamos haciendo a nuestros hijos, dice, no tiene perdón. Efecto que penaliza especialmente a las escuelas públicas y a los más desfavorecidos, que no pueden complementar su educación al externo.

 

Cambiar la ley Celaá, es asignatura pendiente de este “final de curso” y recuperar en la escuela las “cuatro habilidades”, como ya han hecho en Suecia.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias, 3 de julio de 2023