Argelia, sigue ofendida

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Juan J. Pérez Piqueras *

 

 

Nuestro vecino del Magreb, la República Argelina Democrática y Popular, sigue ofendida con España tras la intervención repentina de nuestro ínclito y poderoso presidente Pedro Sánchez, que tomó una decisión personal sin contar con su gobierno ni el Congreso, al entregar y reconocer el Sahara Occidental a Marruecos, nuestro otro vecino con el que, todavía, es más difícil convivir.

 

Argelia, el país más grande de África, cinco veces el tamaño de España, dónde nuestros intereses han venido creciendo en inversiones y comercio, fuimos su segundo cliente comercial, su cuarto suministrador y dependíamos de su gas y su petróleo hasta la imprevista actuación, como queda dicho, de nuestro presidente. La estabilidad argelina era para nosotros objeto de gran interés y preocupación.

 

Conozcamos algo de su historia más moderna para entender, hoy, con quien nos jugamos los cuartos y nuestra estabilidad comercial.

 

Esta gran nación se caracteriza por tener un régimen «sui generis», con una singular bipolaridad entre el poder real, detentado por las Fuerzas Armadas, con su Servicio de Documentación Exterior e Inteligencia, y otro formal, dirigido por la figura de un Jefe del Estado.

 

La CIA norteamericana estimó que los gastos militares representaron alrededor del 6% del PIB en 2019. La presencia entre estos dos poderes por el control del Estado, no siempre enfrentados, ha marcado la vida política de esta gran nación desde su independencia hasta nuestros días.

 

Veamos también su andadura a partir de los años 80 del siglo pasado, que nos dará los altibajos de su estabilidad.

 

Muere Huari Bumedián en diciembre de 1978, su segundo presidente tras obtener la soberanía, y le sucede Chadli Bendjedid, que hereda una situación muy difícil en los ámbitos político, económico y social.

 

Diez años más tarde, en 1988 se producen violentas revueltas en Argel y resto del país, conocida por «el otoño sangriento» con cientos de víctimas (según cifras oficiales fueron 600 muertos) y Bendjedid se ve forzado a decretar el Estado de sitio.

 

A finales de este año, Bendjedid es reelegido tras prometer reformas políticas y económicas, para hacer frente a esta peligrosa situación. Y el 23.02.1989 se aprueba nueva constitución, que admite el multipartidismo, algo nuevo, revolucionario, una política aperturista. Aquí, distintos grupos políticos deciden unificarse en el llamado Frente Islámico de Salvación (FIS), legalizado en septiembre, con un patrimonio de ocho mil mezquitas bajo su control.

 

En diciembre de 1991 se celebran elecciones generales y en la primera vuelta las gana mayoritariamente el FIS, cuyo líder Abassi Madani hizo declaraciones sobre el mantenimiento de un régimen democrático, «que es válido para elegir a los mejores», cuya misión posterior no es otra que aplicar la «sharía», o sea, una teocracia.

 

Ante lo que se avecinaba, los militares interrumpieron el proceso con un golpe de Estado y no se celebró la segunda vuelta. Madani fue encarcelado y comenzó una dura represión que desembocó en una sangrienta guerra civil (personalmente he visto fotografías que hacía el FIS para publicar sus «hazañas», y eran escalofriantes las familias enteras con sus niños degollados), que fue llamada la «Década Negra», con un número de muertes que se estima fueron cerca de 200.000, que finalizó progresivamente entre 1999 y 2002.

 

Precisamente en este año, 1999, llegó a la presidencia Abdelaziz Buteflika (1939-2019), cuando terminaba la guerra civil citada. Fue capaz de dar una etapa de liderazgo pacificando el país, combatiendo con eficacia el terrorismo yihadista que seguía asolando toda Argelia, lo que tuvo relevancia internacional. E incluso llegó a tener entre sus manos todo el poder, a pesar de la singularidad que he señalado.

 

Ya «destronado» y fallecido Buteflika, Argelia ha vuelto a sus principios, pues la presidencia formal, actual, de la república la tiene Abdelmajid Tebboune y el que ejerce el mando, el poder, es el General Jefe de Estado Mayor del Ejército Popular Nacional (EPN) Said Chengriha, desde el 23 de diciembre de 2019, tras luchas internas, purgas y encarcelamientos. Ha venido a ser una transición en toda regla del régimen argelino.

 

Y mientras esto ocurría, Argelia venía padeciendo un movimiento social de jóvenes, que nació en Argel en febrero de 2019, el Movimiento Hirak, con protestas pacíficas en la calle reivindicando una democracia y terminar con el poder militar sobre el político, tema que fue eliminado al llegar la epidemia del Covid-19, quedando este problema solucionado, consiguiendo la estabilidad política y social deseada por el gobierno de turno.

 

Por otra parte, si consideramos el encarecimiento de la energía gasística y el nuevo descubrimiento de un gran yacimiento, la convierte en el país de mayor producción energética en este continente. Todo ello lleva a esta nación a una total independencia en la polarización internacional. Ocupa, sin duda, una posición soberana.

 

Pero, ¿qué posición puede jugar España tras el “giro político sorpresivo” en favor de Marruecos y la ruptura de relaciones políticas y comerciales procedentes de Argelia?

 

Hace unos días, además, en declaraciones a la TVE, Josep Borrell volvió a declarar lo mismo que hace meses. O sea, que tanto lo que defiende Marruecos como lo que defiende Argelia, se deberá decidir en un referéndum organizado por la ONU. Estas declaraciones, que desdicen lo afirmado en la carta a Mohamed VI, junto a la presión ejercida por la UE, pudieran influir en las autoridades argelinas y aceptarlas en un futuro próximo. No es un problema de fácil solución.

 

Finalmente, he de decir que la tensión con Argelia y la suspensión el pasado febrero de la visita oficial de nuestro ministro de Asuntos Exteriores a su capital, Argel, a propuesta del ministro argelino, ha supuesto un condicionante decisivo para que Argelia, siga ofendida.

 

 

* Juan José PÉREZ PIQUERAS

Coronel de Infantería E.T. (Retirado)

Técnico superior de Inteligencia Militar.

Diplomado en Análisis de Yihadismo por la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla.

Miembro de la Tertulia Cívico-Militar ‘Carlos Ramos Azpiroz’

Miembro de la Asociación Española de Militares Escritores.

Exconsejero en la Embajada de España en Argel (2007-2009).

 

 

Santa Cruz de Tenerife – Islas Canarias – ESPAÑA

20 de marzo de 2024.

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