Cariño, ¿en el colegio
han encogido a los niños?

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Guillermo Cabrera Moya *

 

 

Corría el último de los locos años 80 cuando en el cine se estrenó esta divertidísima película, que hoy nos sirve de título y de algo más, para esta visión en positivo, de la Educación en Canarias.

 

A modo de resumen, aunque me consta que no lo necesitas, te recordaré que el protagonista, de nombre Wayne Szalinski, es un científico algo excéntrico, que inventa una máquina con la cualidad de encoger el tamaño de los objetos. Un desafortunado accidente, con una pelota de béisbol, activa el citado aparato, convirtiendo a sus hijos y a los de sus vecinos en seres minúsculos. En el follón que se ocasiona, los ahora casi invisibles niños y niñas, sin querer, son lanzados al jardín. El grupo deberá luchar por su supervivencia, en su intento por regresar a la casa principal para ponerse a salvo, ya que los bichos que allí habitan ahora son verdaderos monstruos que intentan cazarlos… Así vivirán una auténtica aventura intentando atravesar el césped convertido ahora en una peligrosa «jungla» para ellos.

 

En este comienzo de curso, todos nos hemos visto empequeñecidos por los acontecimientos. Los primeros días han sido una verdadera locura. Todos: familias, profesorado y alumnado, nos hemos encontrado como seres diminutos, perdidos en el jardín y con un montón de bichejos alrededor, gritándonos, intentando comernos… Hemos corrido, en muchas ocasiones, sin saber hacia dónde —no es que importara mucho—, solo buscábamos algún apoyo, algún clavo al rojo al que asirnos para que nos diera algo de seguridad. Pero nada. Pocos son los agarres encontrados, tal y como les pasa a los protagonistas de la peli.

 

Las familias intentan su salvación y, como no puede ser otra manera, la de sus hijos e hijas. Por eso creo que es importante que hoy, convertidos en ese científico loco, pero pensando en positivo, le demos la vuelta a esta locura y repasemos algunas estrategias para que madres y padres, puedan «lanzar» al jardín a sus hijas e hijos, algo más tranquilas —si esto fuera posible.

 

  1. Los niños y niñas tienen el derecho y el deber de ir a la escuela. No les privemos de esos momentos de compartir, jugar, reír…, con sus iguales. En la escuela se crece, se vive, se ríe, se llora y un sinfín de cosas más, no solo se aprenden contenidos o se hacen fichas. Transmitamos tranquilidad, seguridad, repitámosle que todo va bien, que no va a pasar nada malo, que pueden ir seguros al cole.

 

  1. La mascarilla desde los seis años es obligatoria. En casa podemos pensar lo que queramos, faltaría más, pero no es justo poner a nuestros hijos e hijas, en contra de la norma establecida, de enfrentarlos con sus compañeros, profesorado… Podemos explicarles la situación, hablarles de nuestra opinión personal, pero que en el centro educativo hay que cumplir la norma, porque es un acuerdo establecido para que todos y todas nos podamos sentir algo más seguros.

 

  1. No se agobien por las mascarillas. Si a sus hijos o hijas se les rompe o estropea en el cole tenemos para darles una de repuesto, aunque es conveniente que lleven otra en la mochila. ¡Estamos preparados! Además, hemos creado momentos de descanso, al aire libre, con distancia de seguridad, que nos ayudarán a relajarnos y a reír. Por si fuera poco, también hay un contenedor específico para los desechos, para mascarillas y pañuelos usados, activado por pedal.

 

  1. Es verdad que lo de la entrada y salida escalonada es un auténtico rollo. Todos lo sabemos y a pocos nos gusta. A nuestro alumnado le gusta correr, jugar libres por el patio, mezclarse unos con otros. A ustedes les gusta verlos e intercambiar un par de palabras con los docentes, con otros padres y madres. Por el momento esto no puede ser. Sabemos que en ocasiones no entendemos bien esto de los grupos burbujas, toda vez que, nada más salir del colegio nos mezclamos con otros adultos, vamos a tomar café, nos reunimos en corros sin mantener la distancia… Seamos prudentes. Intentamos limitar los contagios. Controlar esta enfermedad, para que todos podamos ir a trabajar, a divertirnos, al parque, a relacionarnos…, con la mayor seguridad posible.

 

  1. La información es importante, pero busque la adecuada. Contraste los datos y las comunicaciones. Lamentablemente los chats de madres y padres no siempre aportan buena información, o la que ofrecen es parcial, o no cuenta toda la verdad, o le falta algún detalle importante. Debemos recurrir a las fuentes oficiales que utiliza el colegio y, en caso de duda, preguntar directamente, manteniendo la serenidad y la objetividad.

 

Estos son cinco consejos muy simples que seguro que ya conocías, pero pensemos un momento: si Wayne Szalinski, el científico loco de la película, hubiera tenido las cinco palabras que resumen estas cinco reflexiones (tranquilidad, conversación, recursos, distancia e información), otro gallo le hubiera cantado y, a lo mejor, no hubiera ocurrido la historia que hoy nos ilustra estas letras. También nos hubiéramos quedado sin una de las películas más divertidas que hemos tenido la suerte de disfrutar.

 

Siempre hay un lado positivo de las cosas y, en este caso, no seremos menos.

 

Gracias por leerme.

 

*  Guillermo CABRERA MOYA

Director del Centro de Educación Infantil y Primara (CEIP) El Toscal-Longuera.

Diplomado en Magisterio por la Universidad de La Laguna (ULL).

Grado en Educación Primaria por la Universidad Isabel I de Castilla.

Ex técnico de gestión normativa de Educación Infantil y Primaria de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias

Escritor y maestro.

 

Islas Canarias, 12 de octubre de 2020.

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