¿Deben los sacerdotes ser
cambiados de parroquia?

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Roque Rodríguez De la Guardia *

Después de un par de semanas en el dique seco, vuelvo a escribir un artículo semanal. Gracias y disculpen.

Me imagino la respuesta de mucha gente, si está haciendo el bien, no deben tocarse, pero si no, pues que sea cambiado. Lo cual significa, que el cura que sea “malo” hay que endilgárselo siempre a otra comunidad.
Según el código de derecho canónico, es el obispo el que tiene dicha facultad.

Y salvo excepciones, los sacerdotes, son cambiados entre los 5 y 15 años.
A veces se cambian para unificar comunidades, a veces se puede dar el caso que haya “presión” política, o de algunos grupos de personas, o que sea el propio sacerdote el que pida el cambio.

Lo que pasa que hay que ser coherente. El obispo suele dialogar con el sacerdote sobre su cambio, pero no es justo que, si es el cura el que pide ser cambiado, el cura en su comunidad le eche la culpa al obispo. En tiempos de Don Damián, se dio el caso de que un sacerdote le pidió al obispo su traslado, el obispo accedió y a continuación el cura le dijo a su comunidad que él no quería irse, y como se lo mandaba el obispo tenía que obedecerle. Es cierto que no todos los casos son así, pero hay que ser honrados.

Y aunque cueste entenderlo y soy sacerdote que ha pasado por distintos cambios, los cambios son necesarios, por muy bueno que sea el cura, por el bien de la comunidad, del propio sacerdote, y de la propia iglesia. Ya que ese bien que realizó en un lugar lo puede desempeñar ahora en otro lugar.
Y los curas, somos personas, y llega el momento en que tocamos techo y empieza la “decadencia”, por eso los cambios son necesarios, aunque cueste entenderlo, ya que es un empezar de cero y con nuevos bríos.

Y no es malo que una comunidad le pregunte al obispo el porqué de tal o cual cambio de su comunidad, sin soberbia ni nada por el estilo. No es de recibo, ponerse a recoger firmas, escribir en los medios contra el obispo, o cualquiera sabe. Dichas actitudes, muchas veces van en contra del propio cura, que parece que es quien lo organiza, va en contra del nuevo párroco, como si fuese el malo de la película, va en contra del obispo, … en definitiva va en contra de la propia iglesia y en contra de la propia sociedad, ya que puede responder a una imagen de la iglesia que no es real.

¿Puede equivocarse el obispo? Claro que sí, como se puede equivocar el cura, la propia comunidad, … pero no es creando enfrentamiento, sino trabajando juntos y poniendo cada uno desde su realidad, para que la iglesia y dichas comunidades, sean la que Dios quiere para todos.

Hay un chiste, y sin mala intención: Cuando antiguamente el obispo llamaba a un cura para hablar con él, esa noche el cura no dormía. Hoy cuando el obispo llama a un cura, quien no duerme es el obispo.

Bromas aparte, recemos por la iglesia, por nuestros obispos, por los sacerdotes, por el aumento de vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, y para que cada uno, desde su realidad, pongamos ese granito de arena para que este mundo, esta iglesia, esta comunidad sea la que Dios y la Virgen quiere para todos.

* Roque RODRÍGUEZ DE LA GUARDIA
Sacerdote.
Párroco de San Pío X y San Juan de la Cruz (Ofra)
Capellán del Hospital Universitario de Canarias (H.U.C.)

Santa Cruz de Tenerife, 27 de junio de 2020.

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