¿Dios existe?…, diversos enfoques

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Juan José Pérez Piqueras *

 

 

La cuestión de si Dios existe es una de las preguntas más profundas y trascendentales que la humanidad ha enfrentado a lo largo de la historia. Es una cuestión que ha sido objeto de reflexión filosófica, teológica y científica, y cada persona puede abordarla desde diferentes enfoques o perspectivas. Veamos la teológica.

 

  1. El enfoque teísta.

 

Para quienes se identifican con una religión monoteísta (como el cristianismo, el islam o el judaísmo), la existencia de Dios es una certeza, basada en la fe, la revelación divina o la experiencia personal. Los teístas sostienen, sostenemos, que

 

Dios no solo existe, sino que es el creador y sustentador del universo, y que tiene un propósito para la vida humana. La pregunta «¿Dios existe?» para mí no es tanto una cuestión de evidencia científica, sino una cuestión de revelación y experiencia espiritual.

 

Los argumentos más comunes a favor de la existencia de Dios en este enfoque son:

 

El argumento cosmológico: Todo lo que existe tiene una causa, y el universo en su totalidad debe tener una causa primaria, que es identificada como Dios.

 

El argumento teológico (del diseño): El orden, la complejidad y la aparente finalidad del universo sugieren la existencia de un creador inteligente.

 

El argumento moral: La existencia de una moral objetiva y universal, que guía el comportamiento humano, podría implicar la existencia de un ser supremo que establece los principios morales.

 

  1. El enfoque ateo.

 

Desde la perspectiva atea, la existencia de Dios se considera innecesaria para explicar el universo y la vida. Los ateos argumentan que no hay evidencia empírica suficiente para probar la existencia de un ser divino. Para ellos, el universo y la vida pueden ser entendidos a través de la ciencia, la razón y la observación. A menudo, citan los siguientes puntos:

 

La falta de evidencia empírica: No existe una prueba directa e incontrovertible de la existencia de Dios que pueda ser verificada mediante métodos científicos.

 

El argumento del mal: El sufrimiento y el mal en el mundo parecen contradecir la idea de un Dios benevolente y todopoderoso, lo que plantea dudas sobre su existencia o naturaleza. Personalmente creo que esta duda se explica con la venida del mismo Dios, hecho hombre: Jesucristo, que fue humillado y crucificado por nosotros, los humanos.

 

La explicación naturalista: Muchas de las maravillas del universo, desde la vida hasta el origen del cosmos, pueden ser explicadas por procesos naturales como la evolución y el Big Bang, sin la necesidad de recurrir a una causa divina.

 

  1. El enfoque agnóstico.

 

Los agnósticos se sitúan en una posición intermedia. Consideran que la existencia de Dios es una cuestión desconocida e incognoscible. Según los agnósticos, no hay suficientes pruebas para afirmar ni negar la existencia de Dios con certeza.

 

Esta postura se basa en la idea de que hay limitaciones en el conocimiento humano, y que algunas preguntas, como la de la existencia de un ser supremo, pueden estar fuera del alcance de la comprensión humana.

 

Un agnóstico podría argumentar que no se puede afirmar ni negar la existencia de Dios de manera definitiva, ya que no hay evidencia que pueda resolver esta cuestión de forma concluyente.

 

  1. El enfoque filosófico.

 

La pregunta de la existencia de Dios también ha sido abordada desde la filosofía, tanto desde la razón como desde la metafísica. Algunos filósofos han propuesto argumentos que intentan demostrar la existencia de un ser supremo, mientras que otros han sostenido que la cuestión es irresoluble o incluso irrelevante.

 

El argumento ontológico (San Anselmo): Este argumento sostiene que la idea de un ser supremo, perfecto y necesario está contenida en nuestra concepción de Dios. El solo hecho de pensar en un ser que no pueda ser superado en perfección implica que tal ser debe existir en la realidad, porque si no existiera, no sería el ser perfecto.

 

La crítica de Friedrich Nietzsche: Nietzsche declaró que «Dios ha muerto», en el sentido de que la creencia en Dios había perdido su poder y relevancia en la sociedad moderna debido al avance de la razón, la ciencia y la moral secular.

 

  1. La experiencia espiritual.

 

Muchas personas han afirmado que la existencia de Dios es algo que se experimenta directamente, a través de la oración, la meditación o el contacto con lo trascendente.

 

Para quienes han tenido experiencias místicas o espirituales profundas, la presencia de Dios es una vivencia personal que va más allá de las pruebas racionales o científicas. En este sentido, la existencia de Dios se vuelve una cuestión de vivencia individual y transformación interior.

 

  1. El misterio y la trascendencia.

 

Más allá de los argumentos a favor y en contra de la existencia de Dios, hay una dimensión del misterio y la trascendencia que invita a la reflexión. Para algunos, la pregunta sobre Dios no busca tanto una respuesta definitiva, sino que es parte de la búsqueda humana de sentido, propósito y comprensión del universo.

 

La trascendencia, el sentido de lo infinito, lo inabarcable, se encuentran en la base de muchas religiones y filosofías, invitando a los seres humanos a mirar más allá de lo inmediato y lo material.

 

En última instancia, la cuestión de si Dios existe o no es una de las más personales y complejas. Depende de la perspectiva desde la que se la mire: puede ser una cuestión de fe, de razón, de experiencia o de dudas filosóficas.

 

Quizás lo más importante es reconocer que es una pregunta que invita a la reflexión continua y que cada persona puede encontrar sus propias respuestas a lo largo de su vida.

 

Para terminar, añado una definición de Jesucristo, propia de mi hermano José Luis, doctor en medicina y autor varios libros, además de un cuadernillo de unas 70 páginas titulado “¿Existe Dios? – El dilema Creación/Evolución – Teísmo/Antiteísmo, que define a Cristo: “La figura de Jesucristo, por su enorme trascendencia se agiganta de tal manera que indudablemente es una de las más altas figuras (para mí la figura central) que ha dado la humanidad. Con su sacrificio personal trajo a este mundo una doctrina de respeto por la vida, de justicia y de apoyo a los más necesitados, estando siempre alejado del poder».

 

Creo que es la definición más acertada sobre nuestro Hombre y Dios.

José Luis ha sido para mí, siempre, una referencia a seguir.

 

 

* Juan José PÉREZ PIQUERAS

Cristiano convencido.

Coronel de Infantería E.T. (Retirado)

Técnico superior de Inteligencia Militar.

Diplomado en Análisis de Yihadismo por la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla.

Miembro de la Tertulia Cívico-Militar ‘Carlos Ramos Azpiroz’

Miembro de la Asociación Española de Militares Escritores.

Miembro de la Asociación de Veteranos del Servicio de Inteligencia Español (AVESIE)

 

Santa Cruz de Tenerife – Islas Canarias – ESPAÑA

21 de febrero de 2025

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