EL MONÓLOGO / 116
Como si el futuro no importara

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Por Pepe Moreno *

 

 

Escribía el pasado sábado sobre el CD Tenerife y sus ansias de subir a la Primera División frente al Girona. Y no pudo ser, estuvimos un momento -en concreto diez minutos- a un paso de consolidar ese ascenso, lo que nos duró el empate hecho con la rabia propia de un partido como ese.

 

Ya nos veíamos en la máxima categoría, con las cuentas saneadas, con un equipo hecho para estar y mantenernos ahí, con encuentros con los más grandes y la ilusión renovada de estar en la cúspide, máxime cuando habíamos eliminado a nuestro eterno rival, que sí que se había quedado en la Segunda porque fuimos capaces de armar una gran fiesta en los dos partidos jugados y ganados en buena lid y con la solvencia necesaria de una manera de jugar al fútbol.

 

Pero no pudo ser. En tierras catalanas no hicimos ningún gol y aquí nos ganaron por 1-3. Por tanto, fueron ellos los que subieron después de una liguilla en la que lo hicieron todo, ganarle al Éibar, que era un equipo que estuvo casi toda la Liga en puestos de ascenso directo y que se vio apeado a pesar de ganar en campo contrario por un gol a cero.

 

Superado ese trance, ahora queda saber si el equipo ha quedado tocado por la derrota, si los que tienen la responsabilidad de hacer un conjunto para volver a ilusionar con tantas bajas -hasta ocho dicen que se producirán- y que las incorporaciones cuajen desde el primer momento en una entidad en la que parece que cuesta más de lo normal que los nuevos se hagan un sitio en una plantilla que tiene que ser competitiva en una Segunda División que está plagada de nombres de prestigio.

 

Y este asunto es el que nos preocupa, más que el de hacer un nuevo estadio que parece que ahora no es el momento. Ayer mismo hablaba el presidente, Miguel Concepción, de que hay que ir buscando un nuevo campo en el que se tengan más comodidades y hablaba hasta de guarderías para los niños. El hombre estaba como soñando, porque lo que realmente nos ocupa y nos preocupa es que el equipo nos de las alegrías propias de competición. Es decir, que gane, que nos ilusione y que veamos a un grupo de personas comprometidas con la isla.

 

De momento, ni siquiera discutimos el número de tinerfeños que juegan, los que suben de categorías inferiores al grande o que nuestros ojeadores sepan ver lo que da de sí la cantera insular. Ya se nos han ido algunos en los que otros han visto posibilidades y nunca fueron nuestros. El último que salió de aquí fue Ayoze Pérez para jugar en el extranjero y antes que él Pedrito y más nunca vimos a nadie más. Ni olimos a Pedri, ni a Ángel ni a Airam Cabrera y a muchos más que en su día despuntaron, pero que terminaron jugando con otro escudo y en categorías superiores.

 

Dicen los entendidos que nunca hemos tenido ansias de saber de los nuestros, que preferimos utilizar la chequera con jugadores ya formados que tener la paciencia necesaria para sacar a jugadores que sean de la tierra o que los nuestros aquí no saben triunfar. Será lo que sea, pero lo que es evidente es que los en su partida de nacimiento tienen a la isla como referencia no lo tienen tan fácil para vestir de blanquiazul y tener un puesto en este equipo.

 

¿Qué nos deparará el actual CD Tenerife en la temporada que viene? Pues será una buena incógnita que ya veremos como despejamos. De momento ya sabemos que nuestro primer partido será el 14 de agosto contra el Éibar, precisamente, iniciando la competición fuera, en campo vasco, y viendo como nos estrenamos.

 

Los derbis serán en la jornada 17, sobre el día 27 de noviembre, el primero allá, en Siete Palmas, y la vuelta en la 32, más o menos el día 19 de marzo, festividad de los padres y de San José, en el Heliodoro Rodríguez. Acabaremos el calendario en el fin de semana electoral, el 28 de mayo, jugando fuera nuestro representativo ante el Real Zaragoza y nuestros vecinos en casa contra el Alavés, Ya veremos cómo estamos en esa época y qué posición ocupamos en una categoría que este año cuenta con muchos aspirantes al ascenso directo y a jugar la liguilla que da opción a una sola plaza.

 

Todo es un misterio en este momento. Incluso cómo estamos en el plano profesional e incluso personal. No sabemos si hacerle caso a esa premonición que hacía esta misma semana el economista Santiago Niño cuando opinó que estamos ante el último verano, y que la única manera de revertir la inflación es dejar de consumir de todo, “de llenar bares, restaurantes, carreteras y playas”, y al mismo tiempo advirtió de las consecuencias que producirá el aumento de la prima de riesgo registrado en algunos países del sur de Europa en las últimas jornadas, después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya confirmado que no comprará más deuda.

 

Negro panorama pues. Añade el experto que “en otoño todo apunta a que va a ser complicado, es una cosa psicológica, por eso vivamos el momento y ya luego veremos lo que sucede”. Niño hizo hincapié en que la situación económica será difícil en un futuro inmediato, principalmente porque las familias están tirando de ahorros para hacer frente al encarecimiento de la cesta de la compra. Y en esta misma línea, añadió que gran parte de la población “no quiere pensar en lo que ocurrirá en tres meses”.

 

Estas duras palabras y previsión las ha reiterado en las últimas horas diciendo que “la gente quiere vivir el momento porque sabe que esto, de alguna forma, es un final, y lo que viene después será muy complicado”. A su juicio, el futuro oscuro lo ha justificado diciendo que todos estamos hartos de la pandemia y la crisis, y de esta forma hemos preferido disfrutar de estas vacaciones en este “último verano”. El hombre, a pesar de lo dicho confesaba que “he cogido un avión esta mañana y el aeropuerto estaba a petar, y la mayoría eran españoles, no turistas”. Así que, a pesar de los negros presagios, su amplia difusión y lo mal que nos ha sentado a todos, las familias están tirando de ahorros para hacer frente al encarecimiento de la cesta de la compra.

 

Y es que no le hacemos mucho caso a los informes de Cáritas, por ejemplo, que coincide con lo anteriormente expuesto por Santiago Niño, al decir que la situación se agrava con datos de pobreza muy preocupantes en Canarias, al tiempo que avisan que el futuro se va a «complicar» debido a los efectos de la guerra de Ucrania, la subida de los precios y la próxima hambruna en África.

 

El documento de la entidad señala «la realidad es vergonzosa e indigna de las personas sin hogar pues habitan en barrancos, playas, chabolas e infraviviendas», al tiempo que destacaban en su comparecencia que atendieron a 784 hogares y a 2.572 personas en riesgo de perder sus viviendas, algo que llegaron a calificar de «derecho vulnerado» en España, al tiempo que decían que «sin vivienda es imposible avanzar hacia la integración».

 

Fue muy preocupante oírlos decir que el perfil de personas atendidas primaba el de las mujeres, en un 65%, y que casi el 60% del total eran personas de entre 40 y 60 años. Mal panorama lo que nos espera, según estos datos, pero parece que en lo que más estamos es en celebrar el Carnaval, hoy mismo, y en planificar dónde estaremos en los próximos meses. Desde el jueves, Santa Cruz vivirá unas jornadas de fiesta, casi sin parangón, porque nunca hubo una edición en verano. Hemos comenzado desde el jueves y hasta el domingo. El alcalde, José Manuel Bermúdez, ha llegado a decir que la asistencia prevista será de unas 800.000 personas, y que actuarán unos 400 artistas en los distintos escenarios, por lo que prevé un lleno turístico en el municipio.

 

¿Se dan cuenta que vivimos un día a día, sin preocuparnos de lo que pasará? Pues eso, que hoy nos preocupa más lo del diario que la que se avecina, aunque en este punto les tengo que decir, lo que ya he escrito aquí mismo en alguna ocasión, que no me salen las cuentas. Pero será que no tiene nada que ver la previsión con la vivencia.

 

Parece que no nos importan los precios de los combustibles, los litros que ponemos en nuestros vehículos y que consumimos en cada desplazamiento. Ni el precio de la luz, los megavatios que nos cobran las distintas distribuidoras de energía, ni cómo se está poniendo el mercado inmobiliario, tanto en alquiler como en compra, con una subida en las hipotecas, ni el estancamiento de los sueldos, ni una cesta de la compra en la que vemos cada día más que compramos menos por más cantidad de dinero. Ni que hacerse con aceite, verduras, leche o cualquier producto básico es una tarea cada vez más cara sin que ninguna de las razones que nos dan nos convenzan. Pero no importa.

 

Algunos dicen que lo que no se puede remediar no debe ser objeto de preocupación, pero dicho eso, ¿dónde está la previsión? Ya les contaré.

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 25 de junio de 2022.

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