EL MONÓLOGO / 125
No somos nada

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Por Pepe Moreno *

 

 

Hoy he escrito el título del Monólogo antes de escribir todo el artículo porque lo tenía claro. Nada me iba a hacer cambiar, ni renunciar a una manera de decir lo poco que pintamos en el ámbito nacional. Y me refiero a varios hechos que me hacen pensar en lo poco que pintamos, los canarios, en un mundo mucho más globalizado del que pensamos y que no hay nadie que piense o se ponga en nuestro lugar. De verdad, no pintamos nada en ese contexto y no somos nadie.

 

Pongo como primer ejemplo de lo poco que saben de nosotros, por ejemplo, en el debate del pasado jueves en las discusiones sobre los decretos leyes de Ahorro Energético o el relacionado con el de los incendios forestales. Ningún grupo mencionó Canarias o a las islas en su conjunto. Bueno, no todos, sí lo hizo, como no podía ser menos, la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas que con su habitual forma de expresarse en la tribuna de oradores habló de las guaguas y de que aquí no tendríamos el 100 por 100 de las subvenciones que sí se obtenía en los trenes de cercanías o en otros. También lo hizo con el IVA y el IGIG, pero estoy seguro que ellos, los foráneos, no lo entendieron.

 

La diputada Oramas habló en un tono como de hablar como el pueblo llano y en el que le salió un discurso en el que no lo decía todo, pero en el que expresaba más una postura política que un sentimiento unificado, porque, como ya expliqué en el monólogo de la semana pasada, ni la rebaja es para todos ni uno se puede subir a un vehículo sin que un revisor venga y te pida tu billete de viajero. Remito a mi escrito de la pasada semana para ver las condiciones que se tienen que dar para acogerse a los beneficios de una ayuda que sólo se puede dar si haces más de 16 viajes antes de que acabe el periodo previsto de las ayudas.

 

Pero a lo que iba, que nadie dijo nada del transporte de viajeros por carretera en las islas y en todas las intervenciones vimos un desconocimiento de la realidad canaria y que tampoco les importa. En el otro debate, el de los incendios forestales, la que hizo de portavoz fue María Fernández, recién incorporada a la Cámara en sustitución de Pedro Quevedo, y que vino a pedir una plataforma permanente de los helicópteros Kamov en las islas o la consabida base de hidroaviones o de ingenios voladores anfibios.

 

El debate estuvo bien, lo que pasa es que tiene sus matices. Por ejemplo, en esto de la discusión de los incendios forestales debemos tener en cuenta que habitualmente operan ocho Kamov en toda España, ubicados en diferentes localizaciones: Ibias (Asturias), Plasencia del Monte (Huesca), Plasencia (Cáceres), Las Minas (Guadalajara), La Al Moraima (Cádiz), Huelma (Jaén), Caravaca de la Cruz (Murcia) y Tenerife Sur (Tenerife).  Y lo que no se dijo en ningún momento es que toda esta operación se ha visto entorpecida en algunos momentos por la falta de piezas para esta máquina rusa antiincendios, que fue creada en Moscú en la década estalinista de los años 40 y que las piezas para estas aeronaves, ahora mismo, con las sanciones a las importaciones a algunos materiales rusos salvo excepciones, ha creado un auténtico problema de suministros. Porque se han suspendido todos los certificados, incluidos los de productos, piezas y dispositivos, así como los de organizaciones y entrenamiento de simulación de vuelo, donde el titular se encuentra o reside en Rusia.

 

Y luego está lo de la base permanente de hidroaviones a la que se refirió la diputada Fernández. No hizo ninguna alusión a las declaraciones que ha hecho la Asociación de Agentes Forestales y de Medio Ambiente de Canarias (AFMACAN), quiénes han considerado que los hidroaviones no son la mejor herramienta para luchar contra los incendios en Canarias y opina que los helicópteros son una herramienta mucho más versátil, precisa, segura y económica.

 

Este colectivo ha dicho que los medios aéreos son muy importantes en la extinción de grandes incendios forestales; sin embargo, sostienen que es fundamental disponer de medios terrestres suficientes y bien dotados no solo para las labores de extinción, sino también para las de prevención durante todo el año.

 

En este sentido, desde Afmacan se considera que la inversión en la lucha contra incendios debe ir enfocada a la mejora de medios terrestres durante todo el año, la prevención, la coordinación de los diferentes operativos implicados y la prioridad de helicópteros como medios aéreos. De eso no dijo nada, absolutamente nada, pero ni ella ni los demás. A ninguno de ellos, ni de ellas, les importaban los montes canarios, la flora o la fauna de nuestros montes. Sí habló la diputada María Fernández de las ocho islas, como si La Graciosa tuviera este problema, el de los incendios forestales, entre las reivindicaciones que hace y que están más por la situación de sus servicios que por el fuego en sus montes, cosa, con perdón, que no tienen.

 

Y para afirmar aún más que no somos nada, tenemos las declaraciones del líder de los populares, Alberto Feijóo que le “recomendaba” a Pedro Sánchez que fuera de Lanzarote a La Palma en jet-foil, un barco que dejó de operar hace 20 años en las islas y que solo iba de Tenerife a Gran Canaria y viceversa. Feijóo, además, entendió que ese barco le permitiría incluso «ir hablando con la gente».

 

El hombre no sabe de Binter, que es una compañía aérea que une las siete islas, aunque de aquella manera. Si quieres ir de Lanzarote a La Palma, vía marítima tardas más de un día en hacerlo porque el trayecto sería de Lanzarote a Gran Canaria y desde esta isla a Tenerife, luego en coche hasta el sur de Tenerife y desde ahí otro barco a Santa Cruz de La Palma. Y si es en avión, en un Binter de manera directa, solo hay uno diario que sale de la isla de los volcanes a las 13 horas y tarda setenta minutos en ir y otro de vuelta al día siguiente a las 11,20 con regreso al mismo sitio. Eso si no lo hace con trasbordos en Gran Canaria o en Tenerife, que entonces tendría más frecuencias, pero obliga a horas en aeropuertos. Por eso digo, ¿hablar de barcos que ya no están o en la conectividad de las islas es conocer nuestra realidad? Me parece que no.

 

El mandamás de los populares seguro que vino aquí en su luna de miel y pensó que todavía existía el dichoso jet-foil, en el que, recordemos, tampoco te podías mover de tu asiento porque tenía que ir abrochado a un cinturón. Que no, que no saben nada de las islas y tampoco se informan con sus gentes de aquí. Estoy seguro de que todo esto se lo podían haber dicho, de buenas formas, su presidente regional, Manuel Domínguez, o cualquiera de sus diputados nacionales, o de los que tenga en los alrededores. Pero no, se lanzó y ya está dicho, y quedó como lo que aquí conocemos como “un godo enterado”. Y se quedó tan pancho y ninguno de los suyos ha salido a justificar la metedura de pata de su líder.

 

Pero hay más de todo esto de que no somos nada. He estado viendo una serie de reportajes sobre los presidentes de equipos de fútbol de Primera División sobre sus declaraciones calentando el ambiente sobre los árbitros. Por el programa desfilaron las manifestaciones, en su día, de Jesús Gil, del Atlético de Madrid, de Caneda, el que fuera presidente del CD Compostela, de Lendoiro, del SuperDepor de Coruña, de José María del Nido, del Sevilla, de Lopera del Betis… y así alguno más, pero ninguna referencia a Javier Pérez, el que fuera presidente del CD Tenerife y que llegó a calificar a los árbitros de “comemierdas” e incluso obligó, de aquella manera, a que se cambiara el sorteo de los jueces que arbitraban en las semanas siguientes. Ni una referencia. Todo para los “famosos” presidentes, ni una sola referencia a uno que era de aquí, que estaba en Primera División y codeándose con todos.

 

En ese mismo programa también hicieron un capítulo dedicado a los fichajes de gentes que prometían mucho y luego resultaron fallidos. Ni una sola referencia al “Romario de los pobres”, ¿se acuerdan? Se llamaba Marcelo Santos y sólo jugó 52 minutos con el CD Tenerife, repartidos en cuatro apariciones. Y aunque realizó dos disparos a puerta, no pudo marcar gol alguno, pero en la rueda de prensa se llegó a decir que “ha fichado por una temporada y cuatro años más, prorrogables”, “se trata de un hombre rápido”, “es el delantero que nos hacía falta. En Brasil le conocen como el Romario de los pobres”.

 

O el único australiano que ha militado en las filas del representativo tinerfeño, Aurelio Vidmar, fichado en un mundial y que sólo estuvo una temporada, aunque en su ficha figuraban varias. En 25 partidos con el Tenerife sólo marcó un gol. Fue ante el Extremadura, el 23 de octubre de 1996 y vio cuatro tarjetas. O Leandro Machado, famoso por sus celebraciones de goles, haciendo el perrito y haciendo como que miccionaba en el córner, sólo disputaría tres partidos con el Tenerife y no marcó nunca.  Se nos fue en enero y en aquella temporada, la 98-99, nuestro equipo acabaría penúltimo en la Primera División y su arquero titular, Navarro “Mono” Montoya consumaría su tercer descenso consecutivo, todo un hito. Tampoco se nombraba como hicimos ricos al Vitesse holandés, cuyo presidente no se creía el dinero que le entraba con la venta del defensa Ferdi Vierklau y del delantero Roy Makaay, por los que se pagaron unos diez millones de dólares.

 

Vierklau sólo disputó 32 partidos de Liga. En su debut ante el Depor duró 26 minutos antes de ‘romperse’ y en su despedida contra el Extremadura apenas aguantó 24. Y en medio, en la decisiva cita del curso 97-98 contra el Valencia, aguantó cuatro minutos antes de pedir el cambio. Lo dicho: jugó muy poco… pero tuvo tiempo de sumar cuatro expulsiones y un gol (obviamente, en propia puerta). Dicen que era más conocido por dj que como jugador y sus noches tropicales fueron más comentadas que sus jugadas.

 

En fin, que nada de eso salía en los reportajes, que no somos nada, que el peninsular, o el de fuera, poco o nada conoce de nosotros y que les importamos poco, a todos. Lo mismo da que sea en un asunto como el del debate del jueves o que sea un líder de un partido nacional sacando un barco que dejó de operar hace casi 20 años en una discusión política de ahora para echarle en cara el uso del Falcon o de unos programas de televisión. Que no importamos nada para los de fuera y que los de aquí hacen política con las cosas de comer que no es lo que queremos los ciudadanos. Que nadie explica porque no saben o porque están a otras cosas y entonces hablamos como en los entierros, que no somos nada. ¿Lo entienden? Pues eso, que no somos nada.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 27 de agosto de 2022.

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