EL MONÓLOGO / 140
En busca de una agencia perdida

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Por Pepe Moreno *

 

 

El pasado lunes, justo antes del primer día de fiesta, el de la Constitución, el Consejo de ministros escogía a la ciudad de Sevilla como sede de la futura Agencia Espacial Española, y a A Coruña para la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Y a las dos se competía desde Canarias, porque las autoridades nos habían dado posibilidades y porque parecía estar al alcance de la mano.

 

Si me apuran, hasta había algo de insularismo en algunas de las propuestas canarias porque se hablaba más de la capital grancanaria que de Tenerife, dónde está el Instituto Astrofísico y donde se está más avanzado en esto de las galaxias y del espacio exterior. Por el contrario, Gran Canaria se apoyaba en su trayectoria histórica, ya que el Centro Espacial de Canarias, del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) está situado en Maspalomas (Gran Canaria). Pero claro, entre los requisitos que no nos dijeron, ni publicitaron, figuraba que debía de tener estación de AVE y claro, de eso no hay por aquí. Aun así, hemos aguantado hasta el último momento.

 

El lunes, en ese Consejo que les digo y que se celebró para que sus excelencias pudieran irse de puente sin pensar en lo que estaba pendiente, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, lo daba a conocer y estaba más feliz que una perdiz, porque dijo que así se cumple el objetivo de ubicar fuera de Madrid las sedes de los organismos públicos de nueva creación. Además, para que no quedara duda, añadió que ambas decisiones, la de la Agencia Espacial y la de Inteligencia Artificial, se habían tomado por unanimidad.

 

Entre los requisitos para poder entrar en la elección como sede de la Agencia Espacial se valoraba “positivamente” que la localidad que se elija tenga una amplia red de acceso a medios de transporte público por la vía aérea, ferrocarril y por carretera. Uno de los ejemplos que incluye el documento es que esté situada a menos de una hora de un aeropuerto con conexiones a Bruselas y París y que cuente con un entorno hotelero y un sector empresarial, educativo y universitario «dinámico».

 

Si fuera en Tenerife podría ser el Sur, con amplia infraestructura hotelera, pero con problemas para el transporte, con unas vías colapsadas, a cualquier hora, y con muy mala comunicación con La Laguna que es donde encontrar un entorno universitario “dinámico” como se especifica en el documento. Pero es que, además, está el componente político. En estos días hemos visto como la agrupación de electores de Teruel Existe aseguraba, tras conocer la noticia, que “no es casual” que el Gobierno Central haya decidido situar ambas sedes en dos urbes en las que aprecian “intereses políticos” para la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, respectivamente.

 

He podido leer las consideraciones que han hecho para rechazar las candidaturas de Tenerife y Fuerteventura. En el escrito se dice que sus propuestas quedaron eliminadas casi de entrada al presentar mayores deficiencias técnicas que dificultaban en gran medida el cumplimiento de las funciones de la Agencia.

 

Por ejemplo, la candidatura de Tenerife dice el escrito que presenta una propuesta de sede con deficiente especificación en cuanto a su adecuación y medidas de seguridad. No se destalla si la sede propuesta es edificio separado o está compartido con otras instituciones. Tenerife no presenta medidas concretas de apoyo al traslado de personal y no es prioridad número uno de su comunidad autónoma. Entonces, a la vista de todo esto ¿a quién tratamos de engañar?

 

Y es que en Canarias en general y en Tenerife en particular estamos muy lejos de conseguir esa idoneidad que propugnan en las bases previas que se publican. Tenerife está colapsada en vías, se invierte poco en las nuevas tecnologías y lo que se hace está muy medido en la iniciativa pública.

 

Todo esto podría quedar en el ámbito de quién está mejor preparado para ello y no pasar a mayores, pero nos encontramos con que han estado jugando con los sentimientos y claro, ahí, debemos tener otros considerandos. No voy a hacerle el caldo a los nacionalistas, que en ocasiones se olvidan de que hay otros sitios y por encima de todo piden para su territorio cosas que son imposibles, pero sí que me voy a referir a las declaraciones del presidente del Cabildo, Pedro Martín, que sigue albergando la confianza necesaria para que Tenerife acoja cualquiera de las otras dos, o incluso ambas, de las que aún están en juego, una corresponde al Estado, la de Vulcanología, y la otra es de la UE que es la de Turismo. Le he leído en estos días y mantiene viva la llama de que podríamos conseguirlo. Vamos a intentar poner las cosas claras.

 

Pero vayamos a lo que se ha publicado estos días. Según hemos leído, para acoger la Agencia Europea de Turismo, el Cabildo esgrime que Tenerife aglutina el mayor tráfico aéreo total de todo el archipiélago, superando incluso el que registramos antes de la pandemia con algunos países emisores, como Francia, Italia, Austria, Islandia, Hungría o Chequia, y esto, según la Corporación Insular, contribuye a la diversificación de los que mercados emisores. En la memoria, a la que he tenido acceso, se dice que tenemos un 15% más de conectividad, lo que nos lleva a que se puede ir, o venir, directamente a 31 países y 137 destinos a través de 54 compañías aéreas. Un capítulo aparte merece la reciente apertura al mercado norteamericano con el vuelo directo Tenerife Sur- Nueva York.

 

Pero luego, en realidad y un día sí y otro también nos dicen lo contrario en los medios de comunicación. Nos cuentan en los puentes vacacionales que el aeropuerto de Gran Canaria registra más operaciones que nadie, seguidos de el del Sur tinerfeño, pero ellos los primeros y depende de quien se trate, porque si son italianos nos dicen que el de Fuerteventura tiene más vuelos que nadie.

 

Además, como el papel aguanta todo, y no digo que sea mentira, dice en sus escritos que la isla alberga el 38% de la oferta alojativa en hoteles y apartamentos de Canarias; el 36% del turismo del Archipiélago y un 34% de las pernoctaciones totales en las islas. Asimismo, aporta el 36% de los ingresos alojativos de Canarias. Lo que no se explica que es que no hay inversión en las infraestructuras de la isla desde hace casi un lustro, que mucha gente o pierde los aviones o salen con muchas horas de antelación para tomar sus vuelos y que hasta la clase empresarial denuncia cada día el atraso que está suponiendo para las inversiones en la isla.

 

Imagínense la trascendencia que puede tener que una inversión como la que se realiza en el puertito de Adeje, en Cuna del Alma, se haya paralizado por una serie de denuncias presentadas por diversos colectivos sobre los emplazamientos arqueológicos, de los que nadie tenía conocimiento, o la existencia de una planta endémica inscrita en el catálogo especial de especies a proteger. ¿Qué imagen podemos dar por ahí fuera por no saber de la existencia de esos asentamientos y que nadie se haya dado cuenta? O que se haya paralizado ahora, tras tener previamente todos los permisos y licencias.

 

Y queremos que esos organismos se asienten en Tenerife. Un lugar en el que todavía se discute por dónde deben discurrir algunas vías sin que nos carguemos el territorio, en el que no hay tranquilidad para las inversiones porque pueden pararte la obra, sine die, o en el que un deslinde marítimo te puede dejar sin que la inversión sea rentable y por tanto dejar las estructuras levantadas. Ese es el panorama que tenemos.

 

Pero, en tiempo electoral, tenemos a los que hablan desde puestos oficiales diciendo eso de “vamos a seguir batallando para conseguir, amén de la sede de Vulcanología, la Europea de Turismo, pero también con cualquier otra en la que creamos, y creo que son muchas, que el Cabildo puede aportar infraestructuras y servicios para este tipo de centros, tanto nacionales como internacionales”. ¿De verdad?

 

No dudo de que de ilusiones también se viva, pero hay que plasmarlas en algo y aquí hace mucho tiempo que vivimos de proyectos que nunca se llevan a buen término y en las que parece que la maldición gitana que dice “en obras te veas” aquí la tenemos que ampliar con los técnicos y con los ecologistas, que son los que tienen que evaluar si esos programas se pueden o deben acometer.

 

Decía el presidente del Gobierno Canario, Ángel Víctor Torres que “esto no nos frustra, el fracaso en Canarias es estar siempre con el lloriqueo y la queja de que no caminamos, de que no somos capaces, o de que no lideramos, porque estamos ante una Canarias que muestra su fortaleza con orgullo y con dignidad”. Bonitas palabras que buscan que nos revolvamos y que nada frustre el porvenir. Lo que pasa es que también debemos tener en cuenta las palabras de Juan Pons, que escribe con asiduidad en la revista Atalayar.

 

Pons es coronel del Ejército de Tierra y está especializado en asuntos espaciales, aeronáuticos y de defensa. Ha sido director de la Escuela Militar de Ciencias de la Educación del ministerio de Defensa, jefe de la Unidad de Repatriación de las fuerzas del Ejército de Tierra desplegadas en Mostar (Bosnia-Herzegovina) y profesor titular de Comunicación y Relaciones Internacionales de la Academia General Militar de Zaragoza. O sea, no es un cualquiera y su opinión tiene bastante fundamento porque es diplomado en Relaciones Internacionales por la Escuela del Ministerio de Asuntos Exteriores, y miembro de varias asociaciones relacionadas con el Ejército.

 

Bueno, pues este señor ya escribía un artículo muy atinado en junio que titulaba “La Agencia Espacial Española y el arte de crear problemas donde no los hay” y ya daba algunas claves de por dónde iría esta elección. Y les invito a leer el que publicó el pasado día 6 bajo el título de “Cómo organizar un paripé para que Sevilla acoja la Agencia Espacial Española”, no tiene desperdicio.

 

En definitiva, que nuestras opciones son más bien pocas o nulas, mientras no cambien algunos de los roles con los que nos hemos movido en los últimos tiempos. Estoy convencido de que todos estos argumentos le sirven a Coalición Canaria para seguir esgrimiendo que nos marginan, pero lo harían también con ese partido en el poder, porque aquí hablamos mucho y hacemos poco.

 

Si el tren algunos no lo ven. Se abandonan proyectos porque dicen que sería un despilfarro, porque lo planificado se paraliza, porque las infraestructuras no se modernizan y caducan los informes medioambientales por falta de personal o de visión moderna, entonces, ¿qué esperamos? ¿que nos den esas sedes por nuestra cara, o porque lloramos lo suficiente acogiéndonos a la excusa del territorio ultraperiférico?

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 10 de diciembre de 2022.

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