EL MONÓLOGO / 159
¿A quién elegimos?

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Por Pepe Moreno *

 

 

Hoy les voy a escribir de los programas electorales, aunque cada vez hay menos y se han convertido en una especie a extinguir. Antiguamente eran las promesas que realizaban los candidatos cuando se presentaban a unas elecciones, pero ahora, con el cuento de que hay que ahorrar papel, que ya nadie lee o que, simplemente, se puede hacer eso mismo sin necesidad de plasmarlo en ningún documento, lo van divulgando cual si se tratara de ocurrencias y sirven de unas elecciones a otras sin que nadie se ruborice.

 

Hace algún tiempo un candidato a una alcaldía, por ejemplo, en Santa Cruz de Tenerife, prometía un paseo que llevara desde San Andrés hasta Añaza y lo decía con tal nivel de convencimiento que nadie dudaba que se pudiera hacer. Cuatro u ocho años después el paseo dichoso sigue sin hacerse y nadie pone un reparo, ni se acuerda de lo que aquel candidato, que luego se quedó de alcalde, puso como excusa para quedar bien y que nadie le echara en cara tamaño incumplimiento. Es más, en elecciones posteriores pudo hacer de nuevo la misma promesa sin que los que depositan el voto en la urna pudiera recriminarle la promesa no cumplida.

 

Pero hay más. En medio hubo una alcaldesa, la primera de la capital, que no cumplió con uno de sus concejales y que le fue dando largas a sus peticiones de que se cumpliera en el Presupuesto sus demandas. Le mandó emisarios, le convencieron en las primeras de cambio y le fue entreteniendo hasta que se hartó y dimitió, acción con la amenazó durante algunos meses y que finalmente ejecutó.

 

El hombre puso fin a su etapa política y escribió una carta con la que daba carpetazo a los meses en los que había contribuido a que gobernara un partido político que hasta ese momento siempre había sido un coaliado. Su dimisión trajo una nueva mayoría que ha gobernado hasta ahora. Incluyó en sus listas a las personas fieles, pero desde la oposición. Los gobernantes también fueron devotos con los que le habían proporcionado el retorno y hoy los incluyen en sus listas, como si siempre hubieran militado o profesado el nacionalismo.

 

Qué cosas trae esto de la política. Unos que nunca han militado en una opción que tenía unos principios, pero que, como decía Groucho Marck, si no les gusta, tengo otros. Por eso siguen en el mismo lugar. El día 28 de mayo votarán por un alcalde que no se sabe si elegirá mejor entre parlamentario o parlamentaria, si sigue en Canarias o si por el contrario antes de que acabe el año terminará de congresista en Madrid.

 

Pero eso no es cosa del alcalde actual, también podría pasar con la aspirante en las listas del partido socialista o con cualquier otro que figura en una candidatura de cualquier opción. A los ciudadanos no nos consultarán ninguna de estas opciones porque creen que no somos dignos de tomar este tipo de consideraciones.

 

En La Laguna pasa lo mismo con gentes que han caído en una candidatura como paracaidistas en un páramo que solo estaba dibujado en un mapa. Congresistas que lo único que han hecho para figurar en una lista es haber ido a la peluquería y haberse hecho un corte acorde con el cartel electoral que los publicite para ese día de urnas. Unas candidatas que no saben dónde está el barrio de Las Palomas o si San Matías pertenece a este o aquel término municipal. Les pasó antes con otro candidato, pero no aprenden nunca de este tipo de equivocaciones, lo único que les importa es quien encabeza esa lista.

 

Lo mismo pasa con el actual mandatario lagunero, que fue elegido cuando nadie sabía cuál era su tono a la hora de los mítines, pero que se ha convertido en una figura emergente de un partido necesitado de líderes. Luis Yeray Gutiérrez es algo más que un alcalde gracias a sus padrinos políticos. A un presidente del Cabildo que necesita de la agrupación de Aguere para seguir en ese puesto orgánico y no verse vendido a las huestes del Sur tinerfeño.

 

A un exsenador que lo fabricó o al actual miembro de Cámara Alta que antes fue oponente en ese consistorio, que fue docente jurista, y del que aprendió mucho de la técnica y táctica para lograr sobreponerse a cuatro años en ese puesto antes de que nadie se diera cuenta de sus escasos conocimientos en materia de primer edil.

 

Pero no crean que la oposición aprendió algo en este tiempo. No que va. La dimisión del anterior alcalde, ya en los bancos que le desposeyeron de toda la aureola de poder, trajo como consecuencia la búsqueda de alguien que siempre había sido número dos y que ahora, sin nadie delante, se convertía en alcaldable. ¿Lo hará bien?

 

Esa es una incógnita para despejar en los próximos tiempos y ya veremos hasta dónde es capaz de mantenerse. Veremos, como dice la canción, si el chico gana y a quién. Bueno es verdad que se espera que los actuales gobernantes sumen lo que sus socios de Gobierno, Podemos Si se puede, puedan perder en los próximos comicios.

 

Pero sigamos por ese norte. En Tacoronte tampoco sabemos que puede deparar la jornada electoral del 28 de mayo. El actual alcalde estaba para unos meses, luego sería sustituido por los socialistas, que entraron en crisis y no tenían candidato. Recordemos que la fuerza más votada fue la de Ciudadanos y que se quedó con la miel en los labios.

 

Daniel Diaz se convirtió en alcalde gracias al respaldo mayoritario de los 11 concejales que conformaban un pacto con tres partidos de los que cinco eran del PSOE, cuatro nacionalistas y dos de la formación ecosocialista, o sea, 11 en total. Ahora Daniel ha crecido, políticamente, y también hace el doblete, y dos piedras, del que hablábamos la semana pasada y también optará al Parlamento de Canarias por esa misma formación encabezando la lista de su partido político en la isla de Tenerife.

 

Y en Arona, municipio en el que hemos asistido a una crisis sin precedentes, con un grupo municipal que se partió por la mitad, con un partido, el PSOE, que llegó a expulsar a José Julián Mena, actual mandatario, y que repusieron en su militancia los jueces, que entendieron que lo echaron sin tener en cuenta algunos aspectos de su propio ordenamiento.

 

Total, que lo expulsaron y hoy es su candidato y los que se quedaron fuera son los que lo denunciaron por su manera de gobernar. Este no hay doblete, ni falta que le hace. En su municipio sí que encontramos una “rara avis” de estos comicios, El candidato de Vox es igualmente, en ese mismo grupo de ultraderecha, el que encabeza la lista al Parlamento por la isla de La Gomera.

 

Naím Alonso Yánez, que así se llama este joven, militó en las Juventudes Socialistas, y ya es el primer candidato que Vox presenta a unas elecciones locales en el municipio sureño de Arona. Pero es que además su nombre figura el primero entre los tres que presenta su formación política para el Parlamento de Canarias, por la isla de La Gomera. ¿Ustedes lo entienden? Pues yo tampoco.

 

En Güímar hay gentes para todos los gustos. Desde la alcaldesa que fue Luisi Castro, es decir, Carmen Luisa Castro Dorta, y que ocupó el sillón de máxima mandataria desde 2013 a 2019, y que ahora volverá a ser la cabeza de cartel del Partido Popular en las elecciones del 28 de mayo. Cuando presentó de manera oficial su candidatura, en la plaza de San Pedro, estuvo rodeada por un nutrido grupo de militantes y vecinos, y se buscó primeras espadas de su partido en Tenerife como Lope Afonso, Ana Zurita, La candidata pepera en La Laguna, Noelia García, la alcaldesa de Los Lanos de Aridane, Águeda Fumero, que en el pasado fue una estrella emergente en los sures tinerfeños o el actual y eterno senador, periodista, cirujano y sempiterno Antonio Alarcó.

 

Podría seguir, con el eterno José Miguel Fraga, que vuelve a presentarse a la alcaldía de Adeje con el ánimo renovado, aunque no sabe hacer otra cosa que no sea mandar en su municipio. O Ignacio Rodríguez, al que muchos solo conocen de alcalde de La Matanza de Acentejo y que, cuando éramos jóvenes, estudiaba en el lagunero Viera y Clavijo el bachillerato que lo llevó a su Consistorio.

 

Municipios que cambian como San Juan de la Rambla o Garachico y los que no lo hacen sino a golpe de sentencias como El Tanque. Sitios como Icod de los Vinos en donde el triunfo está tan cerca como la oposición, o Los Realejos, el municipio con más fiestas de toda la geografía insular, que ha pasado de la izquierda socialista al mando nacionalista y que en los últimos tiempos se ha convertido en un bastión del PP del que ha salido incluso el actual presidente regional de esa formación conservadora.

 

¿Qué ofertarán todos ellos para sus vecinos? ¿Más puestos de trabajo? ¿Más viviendas? ¿Más residencias de la tercera edad? ¿Más colegios? La verdad es que si se fijan en todas esas promesas son casi incumplibles. No puede haber más plazas en los colegios porque somos unas de las comunidades autónomas con más bajo índices de natalidad, las plazas geriátricas son competencia insular o del gobierno regional, faltan viviendas en todos sitios y el trabajo depende de factores económicos más que de voluntades políticas. Por tanto, ya vemos que lo de los municipios depende de cómo lo presenten aquellos que encabezan las listas y lo que crean los votantes.

 

Nada mejor que acabar con una viñeta de El Roto que vi el otro día en el periódico El País y que resumen mejor que nadie los ánimos de una campaña electoral que no ha comenzado todavía pero que tiene muchas calles abiertas en canal. Nunca habíamos visto tal cantidad de obras, de empichados y de aplanadoras como en estos meses. Nunca antes se habían licitado tantas acciones municipales y es que el tiempo de la pandemia y los fondos que se han ido acumulando dan para que ahora todo el mundo quiera reivindicar cómo se está quedando su término municipal.

 

¡Qué cosas estamos viendo y veremos hasta el 28 de mayo!

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 22 de abril de 2023

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