EL MONÓLOGO / 161
El turismo, en el punto de mira

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Por Pepe Moreno *

 

 

Las elecciones del próximo día 28 de mayo, en las que elegiremos a alcaldes, concejales, presidentes de Cabildos, consejeros de corporaciones insulares y los 70 diputados de la Cámara regional, mantienen, en este momento, la incertidumbre de unos resultados que se fían a lo que dictan las encuestas. En estos escrutinios es muy difícil de hacer pronósticos, ya que las circunscripciones son insulares y no se sabe muy bien cómo hacer la cuenta.

 

Hay quien la hace de forma global, y entonces te dicen eso de que “ganará tal formación con 28 o 30 diputados” y eso es muy difícil de predecir porque todo estará en función de los escaños que consigan por islas. No es lo mismo pensar que los socialistas pueden conseguir una o dos actas por El Hierro, o más de cuatro en Fuerteventura o Lanzarote, donde se eligen 8 representantes en cada una de ellas. Tampoco nadie puede hacer una predicción, segura, sobre los 8 que se elegirán en La Palma, isla en la que, con la erupción volcánica, los incumplimientos y las insatisfacciones de los damnificados, la predicción puede ser muy aventurada y desvirtuar la cuenta final.

 

Lo que sí podemos asegurar es que será la Legislatura del Turismo, gobierne quien sea y en coalición con los grupos que sean. Hemos visto ya algunas acciones y mucha protesta en torno a este tema. Por ejemplo, en el reciente congreso celebrado en el Sur de Tenerife, en el X Foro Nacional para Profesionales y Expertos del Turismo en España (Futurismo) vimos a una serie de activistas que irrumpieron en una rueda de prensa y le expusieron al presidente de Ashotel sus puntos de vista contrarios a la forma actual de que vengan más visitantes. Y lo hemos visto en las protestas que se han realizado en la playa de Las Canteras, y en algunas construcciones que se están realizando en nuestro litoral, porque entienden que nos estamos cargando el paisaje.

 

En la comparecencia de la que les hablo, la del Futurismo, le demandaron a Jorge Marichal y a otros que “¿de qué han hablado?, de cómo nos van a seguir saqueando a los canarios o de seguir construyendo nuevos hoteles y seguir jodiéndonos la isla. ¿O han hablado de cómo los canarios nos estamos yendo a Londres y ustedes alineados con los grandes tenedores que están jodiéndonos la vivienda para hacer vivienda turística? ¿De qué han hablado? Le han puesto sostenibilidad a todo por delante y han quedado guay. ¿Han puesto encima de la mesa cómo siguen saqueando los próximos cuatro años nuestro territorio? Usted sabe que tiene el dinero que tiene porque es un explotador ¿no? Porque además de explotar trabajadores lo hace usted con el territorio. No nos tragamos ni las mentiras de los empresarios ni la de los políticos”.

 

Nos tenemos que ir acostumbrando a este tipo de presencias y de reivindicaciones. A algunos no les queda otro remedio que hacerlo así, porque los medios de comunicación parece que están amordazados y no hacen este tipo de preguntas. Y, sobre todo, nos tenemos que ir acostumbrando al crecimiento de este movimiento. Uno nunca sabe si son el instrumento de alguien para reivindicar posturas que se salen de los políticamente correcto o se hacen para frenar inversiones que se proyectan en nuestro territorio para seguir creciendo, dicen, o para ampliar la oferta turística que ya tenemos, con complejos de todas las estrellas y que acogen a visitantes de todo tipo de ingresos.

 

Hay formaciones políticas que ya veremos qué tipo de resultado tienen en las urnas, pero lo que nadie duda es que ya hay una parte de nuestra ciudadanía que comparte algunos de sus postulados. Una de estas formaciones es la que lidera Alberto Rodríguez, Drago Verdes, quien fuera una de las tres personas más importantes de Podemos Unidas y que se fue de esa formación cuando el Tribunal Supremo lo condenó por agredir a un policía en una manifestación en La Laguna. Rodríguez ya ha manifestado que no comparte el actual modelo turístico y ya veremos hasta dónde llega. Pero hay más gente. Días atrás, jóvenes ecologistas de la organización Ben Magec pedían “límites al turismo de masas canario por su negativo impacto social y ambiental”.

 

Esos colectivos, que repito cada vez son más, apuestan por otros modelos diciendo que “hay alternativas, como otros modelos basados en una ecotasa o una moratoria turística. Decrecer es no seguir construyendo infraestructuras que sigan dañando el territorio, sino usar lo que ya está protegiéndolo y cuidándolo, no poniendo el turismo por delante”. Estos grupos defienden que ese nuevo impuesto al turismo, y que ya está implantado en Barcelona o en Baleares, sería “una manera de revertir el impacto que deja un sector como la industria del turismo en un territorio tan frágil y fragmentado como Canarias” y culpa a la forma actual que tenemos de ser un turismo masivo que “ignora los territorios protegidos y el patrimonio cultural y ecológico de las islas”.

 

Debería preocuparnos a todos lo que aporta este sector de servicios a nuestra forma de vivir en Canarias. Es cierto que nuestro PIB es tan alto gracias al turismo, pero es el momento de preguntarnos si la carrera por los ingresos debería llevarse por delante tantos recursos naturales como ya se han sacrificado. Y lo que les digo. Canarias fue la segunda comunidad que más creció, económicamente, con un 5,7, de acuerdo con la estimación de la AIReF de la composición por comunidades autónomas del PIB nacional para el primer trimestre de este 2023. Además de esta buena noticia, días pasados también se supo que en tasas de variación Inter trimestrales, Baleares y Canarias destacaron de nuevo por su expansión, con crecimientos del 0,9 % y del 0,8 %, respectivamente, ambas por encima de la media nacional que se situaba en un 0,5 %.

 

Eso indica que dependemos del turismo, en todas sus formas. El sector primario canario vende en las islas la mayor parte de lo que produce. Unas veces para el consumidor local y otras para los establecimientos que atienden a los turistas. Cuando una vez hablé con un catedrático de Economía y le expresé que quizás no estamos diversificando nuestras fuentes mercantiles, me explicó que sí que las tenemos, pero siempre acababan en el mismo punto: en el sector servicios.

 

Estamos en una economía de mercado y el turismo lo marca casi todo. Vamos a otro punto. El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, ha realizado, recientemente, una serie de análisis sobre cómo avanzamos y ha llegado a la conclusión de que Canarias tiene unos resultados de excepcionales. Y uno se pregunta ¿esto será bueno o malo?

 

A favor tenemos los argumentos de que vivimos del turismo, que cuántos más viajeros lleguen más se moverá nuestra economía, que todo esto repercutirá en puestos de trabajo, en facturación de las empresas hoteleras, coches de alquiler, viviendas vacacionales, restaurantes, hostelería en general, proveedores de esos locales y de una riqueza en general que hoy se ha convertido en circular como consecuencia de que toda gira sobre el mismo sentido. Por tanto, cuantos más vengan mejor lo tendremos.

 

Pero claro, también debemos analizar las tesis contrarias, las que dicen que tenemos demasiada gente en los parques nacionales, que se hacen demasiadas plazas hoteleras, cargándonos parte de nuestros encantos naturales, con sueldos muy bajos y con unas cuentas de resultados que no están bien repartidas.

 

Los establecimientos hoteleros canarios han incrementado sus precios con excusas de que todo ha subido. Energía, productos, servicios e impuestos, pero los sueldos no han subido en la misma proporción. Hoy nos encontramos con gentes que, a pesar de estar trabajando, no llegan a final de mes y se ven abocados a visitar bancos de alimentos o lugares en los que reparten víveres para poder tener algo que darles a los suyos. Y eso no puede ser, porque entonces estamos abonando el terreno para situaciones como las relatadas más arriba.

 

Si a esto le añadimos la falta de viviendas en las zonas en las que se desarrolla el trabajo de las gentes del turismo, tendremos el coctel perfecto para que las protestas crezcan y los problemas también. Alquilar una mínima vivienda en zonas próximas a las turísticas puede llegar a casi el sueldo que hoy están percibiendo camareras de pisos, camareros en bares o personal de mantenimiento, pero es que además hay pocas soluciones a este asunto, si la administración no hace viviendas sociales o la calidad de servicios no alcanza niveles medios.

 

Decía una joven del movimiento ecologista antes mencionado que “creemos que hay un poco de mito en esto del turismo. Es cierto que crea puestos de trabajo, pero, en qué condiciones, de qué manera y a costa de qué”, al tiempo que ha subrayado que “las economías se están centrando en el sector terciario, que es un poco mirar hacia afuera, y, mientras tanto, estamos con unas condiciones laborales y un entorno que no nos favorecen”.

 

Tenemos algunos de los Parques Nacionales más importantes de nuestro país, pateados masivamente por el turismo que nos visita. Por ejemplo, el de La Caldera de Taburiente, en La Palma, que cuenta con una media anual de 500.000 visitantes, el de Garajonay, en La Gomera, con un millón de visitantes cada año. Cada día podemos ver grandes colas para llegar al de Timanfaya, en Lanzarote, con dos millones o el Parque Nacional del Teide, que cuenta cada año con cuatro millones de visitas. ¿Podemos seguir así durante mucho tiempo?

 

Como verán estamos en medio de un debate en el que es posible posicionarse a favor o en contra. Hace unas décadas había gente en contra, los menos, y los depreciaban, pero ahora eso está cambiando y algo habrá que hacer, porque así no podemos seguir y porque los jóvenes de ahora piensan más en el territorio que en los dineros que dejan. Este tipo de discusión será casi imparable y habrá que hacerles caso a los que piensan diferente y sobre todo los que tienen en su cabeza que hay que buscar otros modelos. No podemos rechazar a nadie, pero debemos poner algún remedio porque si no es así, nos pasará por encima y estaremos desfasados.

 

Se han parado ya varios proyectos urbanísticos que han tenido una fuerte contestación popular. En Tenerife, por ejemplo, además de otros tenemos la paralización del hotel que se iba a construir en La Tejita, en Granadilla. En Adeje no se ha podido seguir adelante con la urbanización de Cuna del Alma, que se paralizó por la acción de varios colectivos. En Fasnia se pretendía hacer un complejo para lo que contaban con recursos y proyectos, pero no respaldo institucional.

 

En Fuerteventura se paralizó el proyecto de Dreamland y ahora se hará en Gran Canaria, en concreto en Telde. Hay gente en contra del complejo Chira-Soria, que por lo visto es el no va más en energías limpias, pues también hay quien sale a la calle para decir que se carga un montón de territorio. En Corralejo no quieren la ampliación del muelle porque entienden que modifica el oleaje… y así podríamos seguir enumerando casos y proyectos que se pretendían hacer y ahora tienen rechazo social.

 

En Podemos Unidas ya han mostrado su interés en ostentar la Consejería de Turismo y la de Transición Ecológica, un pulso que se ha atragantado antes de las elecciones del día 28. Cuando expresamos esto en voz alta, a más de uno le salta la bilis o un nudo en la garganta, porque las cosas se pondrían peor de lo que están. Esto quiere decir, que, si Ángel Víctor Torres quiere reeditar el actual pacto, que ya lo ha dicho públicamente, tendrá que entregar la Consejería de Turismo a los morados. ¿Podría ser? Recuerden que también Pedro Sánchez dijo una vez que no dormiría tranquilo teniendo a Podemos en el Gobierno, y ahí están, a punto de cumplir cuatro años.

 

La cosa no pinta nada bien. Habrá quien crea que esto es sólo un mal sueño, pero algunos se cumplen. En estas líneas he expuesto algunas cosas que son como para pensarlas y otras que necesitan una vuelta antes de posicionarse a favor o en contra. Estamos en un tiempo muy cambiante y debemos informarnos mejor de algunas propuestas, ya sean territoriales como electorales. No debemos descalificar a los que se oponen, pero ¿hemos indagado un poco en algunos de esos proyectos?

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 7 de mayo de 2023

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