EL MONÓLOGO / 174
Sombras de negligencia

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Por Pepe Moreno *

 

 

Estamos a sábado, ósea que hace una semana que se produjo el apagón en la isla de La Gomera y aún están trabajando porque, aunque han repuesto la luz en casi toda la geografía gomera, aún hay casas aisladas y caseríos que no han podido recuperar la iluminación. Ese día, el sábado de madrugada, la central térmica de El Palmar pegó un reventón que destrozó la sala de control, en la propia capital gomera, lo que obligó a desconectarla por precaución provocando un cero energético total desde las 3.00 del domingo. Este hecho provocó un apagón general.

 

Para que se hagan una idea, el pasado jueves aún continuaban algunas calles de San Sebastián, la capital gomera, a oscuras. En una información del periódico EL DÍA, se decía que “pese a que el suministro eléctrico se ha restablecido al 100% por parte de Endesa, la fragilidad del sistema ha provocado que distintas calles de La Gomera continúen noche tras noche sin el alumbrado público activado”. Hay más ejemplos. La venta de loterías, que se hace de manera on line y que su mayor día de ventas son los lunes. Nada se podía vender, ni comprobar, ni emitir ese día en esa isla.

 

Son muchos más los sectores afectados como el de la restauración, el hotelero o el de los rent a car, que han visto cómo se sucedían las cancelaciones, una dinámica que puede prolongarse más de lo necesario si no se toman las medidas adecuadas por parte de Endesa para garantizar el suministro que todavía no ha llegado.

 

La compañía Endesa, que es la propietaria de la infraestructura dañada, movilizó el mismo día 21 grupos electrógenos, y consiguió restablecer el suministro a 5.183 (el 33 %) de los 15.313 clientes que tiene en la isla. El Cabildo, a cuyo frente recordemos que está Casimiro Curbelo, confiaba en que se fuera recuperando la normalidad, cosa que comenzó a partir del martes y que esa misma tarde salieran los principales responsables en los medios de comunicación diciendo que ya estaba todo recuperado, pero habían pasado más de 48 horas sin luz y dejando a miles de damnificados.

 

Curbelo, indignado, dijo el mismo martes que en pleno siglo XXI esto es inconcebible y añadió que “esta situación no debió producirse jamás. Los ocho grupos electrógenos de la central de El Palmar que se quemaron tenían más de 35 años y deberían haberse repuesto a los 25, esto se sabía por parte de Unelco-Endesa, que son los responsables”.

 

El Cabildo ha asegurado que era tarea de las administraciones modernizar la infraestructura en estos últimos años. Y ha añadido que “nosotros no sabíamos que se estaba produciendo una realidad tan extraordinaria de abandono y dejadez. Este es un servicio que hay que atenderlo adecuadamente, que para eso lo pagamos todos”. Todas las islas son sistemas eléctricos aislados, salvo Lanzarote y Fuerteventura, que están interconectadas. Eso supone que si una de ellas sufre una avería que afecte a sus sistemas de generación, no se puede abastecer de otra. En marzo, Red Eléctrica de España inició las obras para conectar la red de La Gomera con la de Tenerife, con un cable submarino que se prevé que entrará en servicio en 2025.

 

Eso se desprende de estudios publicados por el político socialista José Segura Clavell que, con los datos de Red Eléctrica Española, en un informe de mediados de 2021, extrajo la conclusión de que Gran Canaria tenía un déficit energético de 120 megavatios y Tenerife otro de 80, además de la peligrosa antigüedad de las instalaciones en todas las islas.

 

Pero no crean que todo estaba solucionado. No. El mismo miércoles, los gomeros y los que estaban allí se han levantado con luz en sus hogares y negocios, pero también con un aviso de que el sistema es frágil: el Cabildo ha pedido que no se usen elementos no indispensables como el horno, la TV y el aire acondicionado.

 

En pleno siglo XXI alumbrándose con velas, linternas y candiles. En una isla al completo por unos cuantos millones que tenían que haberse invertido hace una década. ¡Qué cosas pasan y a las que nadie le pone importancia!

 

Dicen y cuentan que a Endesa le hubiese costado solo el 1,4 % de su beneficio neto reponer los ocho grupos electrógenos que estaban obsoletos desde hacía una década en El Palmar, según el cálculo aproximado del coste de uno de estos componentes. ¿De dónde sale esta cifra? Simplemente de multiplicar porque un grupo electrógeno de 8 megavatios alimentado por gasoil -similar a los que se quemaron en El Palmar- está entre 3 y 6 millones de euros.

 

Suponiendo entonces de 4,5 millones de euros, reponer los ocho que llevaban una década obsoletos hubiese costado en torno a 36 millones, sin contar costes de transporte e instalación. En la cuenta de explotación de Endesa se dice que “Endesa disparó su beneficio en 2022 el 77 % hasta los 2.541 millones”. Hagan la cuenta.

 

¿Creen que eso le importa a la compañía Unelco-Endesa? En absoluto. Le han puesto varias multas de esas que usted y yo nunca podríamos pagar. Hagamos un pequeño recordatorio. Desde 2019, este es el quinto gran apagón absoluto en Canarias. La Palma en 2018, Tenerife en 2019 y 2020, El Hierro en 2023 y, ahora, La Gomera.

 

En septiembre de 2019, Tenerife se fue a “cero energético” -eufemismo de las empresas energéticas para evitar decir “apagón”- durante nueve horas por un fallo en la subestación de Granadilla. En julio de 2020, en la misma isla e instalación, dejaba de funcionar durante horas.

 

Dos años después de aquel suceso, el Gobierno de Canarias, del entonces presidente Ángel Víctor Torres, sancionó a Endesa con ocho millones de euros por cometer infracciones graves y con otros ocho millones por el mencionado apagón de 2018 en La Palma. Una suma de 16 millones que Unelco-Endesa anunció que recurriría, porque dijo que, la sanción, era “injustificada” e “irracional”.

 

Hoy no se sabe cuál es el estado de esas multas. Endesa dice que deposita el importe siempre por adelantado antes de recurrirlas y esa cantidad queda consignada hasta sentencia firme del Supremo.

 

Son sentencias que tardan años en dirimirse, permitiéndole a la compañía ganar tiempo. Sin ir más lejos, en 2018, a la vez que La Palma se iba a cero energético, el Tribunal Supremo ratificó una multa de 600.000 euros a la compañía por otro cero energético sufrido en 2010 en Tenerife. Ocho años esperando.

 

Todavía recuerdo que este asunto de la sanción fue en la primera página, con un gran titular, del periódico El Día. Aquello me costó una fuerte discusión con la entonces responsable de prensa de la compañía, que me amenazó con retirar toda la publicidad del grupo de nuestro periódico, que entonces miraba ya cada euro de los que entraba porque había mucho que pagar. Todo esto por una noticia que era pública.

 

Endesa, que antes era Unelco, mandaba mucho y pagaba las “promociones” de los medios de comunicación, por tanto, era muy difícil publicar algo negativo de esa compañía. Conocí a Antonio Castellano, a Ángel Ferreras a José María Plans y al actual Pablo Casado como presidentes de la compañía y en todos los casos sé cómo gestionan, desde sus cargos, la presencia de lo que hoy es Endesa Canarias, y antes Unelco-Endesa, su presencia en la sociedad canaria.

 

Ya les vimos el rejo a la empresa en lo que sucedió durante el huracán Delta y como intervinieron. Recuerdo algunas anécdotas con gentes como Juan Márquez, delegado de Unelco en Tenerife, con quien me llevo bien, lo que no quiere decir que en ocasiones discrepemos sobre la labor que tenía que realizar esta compañía en las islas y el dinero que ganan de todos los usuarios, sin que se realicen las inversiones que tienen que hacer.

 

Su penetración en las distintas capas de la sociedad hace que la transparencia sea muy difícil. Torres que se partieron como si fueran palillos, herrumbres, que eran la mano de pintura de esas infraestructuras, días y días sin electricidad y pocas explicaciones que dar y miles de millones en pérdidas que fueron asumidas por una población que entona más aquello de “qué le vamos a hacer” que la exigencia de responsabilidades.

 

Estamos en pleno mes de agosto y en La Gomera, como en todas las islas, se preparaban a ese “boom” de visitantes que caracteriza esta época, pero no ha podido ser. Y es así porque, a dos días de empezar el mes, el apagón ha oscurecido las previsiones. Con poco tiempo, sí que podemos decir que todo esto ha afectado inevitablemente a la hostelería y a la restauración. He visto a muchos visitantes decir que se volvían porque allí ni podían cocinar ni tener siquiera comunicaciones telefónicas.

 

Por ejemplo, Fernando Morales, gerente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de La Gomera, explicaba que todo lo sucedido ha sido nefasto para un sector que ya habían comprado el género para abastecer sus cocinas y, tras casi tres días sin congelador, tuvieron que tirar gran parte de las mercancías a la basura.

 

En varias áreas se han vivido escenas sin parangón. En Valle Gran Rey, fueron muchos los que sufrieron importantes pérdidas económicas, tanto empresas como particulares y especialmente en la zona de la playa, donde la energía, más de dos días después del apagón, todavía no había regresado. Solo dos hoteles, Playa Calera y el Hotel Gran Rey, ambos de la misma cadena, eran como un oasis en medio del caos. Contaban con grupo electrógenos propios para poder dar el servicio a sus huéspedes, pero el resto lo pasó muy mal.

 

Se produjeron electrodomésticos quemados, reservas en restaurantes canceladas, pérdidas de pescado congelado en las pescaderías o de productos refrigerados en supermercados son algunas de las consecuencias del cero energético derivado de la dejadez de Endesa en mantener sus equipos.

 

Para que se hagan una idea, la única gasolinera del pueblo, que se mantuvo encendida porque Endesa envió un generador externo, cerraba de 22:00 a 6:00, por lo que los generadores de pequeños negocios que se quedaron sin combustible de noche no pudieron repostar y perdieron sus congelados. Hoy es el propio Gobierno de Canarias el que lidera una campaña para que los ciudadanos puedan reclamar y cobrar algo lo que han perdido.

 

Y claro, como todo funciona con energía y no había suministro pues nadie podía ni poner gasolina, ni cocinar, ni cargar los móviles, ni entretenerse, ni nada de nada. Una isla parada en el tiempo y sin posibilidades de hacer nada, ni de moverse, a cuenta del apagón de Endesa.

 

El domingo fue un día de mucha tensión por la incertidumbre de cuándo se restablecería el suministro. Con las líneas caídas pagar con tarjeta de crédito o con las aplicaciones del teléfono móvil a través de datáfonos no era posible, por lo que hacía falta efectivo. Sólo CaixaBank desplazó dos generadores a la isla para solventar la situación. Pero el daño a los gomeros ya estaba hecho. Y nadie se excusa.

 

La vergüenza del apagón del fin de semana pasado en La Gomera es solo una más y, posiblemente, la antesala de lo que está por venir. Canarias está a la cola, tenemos las instalaciones menos actualizadas de la compañía. Que los gomeros hayan pasado más de 48 horas a oscuras es algo por lo que la cúpula de Endesa no se ha excusado todavía, ni ante los ciudadanos menos protegidos ni tampoco ante el tejido empresarial turístico que ha visto cómo en pleno agosto su campaña estival saltaba por los aires. En Italia, en la sede central de Roma, a Enel lo de La Gomera le suena como un silbo, y lo ven como una mota de polvo, poco más.

 

Y a todo esto no les he contado aquí los problemas de suministro de aguas en otras islas como Lanzarote, La Graciosa o Fuerteventura, que también habría que tenerlos en cuenta y que, una vez más, nos ponen los ciudadanos en la picota de buscarnos la vida. Desgraciadamente en los medios de comunicación hay poco espacio para estos temas porque están más liados con otras cosas como la constitución de las Cortes o la conformación de mayorías para saber quién es el presidente del Gobierno. De eso ya hablaré otro día, porque un nacionalismo que solo piensa en dinero…

 

De momento tenemos a una isla que sale de la penumbra y que se empieza a iluminar, pero ¿era necesario llegar a esto?  ¿Hará algo nuestro Gobierno, el presidido por Pedro Sánchez o por Fernando Clavijo? Esa será la cuestión de lo que valemos.

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 5 de agosto de 2023

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