EL MONÓLOGO / 203
La protesta agrícola entre reclamos y contradicciones

AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…

Por Pepe Moreno *

 

 

Estamos en una plataforma en positivo, es decir, tenemos que ver las cosas con perspectivas concretas y con verlo todo de forma que sea la mejor para que extraigamos la fórmula que nos deje ver el panorama en la que se produjeron los hechos. Esta mañana tendrá lugar la marcha de los agricultores y ganaderos por las calles de Santa Cruz y una serie de reivindicaciones y peticiones que podrían ser asumidas por todos, pero que tienen sus dos caras.

 

Este asunto hay que enmarcarlo en su contexto para no perder las perspectivas. Es decir, hay que tener en cuenta el tiempo y las circunstancias en el que se produce la manifestación, porque eso será fundamental para hacernos una idea y una opinión que sea, al menos, defendible en el ámbito en el que nos movemos. Vamos a ir por partes, como diría Jack El Destripador.

 

La protesta de hoy mismo del sector primario y que parece que tiene el beneplácito de todo el mundo, tiene algunas cosas positivas, las más, y otras no tanto. Piden, por ejemplo, tener otro trato y que las administraciones en las que desarrollan su labor se comporten de otro modo. El “cuaderno digital” es mucho pedirle a alguien que vive de las condiciones meteorológicas.

 

Para que todo el mundo me entienda, les exigen a los agricultores de la Unión Europea, a los que están acogidos en la Política Agraria Común, la PAC, que solo puedan utilizarse ciertos productos fitosanitarios si el agricultor realiza las anotaciones en esa aplicación. Este estudio deben emplearlo los titulares de explotación si se fertilizan para saber cómo lo hacen.

 

Esto lo hacen por el uso elevado de este tipo de insumos en las producciones que se realizan en esas instalaciones. Sin embargo, a esto nos podríamos preguntar ¿está el hombre del campo preparado para ello? Desde luego ni el de campo ni muchos de la ciudad, porque el agricultor está más preparado para el cultivo que para hacer un seguimiento tan exhaustivo como este.

 

Bien es cierto que cada día buscamos una mayor seguridad en el consumo y que la cantidad de productos fitosanitarios que se emplean podrían poner en peligro la salud de los consumidores y que muchas veces nos preguntamos si es lo mismo de sano pelar un tomate o no. Lo mismo pasa con las lechugas o con cualquier fruto que se haya producido.

 

Nos hemos acostumbrado a consumir los productos sin saber si están en temporada o son producto de una forzada reproducción que busca que sigamos consumiendo sin preguntarnos nada más. No obstante, es que, además, tal y como evolucionan los transportes, es posible que nos comamos una ciruela sin saber si está producida en Agua García o en China. Y eso puede ser perjudicial porque nos olvidamos de que en un sitio y en otro cambia mucho su manera de cultivarla o de recolectarla.

 

No es la única reivindicación de los agricultores canarios, que recordemos hoy recorrerán las calles chicharreras, pero que ya lo hicieron en Gran Canaria y que no será hasta la siguiente semana cuando lo harán en Santa Cruz de La Palma.

 

Bajo el lema ‘El campo canario se planta’, los productores mostrarán su rechazo a que la UE trate estas cuestiones, abriendo la mano a los que proceden de países terceros, lugares que están menos sometidos a controles y con unos precios más bajos. Además, allí les pagan menos a sus jornaleros y los productos son más baratos que los que se buscan la vida de manera local.

 

A todo esto, hay que sumarle la pérdida de rentas y la sequía que estamos padeciendo. Piden que las administraciones trabajen duro y que aborden un asunto que hace mucho tenían que afrontar.  Vivimos una pertinaz sequía, y lo que el sector primario solicita es que se hagan más infraestructuras hidráulicas que garanticen la cantidad y calidad de este recurso en costas y medianías.

 

Piden un impulso del uso de agua regenerada en las zonas agrícolas. Por eso piden la creación de una Mesa de la Sequía, que se aborden las pérdidas en las redes de distribución a nivel municipal e insular, que se aceleren los programas de desalación y regeneración de aguas y que se amplíen y mejoren la gestión y la dotación de la ayuda estatal al agua de riego.

 

También piden un aumento de las inspecciones en los Puntos de Inspección Fronteriza (PIF) revisando contingentes y aranceles a las producciones extracomunitarias, al tiempo que solicitan la paralización de la conexión marítima de mercancías entre Fuerteventura y Tarfaya ante el alto riesgo de entrada de plagas y enfermedades ganaderas. En este asunto, que es posible que estén en lo cierto, se podrían curar en salud, no dejando que entren, por esa ruta, productos de un país tercero que luego pueden reetiquetarse y entrar en la Unión como si fuera una cosecha de un país miembro.

 

Piden también la aplicación y refuerzo de la Ley de la cadena agroalimentaria para que sea transparente. Lo que pasa es que en este punto deberían tener en cuenta que ello no debe implicar un aumento de coste para los consumidores, que son los que pagan al final todo esto. Cada vez hay más gente que ha dejado de comer pescado o carne fresca, y eso también va a perjuicio de los que pescan o crían ganado.

 

Solicitan, igualmente, la derogación del artículo 13.3 bis de la Ley General de Subvenciones que exige el cumplimiento de la Ley de Morosidad, porque, explican, “dado el funcionamiento comercial del sector agrario, las exportaciones o las formas de pago de los clientes, dificultan o imposibilitan su cumplimiento para recibir ayudas como la del transporte de mercancías”.

 

Sin embargo, no se quedan ahí porque también solicitan la agilización en la tramitación de ayudas y expedientes y que las administraciones mejoren la digitalización interna de los equipos humanos para acelerar la resolución y el abono de ayudas. Esas son las reivindicaciones del sector primario, en líneas generales, porque hay más.

 

Incluso hay una serie de peticiones del sector platanero, que generalmente ha sido bien tratado por las administraciones públicas, reservándole mercado, por imposición, subvencionando incluso la pica y haciendo de sus patronos, los de grandes extensiones, unos potentados que han llegado a disponer de unos dineros que antes nunca llegaron ni a pensar.

 

Entre sus reivindicaciones está incluso el de limitar la entrada en el sistema de ayudas del POSEI a nuevas plantaciones o el de ampliar el periodo de cálculo de las cantidades de referencia con el objetivo de desincentivar las nuevas plantaciones. Es decir, hasta aquí hemos llegado y que no entre nadie más.

 

Por tanto, es hora, si están de acuerdo con estas y otras reivindicaciones, deben salir hoy a la calle y no solo de coger una bolsa de productos del campo, deben estar con el sector primario no solo de boquilla, sino de apoyarles y de acompañarlos.

 

Según han relatado ellos mismos, el objetivo es que los ciudadanos se unan a las protestas, por lo que al finalizar el recorrido entregarán plátanos y tomates para poner en valor “el producto local” por el que luchan.

 

Ellos aglutinan a los agricultores y los ganaderos y son una parte vital de nuestra alimentación, por eso necesitan el apoyo, aunque muchas veces ni nos fijemos de dónde procede nuestra compra. Es fácil, y bastante más baratas, comprar papas de Egipto que las de una producción local. Los mismos que traen esos tubérculos de cualquier sitio son los que también especulan con los precios y nos hemos acostumbrado a pensar que lo más cercano es más caro que lo de fuera.

 

¿Por qué será? ¿Tiene relación una cosa con la otra? No debería ser así. Al menos en una población que cobra menos que en cualquier otra región y con unas gentes que se las ve y se las desea para llegar a fin de mes, que es cuando se cobra.

 

Hoy tenemos a muchos fariseos que nos dicen una cosa y la contraria y que piden la solidaridad de todos para que la protesta cuente con mucha gente. Hemos visto cómo desde la administración los comprenden, pero no hacen nada para que los males sean menores. Hemos oído muchas veces los términos del POSEICAN o POSEI y no nos hemos preocupado de saber su significado. Nunca han propiciado, esas autoridades, que se haga un estudio para ver qué se planta, cómo se hace e incluso investigar qué producen. Estas son las cosas que hoy, cuando todo está más caro, hacen que algunos pensemos que no todo se hizo bien en el pasado.

 

Los votos pesan mucho y el político es fácil de contentar cuando se le prometen los necesarios para que las formaciones puedan acceder a determinado poder. Por eso están de acuerdo con todos los puntos que se le han expuesto y aunque los critiquen sonríen porque saben que mueven a mucha gente. Sé que muchos asistirán a la manifestación de hoy y que después comprarán en los lineales ni se fijarán el sitio del que ha salido ese producto. Si alguien, tal y como está la cosa, se puede ahorrar unos eurillos, lo hará. Y nadie puede decirle nada en contra.

 

Estamos en unos tiempos en los que nos vemos con el ánimo un poco comido. Las noticias que llegan de Valencia no son nada buenas, con una decena de muertes, con un edificio que fue pasto de las llamas en pocos minutos y que hemos podido ver en directo, con rescate incluido, sin que nadie haya podido hacer nada.

 

De este asunto, y si la actualidad me deja, hablaré la semana que viene. Lo mismo que de un caso, el de Koldo, exasesor del exministro Ábalos, que se hinchó a ganar dinero mientras los demás estábamos confinados y preocupados por un virus del que no sabíamos muchas cosas, solo que podíamos evitarlo si nos protegíamos.

 

En fin, hoy toca manifestación, aunque haya cosas que se contradigan, que ya ven ustedes, que tengo cosas que me dicen, que sí, pero…

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 24 de febrero de 2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *