EL MONÓLOGO / 202
Los riesgos de mañana

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Por Pepe Moreno *

 

Soy consciente de que estamos en un fin de semana especial y que el PP está pendiente de si revalida la mayoría absoluta que tiene en Galicia o si, por el contrario, gana, pero no gobierna, como ya sucedido en otras comunidades autónomas o en el propio Estado español, lugar en que sacó más diputados y más votos que el PSOE que ahora nos gobierna.

 

Ellos, los populares, son conscientes de que solo asumirían la Presidencia si les votan mayoritariamente o si se quedan a las puertas y alcanzan el número mágico, los 38, sumando con VOX, que de momento no tiene ningún representante en esa Cámara. La izquierda, en esa Comunidad, la formarían los del Bloque Nacionalista Gallego, los socialistas del PSOE gallego y los de Sumar, que según las encuestas obtendrían entre 0 y 2 diputados, pero que pueden entrar en un futuro gobierno, si se da esa combinación de intereses entre los tres partidos.

 

Los del BNG son partidarios de la amnistía y son más proclives a una independencia que cualquier otro partido, pero el mundo está hecho de muchas ideas y vaya usted a saber qué pasa mañana y cuántos diputados obtiene. La opción de la izquierda daría alas a un gobierno parecido al que está ahora en Cataluña e incluso al que se perfila en el País Vasco, lugar en el que el PNV y EH Bildu pugnan por la Presidencia del Gobierno. Por tanto, no descartemos ninguna opción a priori y veamos qué sucede en las urnas mañana.

 

Hasta Feijóo está haciendo sus cábalas y ya veremos cómo se presenta en las próximas horas. ¿Ha tenido incidencia el que hablara con los independentistas y lo contara en una cena con 16 representantes de los medios de comunicación? Pues la verdad es que no lo sé. Ya vemos cómo ha tenido trascendencia y que los socialistas lo han sacado en los mítines diciendo lo de “por la mañana ven qué posibilidades tienen de gobernar y por las tardes se rajan las vestiduras con la amnistía”. ¿El fin justifica los medios?

 

En la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, en el debate de investidura, ya lo explicó el propio Feijóo diciendo que no era presidente porque no quería y escuchamos a Sánchez aquella carcajada que a todos nos pareció fuera de lugar. ¿Por qué ahora tanto revuelo por una cosa que ya sabíamos? ¿Es porque había periodistas de por medio?

 

Hace algunas semanas, cuando comenzaba la campaña electoral, esta hipótesis, la que se pierda la mayoría absoluta del PP, era muy remota, pero, ahora, a escasas horas de lo que digan las urnas, ha adquirido una dimensión inquietante. Y esto se produce no porque el PP pierda su principal fortaleza política en términos simbólicos, sino porque la lectura que todo el mundo haría es que ha perdido por la negligencia de un líder que ya dispone de menos crédito, en términos de credibilidad política, y al que se le calienta la boca a poco que se le apure.

 

Perder mañana tendría muchas lecturas. Por tanto, ganar es una mera obligación que se ha convertido en una dramática emergencia. ¿Puede pasar eso en una comunidad en las que el PP ha gobernado los últimos 15 años?

 

Todo es posible en un escenario como en el que estamos ahora mismo y con un año electoral como el que se avecina. Porque después vendrá el País Vasco y las europeas, que serán piedras de toque para ver cómo queda el mapa político de España. En Euskadi, el PSOE tendrá que elegir entre apoyar al PNV o EH Bildu.

 

Un partido que en un momento determinado fue el que gobernó con Patxi López como lendakari y que ahora se diluye entre a quien apoya, una vez que se ha visto superado por dos socios del actual Ejecutivo Central. ¿A quién será? Es la pregunta eterna y sin respuesta, por ahora. Si miramos a lo que han hecho en Pamplona es a los de Otegui, pero no podemos olvidar que el PNV querrá seguir mandando y que no perdonaría un apoyo a otro partido que le está haciendo mucho daño, sobre todo entre la gente joven.

 

Por tanto, lo que se juega en Galicia no es moco de pavo. Los de Sánchez-Castejón están trabajándose a sus posibles socios y, por lo tanto, no dan puntada sin hilo. ¿A qué si no es así, hay tantos ministros que vienen a las islas, que hacen cómo, que solventan problemas incrustados casi en nuestro acervo, no critican con fuerza lo que se hace mal y reparten millones de euros como si fueran caramelos en una Cabalgata?

 

Hace unos días era la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, la que estuvo por aquí, lo mismo que la de Juventud e Infancia, Sira Rego, la que vino casi sin equipaje porque se limitó a asumir las posiciones canarias para los menores no acompañados que vienen en los cayucos y pateras.

 

Antes estuvo la de Viviendas y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, que más que estar de acuerdo vino a ver qué tal nos va y a ratificar algunas cosas y a ver la Gala de Elección de la Reina de Las Palmas, coreando y bailando todo lo que podía. En medio estuvo la de Defensa, Margarita Robles, para ver a los efectivos desplegados por aquí y darles las gracias por el trabajo que realizan.

 

Estos días está la vicepresidenta y titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Rivera, con quien tenemos un litigio sobre las competencias en Costas, que proviene de la anterior Legislatura, en la que presidían los socialistas y que no tenían mucho interés en enfrentarse por ello con el PSOE estatal.

 

Está también el ministro de Administraciones Públicas y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, el anterior presidente de Canarias, que está casi siempre por aquí y que parece un representante de las islas en el Consejo, plenipotenciario del Archipiélago y que habla de todo. He visto incluso alguna publicación en la que se dice que programa actos menores con tal de cobrar sus dietas y quedarse en su casa de Canarias.

 

Sin embargo, al PP canario todo esto le da igual. Sus socios de Coalición Canaria parece que les hace más gracia todo lo que proviene de los socialistas que lo que dicen los peperos. Ellos, los de CC, saben que no hay oposición fuerte y que nadie les tose. Unos, los de Sánchez, porque están ahí, para apoyarlos el día que decidan romper con la derecha del PP comandados aquí por Manuel Domínguez, que de esta manera tiene a los suyos contentos porque tienen cargos oficiales y porque “están en la pomada” sin darse cuenta de que poco a poco se los están comiendo los nacionalistas.

 

No hay nadie que les tosa. Los de Nueva Canarias y Podemos no representan para ellos nada y lo que dicen tienen un predicamento más bien escaso y los de VOX son como el perro del hortelano que ladran mucho, pero muerden poco.

 

En este panorama nos movemos. Lo de mañana puede tener un significado, más que nada en la región gallega y en el ámbito nacional, pero las cosas seguirán igual en nuestra Comunidad Autónoma. Con un Fernando Clavijo omnipresente en todos los sitios. Vigilando lo que hacen unos y otros y haciendo lo posible por su credibilidad.

 

Fue a ver al ministro de Agricultura, Luis Planas, con las reivindicaciones del sector y estuvo acompañado de Narvay Quintero, el responsable de esa área. ¿Y quién habló luego con los medios? El propio Clavijo para decir eso de que los habían tratado muy bien y que habían recogido todas las peticiones del sector primario canario. ¡Qué bien!

 

Un campo y una ganadería cuyos principales dirigentes casi confían más en los nacionalistas que en los anteriores. Que ponen consejeros y quitan cargos públicos como quien se cepilla las uñas y que nadie les rechista. Que nos hablan como si fuéramos niños chicos, explicando lo de los “bichos” del Norte y que mandan mucho. Que están subvencionados hasta cuando tiran sus producciones en eso que llaman “la pica” y que producen por encima de lo estipulado, para que el poder político les ayude.

 

Nadie hace un estudio si es conveniente este cultivo o el otro, en función del agua que consume, y que es el bien más preciado ahora mismo, pero ellos siguen quejándose y consiguen algunas cosas con las que los dirigentes agrarios van tirando.

 

Han pospuesto sus reivindicaciones, sus protestas, sus tractoradas y todo lo demás para después de Carnavales, para no interferir en las fiestas, y denuncian que no cubren los gastos de sus explotaciones.

 

Hay más. Por ejemplo, el otro día se fueron hasta el Parlamento e intervinieron en la comisión parlamentaria para hablar de la situación del sector primario. Llegaron a denunciar que el principal problema es que se ha desplomado la renta agrícola. Y que no hay relevo generacional, ya que ningún joven va a ir al campo si no ve futuro. ¿Y cómo lo va a haber? Ellos han explicado que no pueden aguantar con unos salarios que han subido un 50 % en los últimos años.

 

¿Cuánto cobraban antes los jornaleros? ¿Es así como esperan atraer mano de obra, con sueldos tirados por los suelos? Fíjense que en la misma rueda de prensa decían que no se puede competir con la miseria de Marruecos, que paga 5 euros al día a un agricultor frente a los 60 euros en Canarias, donde ha dicho que es necesaria una estrategia de soberanía alimentaria dotada de recursos económicos. ¿Pagan mucho o poco?

 

También se quejan del “exceso de burocracia” que soportan los agricultores. Aseguran estar hartos de hacer más registros, controles y de rellenar libros para acceder a las ayudas. ¿Cómo pretenden permitir ese tipo de dinero oficial? ¿Qué se los den sin más? Esgrimen que el sector vive “un auténtico calvario”, que la mayoría son gente mayor y que con este excesivo papeleo se les invita a salir del campo.

 

No lo dudo. Es verdad que hay mucha burocracia, que los funcionarios de ese departamento piden más garantías, pero es como si olvidáramos que existen casos en los que algunos piden esas ayudas y no las justifican. Si ya es difícil saber hasta dónde llega el “caso Mediador”, imagínense lo que podría pasar si no existieran esos controles.

 

Es curioso como dicen que el sector platanero está hundido y a punto de tirar la toalla, cuando simultáneamente hablan de que se han trasladado a la Península más de 9 millones de plátanos semanales. ¿Y qué esperan? ¿Qué la ley de la oferta y la demanda no funcione? Pero ¿quién piensa en los consumidores, aquellos que antes llenaban un carro y ahora, a duras penas, lo hacen en un cesto? Porque ellos, los ciudadanos, no tienen voz y parece que en este conflicto pintan poco.

 

¿Entienden por qué se habla más de amnistía que de los problemas del campo y de los sufridos ciudadanos que tenemos que pagar hasta 4 euros por un kilo de papas que hace meses no llegaba a los dos euros? Pues por ahí tendrán una respuesta a los asuntos que les ocupa a los dirigentes y los que nos preocupan a nosotros los ciudadanos.

 

Mañana, cuando veamos los resultados electorales de Galicia, será un buen momento para saber que se nos ha impregnado a todos en el subconsciente de esta estrategia en la que nos hemos visto inmersos. Será un buen día para saber qué está, primero si la amnistía o el comer diario, si las noticias de cambio de parecer o las subvenciones que piden unos y otros.

 

A todas estas veremos a un Fernando Clavijo tranquilo y a un Manuel Domínguez con cara de póker. Si gana el PP se alegrarán todos. Clavijo seguirá con sus dos bandas y Domínguez encantado de la vida. Los agricultores preparando las movilizaciones de la próxima semana y los consumidores viendo qué pueden comprar con unos sueldos que cada vez son más pequeños para atender las necesidades básicas. Cada uno con lo suyo.

 

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

Islas Canarias, 17 de febrero de 2024

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